En mi infancia y adolescencia viví en ciudades de provincia con pocas y mal surtidas librerías. Encontrar lo deseado no era fácil. En Guanajuato no había tanto problema ya que mis lecturas eran las primeras y muy básicas, luego en Irapuato tuve la fortuna de que en el camino de regreso a casa de mi primera escuela secundaria había una librería con un dueño que generosamente me orientó a leer autores indispensables e insustituibles.
De esa librería recuerdo la colección de bolsillo de Bruguera de la que Alfonso, el dueño del establecimiento me trató de recomendar muchas buenas lecturas que por mi necedad acabé descubriendo muchos años después.
Cosa aparte en ese regreso a casa era el kiosco cerca de la plaza principal llamado “El correo del libro” de la Secretaría de Educación Pública (SEP) con algunas coediciones del Fondo de Cultura Económica (FCE), de ahí pude comprar a precios muy accesibles muchos ejemplares de la increíble colección “Lecturas Mexicanas” que me permitió leer autores como Eraclio Zepeda, Óscar Oliva, Efraín Huerta, Agustín Yáñez, Jorge Ibargüengoitia, Luis Spota, Fernando Benítez, Luisa Josefina Hernández, Paco Ignacio Taibo II, Jaime Sabines entre otros muchos. Recuerdo que bastaba con no comprar nada en el recreo, mi pasaje de camión del regreso y un poco de lo ahorrado de un día antes para poder llevarme un ejemplar.
Desafortunadamente nuestro país fue perdiendo poco a poco el poder adquisitivo y con eso mi posibilidad de comprar todos los libros deseados. Ahora, algo muy bueno llega con esta nueva etapa en nuestro país al cambiar las políticas editoriales del FCE y en general del gobierno federal al buscar acercar los libros a la población con ediciones populares, hacer ventas de lo que se tiene en bodega y crear mecanismos para que las editoriales comerciales editen libros con precios bajos, en lo personal estoy feliz, reconozco este esfuerzo y lo felicito como un lector que anhela un país con más lectores.
Hace algunos días, Paco Ignacio Taibo II, gerente editorial, encargado de despacho de la dirección general del FCE anunció que se realizarán cambios importantes como la creación de la colección “Vientos del pueblo” con libros a bajo costo que contengan compilaciones de no más de setenta páginas de autores representativos tanto nacionales como extranjeros con precios que se espera sea de aproximadamente diez pesos el ejemplar.
La selección será variada, plural y de los más diversos géneros literarios, aplaudo esta iniciativa que incluye llevar los productos de las librerías de esa casa editora y de Educal a las plazas públicas de las principales ciudades del país y en las ferias del libro.
La colección “Vientos del pueblo” llevará el nombre en homenaje al emblemático poema del escritor español Miguel Hernández quien luchó en el frente republicano en la Guerra Civil de su país.
Ese poema, que da nombre al libro del mismo nombre publicado en 1937 se convirtió en una canción interpretada en las trincheras y después en la resistencia por los combatientes de izquierda que lucharon contra los franquistas. El escritor socialista Miguel Hernández murió encarcelado a causa de sus ideas por el gobierno de Francisco Franco en 1942.
Luego, ese mismo poema lo musicalizó a inicios de los setenta el cantautor chileno Víctor Jara, militante del proyecto político de Unidad Popular del presidente Salvador Allende quien en 1973 fuera asesinado en el golpe militar de extrema derecha apoyado por el gobierno de Estados Unidos encabezado por el general Augusto Pinochet. Entre las canciones emblemáticas de Jara, quien fue torturado y asesinado en los primeros días de ese golpe militar por el ejército, está precisamente “Vientos del Pueblo”, por eso es sin duda muy significativo el nombrar así a esta colección del nuevo rostro del Fondo de Cultura Económica.
“Vientos del pueblo me llevan, / vientos del pueblo me arrastran, / me esparcen el corazón / y me aventan la garganta”, inicia el bello poema de Miguel Hernández en el que describe la bravura combativa de sus paisanos en la lucha por su libertad.
Por otra parte, en alguna nota periodística leí hace unos días que el nuevo responsable del FCE anunció también la publicación a bajo costo de novelas gráficas de creadores nacionales y extranjeros, gestionar coediciones con editoriales privadas extranjeras para lograr coediciones de títulos que llegan a alto costo por ser importados para hacerlos más accesibles para el lector.
Las obras completas de autores clásicos se editarán ahora solamente en digital para que los interesados que lo requieran por cuestiones académicas puedan llevarse gratis todos los ejemplares dentro de una pendrive en USB solo con solicitarlo, mientras que cada colección se enviará a las bibliotecas públicas para que se pueda hacer lo mismo con mayor facilidad.
En una de las videoconferencias que Taibo II desarrolla desde su oficina a través del canal del FCE en Youtube anunció que también hará venta de libros que están en bodega a bajo precio, entiendo que hay ocho millones de ejemplares de los más diversos títulos guardados en cajas sin lectores y que ahora llegarán a las manos de muchas personas.
Soy un lector que anhela un país de lectores y un primer paso, coincido, es que los libros sean accesibles a las personas, que lleguen a las comunidades rurales, a los barrios, a las fábricas, ese es un buen comienzo para cambiar las cosas en ese sentido.
Y así, por ese camino, me encantaría que las autoridades estatales y municipales de cultura en nuestra entidad con esa misma sensibilidad hicieran lo propio para dar a conocer a nuestros autores locales. A falta de recursos se pueden publicar pequeñas y económicas antologías temáticas pensadas con diseños atractivos, precios accesibles gracias a hacer esas impresiones a bajo costo.
Hay muchos autores aguascalentenses del siglo XX que merecen ser recuperados para los lectores jóvenes de nuestro siglo, esos autores son nuestra memoria y nuestra identidad, dejo esta idea, este modesto viento como propuesta.