Varias voces se han dejado escuchar sobre las ventajas de que en el estado tengamos este nuevo proceso electoral en el que solo elegiremos Ayuntamientos, a diferencia del evento del año pasado con la elección concurrente de Presidente, Senadores y Diputados federales y locales, asumiendo que por ser solamente una elección, la complejidad es mínima. No es así, y permítanme explicarme.
Podría empezar por la situación más evidente: para la autoridad administrativa no importa si es un cargo únicamente el que se va a elegir o si por el contrario coincidiera elegir Presidente, Senadores y Diputados en el ámbito federal, y Gobernador Ayuntamientos y Diputados locales, de cualquier manera habrá de instalarse una casilla con todo lo que conlleva.
Según un estimado con cifras del INE, al pasado 15 de enero, la cantidad de casillas a instalar en Aguascalientes se proyecta en alrededor de 1,624. Como esa cantidad se encuentra asociada a los electores y no a los partidos, ni a los candidatos o a los cargos de elección, habrán de ser instaladas, e integradas con funcionarios que reciban los votos de sus vecinos, con boletas y actas suficientes, y con urnas y mamparas.
De ahí entonces que el gasto de una elección a otra no se vea reflejado en una disminución drástica a la baja. Por el contrario, y debido a lo inédito de esta elección de solo Ayuntamientos consecutiva a una elección de solo Diputados locales (pero bajo el amparo de una elección nacional) quizá se erogue la misma cantidad en la impresión de boletas (tengo mis dudas, por el incremento en el precio del papel y las vicisitudes en el traslado por las cuestiones sabidas de los combustibles) pero definitivamente se gastará más, porque en la elección anterior el INE absorbió muchos gastos que para este año correrán a cargo exclusivamente del Instituto Estatal Electoral de Aguascalientes.
Pero quiero ir más allá del simple costo de la elección. La complejidad de los comicios de este año radica, además, en la autoridad a elegir. El municipio es una figura que nos viene desde la edad media española, herencia del municipio romano, donde las decisiones trascendentales eran tomadas por la comunidad, en asamblea de vecinos, en el mejor sentido democrático del término.
Es obvio que este sistema de democracia directa solamente era posible en comunidades pequeñas y que atendiera funciones de primera necesidad y del absoluto interés de los vecinos. Estamos hablando de apenas un puñado de aldeanos discutiendo sobre el aprovechamiento de tierras y aguas comunales (algo así como lo que después fue la construcción jurídica del ejido mexicano), pero con la consigna de también convertirse en un órgano impartidor de justicia inmediata.
Por una treta legal, Hernán Cortés al pisar tierra mexicana, funda la Villa Rica de la Vera Cruz e instaura el municipio, y su órgano de autoridad, el cabildo, lo que le permite tomar distancia de Diego de Velázquez. Desde entonces, el municipio se convierte en una célula territorial, elevada posteriormente, por virtud constitucional, a la base de la división geográfica y de la organización política del país. No es gratuito entonces, que las actividades que le son encomendadas como autoridad tengan que ver con esos satisfactores sociales de primer orden.
La reflexión con la que quiero concluir, abarca por igual a votantes que a potenciales candidatos. Esta elección se avisora compleja no porque el ambiente electoral sea complicado, sino porque los aguascalentenses estaremos decidiendo por una autoridad cuya función principal radica en administrar y resolver la problemática sobre seguridad, vialidad, servicios públicos en general, salubridad en cuanto a limpia, rastros, panteones, etc., es decir, sobre cuestiones cotidianas que, cuando se ven alteradas, impactan primaria y directamente en nuestra calidad de vida.
La invitación es a estar a la altura. A las autoridades corresponde brindar un servicio de calidad al votante, costoso en muchos aspectos, pero necesario. A los partidos y candidatos, generar las propuestas para provocar una participación sólida de la ciudadanía. A los ciudadanos, esta elección nos debe invitar a un profundo análisis de las propuestas de quienes aspiran a administrar el municipio. Un buen experimento tiende a ser esta elección para analizar la participación ciudadana sobre unos comicios de clara complejidad.
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