El equilibrio como punto de partida en el diseño de un concierto, incluso de una temporada, sí, definitivamente de eso se trata el asunto. Recuerdo que en alguna ocasión el maestro Román Revueltas, siendo director titular de la OSA, comentó que hacer la programación de un concierto es como un pequeño ejercicio de equilibrio, y sin duda lo es, en esta ocasión el maestro José Areán, actual director titular de nuestra Sinfónica hizo ese pequeño, aunque seguramente deberíamos omitir el calificativo de pequeño, ejercicio de equilibrio al diseñar la actual temporada de conciertos de la que el pasado viernes se celebró el tercer concierto de temporada.
En esta ocasión disfrutamos de un concierto que inició con una obra del repertorio obligado de cualquier orquesta, la Sinfonía No. 1 en do Op. 21 de Ludwig van Beethoven y en la segunda parte el Concierto para orquesta del compositor polaco contemporáneo Witold Lutoslawski, la dirección fue de nuestro titular, el maestro José Areán, y justamente ahí está ese equilibrio del que hablábamos líneas arriba, seguramente la obra de Beethoven es de todos conocida, o por lo menos lo es el nombre del compositor, mientras que la partitura de Lutoslawski no goce de la misma popularidad, aunque por supuesto, estoy seguro que más de uno conocía de qué se trataba el asunto, estoy convencido que en esta ciudad existe un público, no sé que tan numeroso, pero sí conocedor.
Una vez más el Teatro Aguascalientes registró muy buena entrada, como ha sido una constante en lo que va de la presente temporada y como lo fue también en la anterior, sin duda el cambio de horario de los conciertos ha influido para que la asistencia del público cada viernes sea muy generosa, independientemente de lo que se toque.
La Sinfonía No.1 de Beethoven, pues ya sabemos, ¿no?, un platillo exquisito; desde este momento el genio de Bonn ya empieza a manifestar su espíritu rebelde y rompe con el esquema ortodoxo de la sinfonía de acuerdo a los cánones propuestos por los representantes del clasicismo, específicamente Mozart y Haydn, a quien se atribuye la paternidad de la sinfonía, uno de estos cambios que vendrían a consolidarse en la tercera conocida como la Heroica o Eorica en italiano, es el cambio del menuette característico del período clásico, por un scherzo en el tercer movimiento, de hecho desde esta primera sinfonía nos encontramos con un falso menuette que en realidad sería un verdadero scherzo, me llamó la atención el comentario de una pareja que estaba sentada junto a mí por lo que me fue imposible no escuchar su conversación, él le decía a su compañera que para su gusto el tercer movimiento había sido ejecutado a gran velocidad, y de hecho sí, en realidad el menuette no es tan rápido, de ahí se desprende que se trate realmente de un scherzo escondido, pero después me quedé pensando si incluso así, siendo un falso menuette, no estaría demasiado rápido el tempo del maestro Areán, como sea, el comentario de la pareja me hizo dudar de mi percepción de este movimiento, pero independientemente de esto el trabajo del maestro con esta partitura de Beethoven fue exquisito.
Para la segunda parte la partitura que tenían los músicos en su atril era de verdad complicada, siempre que la orquesta y las diferentes secciones de la misma, así como la participación protagónica eventual de algunos instrumentistas son convocados a tener la voz solista el asunto se complica, y es que se corre el riesgo de que si no se hace un trabajo cuidadoso y digno, se corre el riesgo de que la música se convierta en una masa amorfa de sonidos, pero el maestro Areán supo resolver estos retos con puntualidad y una batuta que dominó la partitura de principio a fin.
El concierto para orquesta de Witold Lutoslawski tiene tres movimientos, como sucede con un alto porcentaje de las obras concertantes solo que en este caso el solista es justamente la orquesta repartiendo el compromiso de llevar la voz solista en las diferentes secciones de instrumentos, incluso el compromiso se recarga en algunos momentos, no a grupos instrumentales, sino específicamente a un solo instrumento y se espera, por supuesto, una respuesta favorable a este compromiso, como de hecho sucedió, ya conocemos la solvencia de nuestra orquesta y los altos estándares de calidad a los que nos tienes acostumbrados.
La próxima semana no habrá concierto, la Sinfónica estará ocupada con los conciertos didácticos previamente programados para estas fechas y ya sabemos que suelen ser siempre un éxito y los niños participantes, además de que la pasan muy bien, van poco a poco entendiendo más la complejidad de su majestad la música, lógicamente esto no se trata de formar nuevos públicos, que por supuesto el solo hecho hace que el esfuerzo valga la pena, incluso algunos de estos niños muy probablemente serán en algunos años grandes músicos, compositores, arreglistas, no sé, pero sin duda más de uno es un artista en potencia que necesita de ese estímulo de participar en un concierto didáctico.
La temporada continúa el viernes 8 de marzo a las 20:00 horas en el Teatro Aguascalientes con un programa compuesto por la Suite Florencia en el Amazonas de Daniela Catán, y después del intermedio la Sinfonía No.3 en fa mayor, Op. 90 de Johannes Brahms, como vemos sigue el ejercicio de equilibrio. Se ha convocado al maestro Guido María Guido como director huésped.