Los ricos también se quejan / Vale al Paraísco - LJA Aguascalientes
16/11/2024

 

Las buenas calificaciones eran parte de la condición impuesta por mis queridos padres para disfrutar de la diversión, el espacio lleno de frondosos árboles, aire limpio, rústicas instalaciones, sana convivencia familiar y amistades forjadas en los dorados años de la niñez colmada de  felicidad.

En esa parcela, ubicada en el lejano norte de la entonces pequeña ciudad, tuve mi primer contacto con el juguete que sería una de las pasiones de mi vida: el balón de cuero comprado por mi papá para compartir las primeras cascaritas con él y mi hermano Otto, seguidor del Atlas; me soñé el sucesor del necaxista Manuel Lapuente, pero el destino me llevó a la cancha donde las patadas, a diferencia del juego inventado por los ingleses, se dan por debajo de la mesa y en las espinillas, para dejar huella, dolor (y satisfacciones): el servicio público y la política.

El Club Campestre de Aguascalientes, mudo testigo de mis primeras andanzas deportivas en los 60, se constituyó como asociación civil el 15 de septiembre de 1954. El tenis, el frontenis, la natación y el básquetbol, fueron los deportes más populares durante los primeros años. La práctica del golf se debió a la autorización del presidente Pablo Giacinti López, quien simpatizaba con la idea: en una semana 50 socios ofrecieron aportar 400 pesos cada uno, a fin de reunir la cantidad de 20 mil pesos para iniciar los trabajos del primer hoyo, dice la rabona historia publicada en su página de internet.

Mi santo padre, y lo digo con mucho orgullo, era el primero en llegar al club a las seis horas de cada día para disfrutar del vapor y el agua calentada por la caldera que ocasionalmente fallaba por su uso y vejez, para disgusto de él y la aflicción del gran Nacho, el encargado del modesto lugar.

Con el paso de las décadas, la explosión demográfica obligó al crecimiento de las instalaciones y a la transformación de las existentes, y a la compra de reserva territorial. En el periodo de Alfonso Pérez Romo se otorgó el trato igualitario a las mujeres para heredar los derechos accionarios. Antes, con Jorge Arturo Medina Rodríguez, se entregó la primera credencial, para fortuna de Braulio, el implacable guardián de la puerta de acceso, y se eligió por sorteo a la primera reina.

La pequeña familia creció a la llegada numerosa de nuevos socios locales y foráneos (principalmente defeños). También se integraron al verde paisaje algunos políticos de moda. La convivencia original palideció. Se despersonalizaron las relaciones. Los golfistas se convirtieron en el grupo controlador de la asociación civil, muy a pesar del otro grupo, el históricamente antagónico, integrado por jugadores de tenis y frontenis, los pobres de la pradera; porque deben de saber ustedes que si entre los perros de cuatro patas hay clases sociales, con mayor razón entre los ricos.

Con el poder, el dinero y la grandeza nacieron los conflictos gestados por la prepotencia y la ambición.

La semana reciente, el fraccionamiento Campestre y el propio club se vieron invadidos por los participantes al Torneo de la Amistad XXXI organizado por los Millonarios de Cristo, con la consabida molestia para residentes y socios que atónitos miraban circular a policías militares, federales, estatales, municipales y guaruras de los estudiantes.


La reacción de los agraviados se manifestó inmediatamente en la pluma del periodista Matías Lozano, que en sus espacios de El Heraldo de Aguascalientes y www.matiaslozano.com escribió hace una semana:

Tema 4.- Un lío gordo se traen en el Club Campestre de Aguascalientes, debido a la inconformidad que generó en los socios la criticada decisión del presidente, Mario “La Bola” Romo Muñoz, de invitar a sus instalaciones a todos los alumnos de los colegios Alpes y Cumbres de todo el país que participan aquí en un torneo deportivo…

En un documento que se nos hizo llegar, señalan los socios que su molestia se debe a que seguramente el gran número de visitantes (estimado en “10 mil”) causará grave deterioro en las instalaciones, que de ninguna manera justificarán que a cambio tengan entrevistas exclusivas los dos principales programas radiofónicos de la entidad…

Critican los afectados, que con su arbitraria decisión “El Bola” Romo sólo busca congraciarse con Carlos Lozano luego de que en la campaña del 2010 declarase abiertamente su simpatía para con Martín Orozco; pero también traen un “pleito” interno porque un grupo al que denominan “Los Ganzos”, asegura que el presidente del club está “inflando” los costos de construcción de las instalaciones del “Hoyo 19”…

Según el escrito “Los Ganzos” afirman que el costo de las obras fue de 4 millones de pesos y que “El Bola” presenta una cuenta de 6 millones de pesos, pero a la vez los socios dicen que en el trasfondo aquellos, que son liderados por un ex presidente del club, “de apellido Sánchez”, lo que buscan es que el junior de este, obtenga la concesión para realizar las auditorías al club…

Lo antes expuesto es sólo una parte de los muchos puntos que expresan los socios, pero suficientes para mostrar un panorama de lo que ocurre en ese exclusivo centro recreativo, situación que seguramente se agravará con el paso de los días, por los intereses en juego y los políticos involucrados…   

Los ricos también lloran, perdón, también se quejan.

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