Es de llamar la atención que durante las primeras semanas de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, así como el Senado y la Cámara de Diputados, los diferentes voceros y representantes de morena nos han restregado en la cara una y otra vez los treinta millones de votos de la elección de julio pasado, sin duda cifra histórica que le ha dado gobernabilidad y holgura en las decisiones del gobierno.
Aun así me parece que hemos experimentado ya una caída constante de ese número de simpatizantes que al 1 de diciembre ya tenía diez puntos menos y para estas fechas seguro estará perdiendo diez puntos más, derivados de temas como el presupuesto de egresos que marcó daños importantes en cultura, educación y el campo, donde a pesar de las correcciones calaron hondo en dichos sectores que además apoyaron contundentemente en la elección, las secuelas del aeropuerto, las consultas que a pocos dejaron satisfechos, la violencia creciendo, la poca organización del gobierno central y en sus representaciones estatales, el primer gasolinazo del año, la crisis de los precios en electricidad, etc.
Tal vez la única victoria en estas semanas sea el ataque frontal a la gran corrupción en Pemex, dicho esto, considero que los treinta millones de votos se han esfumado, es decir, ¿Cuántos de esos votos podemos considerar como voto duro, diez, doce o quince, tal vez veinte, los demás son personas que con una expectativa de cambio, con una esperanza o por darle una oportunidad, votaron por ese proyecto y que hoy se desencantan en cascada, grandes grupos que abiertamente manifestaron su apoyo hoy manifiestan su descontento, el reto del presidente no es menor, una expectativa de cambio rápido y tangible en el día a día de las personas, pero por lo pronto deberá de dejar de restregarnos en la cara los treinta millones de votos que ya no tiene, por que de lo contrario se dará cuenta a cambio de qué.
@AlexMonreal | /AlexMonrealAgs
