Originalmente se había anunciado al maestro Luis Gorelik para dirigir el segundo concierto de temporada, pero problemas de salud le impidieron trasladarse a esta ciudad y cumplir con el compromiso, así que se convocó a un viejo conocido, el maestro Román Revueltas para sacar adelante el concierto, el maestro Revueltas, que como sabes dirigió nuestra Sinfónica durante un período de doce años, está anunciado para hacerse cargo del sexto concierto de temporada, me imagino que esa situación no se habrá de cambiar y todo continuará según lo proyectado.
Pues la verdad que menudo lío se le encomendó al maestro Revueltas, que actualmente dirige la Orquesta Sinfónica y Coro de Jesús María. El programa está muy lejos de ser un caramelito de fácil digestión, me refiero para los intérpretes, los que asistimos de espectadores, que otra vez fue en un número importante, me queda claro que este horario de las 20:00 horas ha beneficiado mucho para obtener mejores resultados en el acceso a los conciertos, se trata de un repertorio que presenta verdaderos retos, sobre todo para el director que tiene que hacer sonar su instrumento, o sea, la orquesta de una manera convincente, lógicamente esto sucede en cada una de las obras que tiene sobre su atril, pero específicamente con la obra de Alberto Ginastera esto adquiere dimensiones extraordinarias.
El segundo concierto nos presenta dos obras, una que es la primera vez que se ejecuta en Aguascalientes, y posiblemente también a nivel nacional, se trata de la Suite Panambí Op.1 del compositor argentino Alberto Ginastera, y después del intermedio, una obra de repertorio, la Sinfonía No.4 en mi menor, Op. 98 de Johannes Brahms.
En el caso de la partitura del compositor sudamericano, nos encontramos con uno de esos casos en donde todos, pero concretamente el director está en constante riesgo de exhibirse ante una muy probable pifia, hay que tener los cinco sentidos muy finos y la concentración al cien. Es una especie de Concierto para orquesta, al estilo del de Bartok o Lutoslawski, que por cierto, está programado para la próxima semana. Es una obra en donde de manera alternada, varias secciones de la orquesta, incluso algunos instrumentos, tiene partes protagónicas, incluso no sé si sea un disparate decir que tiene que ver con el concerto grosso barroco, toda proporción guardada si consideramos que en el barroco no existían las orquestas como la que pide Ginastera para sus suite, en el barroco eran pequeños ensambles, me refiero al hecho que en diferentes momentos son diferentes los músicos que participan como solistas, es decir, la entidad llamada concertino acompañados por el ripieno o tutti, así escuchamos a la flauta cantar una de las más bellas melodías de toda la obra, el contrafagot o la maravillosa participación del contingente de ocho percusionistas, en fin, fueron varios los instrumentos, además de secciones completas de la orquesta, con papeles protagónicos.
Mantener el orden en semejante mundo de sonidos, respetar el liderazgo de la melodía en donde pudiera haber cacofonía si no se trabaja bien en los ensayos, son algunos de los riesgos a los que el director está expuesto y muy próximo a caer. A mi entender, el maestro Revueltas hizo un trabajo muy meticuloso, fue cuidadoso de las formas y respetuoso de la partitura, al final, me queda claro que valió la pena el esfuerzo.
Para la segunda parte del concierto, se programó la que para algunos estudiosos de la música de Brahms es su obra maestra junto con su Réquiem Alemán, arriesgada opinión, yo no me atrevería a poner en un escalón más abajo su Concierto para violín, ni el No.2 para piano, es más, ninguna de sus cuatro sinfonías, resulta muy complicado, Brahms es de esos compositores que como Bach, Beethoven, Bruckner y Mahler, no tienen desperdicio en su abundante producción musical, todas sus composiciones son obras maestras.
¿Qué podemos decir? Gran trabajo del maestro Revueltas, la naturaleza propia de la última de las cuatro sinfonías de Brahms le permitió trabajar con más tranquilidad, como cuando uno camina sobre un terreno ya conocido y recorrido varias veces antes, a diferencia de la obra de Alberto Ginastera que era necesario caminarla como si se tratara de un campo minado.
Con esa confianza que da el conocimiento, el maestro Revueltas nos ofreció una destacada ejecución de Brahms, quizás tomando pocos riesgos, leyendo con puntualidad más que interpretar, pero sacando adelante el compromiso con mucha solvencia.
Para la próxima semana el maestro Areán, director titular de nuestra Sinfónica, regresa al podio para dirigir la Sinfonía No.1 en do mayor, Op. 21 de Ludwig van Beethoven y en la segunda parte, el Concierto para Orquesta del compositor contemporáneo de Polonia Witold Lutoslawski. Si no me equivoco, es la segunda ocasión que se interpreta en Aguascalientes, ya lo había hecho antes el maestro Revueltas en un programa en donde también se incluyó la Sinfonía No.5 de Tchaikovsky. La cita con su majestad la música es el próximo viernes 22 de febrero a las 20:00 horas en el Teatro Aguascalientes, por ahí nos vemos si Dios no dispone lo contrario.