Ensayo sobre  la Navidad/ La columna J - LJA Aguascalientes
21/11/2024

“Todos los días deberían ser Navidad”.

Parece que la Navidad es un cúmulo de acciones que detentan la felicidad, la armonía y un sentimiento de profunda celebración. Cada año, el mundo se detiene para celebrar la Noche Buena y tomar un tiempo para pasarla con la familia, con los amigos y con los seres queridos. El frío que envuelve el momento, motiva el actuar del ser humano para ser más cálido y más cercano con lo lejano. Los buenos deseos se apoderan del ánimo social y la gran mayoría dispone de tiempo que comúnmente lo hubiera empleado en parte de la rutina diría, producto de la inercia de la propia vida.

La palabra “Navidad” tiene su principio en el latín “Nativitas” cuyo significado es; nacimiento, y la asignación a esta fecha se da en el año 345 bajo la influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianceno, no existe un dato específico o hermenéutico sobre la fecha real del nacimiento de Jesucristo. Los libros sagrados no especifican con exactitud una fecha u hora sobre el nacimiento de Jesús.

El calendario Gregoriano es una invención más del ser humano para dejar pausas sobre la línea del tiempo de la existencia.

No es necesario que exista un dato exacto, precisamente ahí es donde la fe tiene su principio, en las cosas que no son claras y que no se ven. En donde los humanos tenemos la oportunidad de creer y de crear. La exactitud no es la verdad.

 

“A la verdad se llega no sólo por la razón, sino también por el corazón”, Blaise Pascal.

Lo que es verdaderamente importante, es que exista una fecha para recordar a alguien que ha trascendido por los milenios y que es un referente de virtud, de misericordia y de amor.

En gran parte, la navidad se Concatena con la celebración del solsticio de invierno, que diversas culturas festejan y rinden homenaje y consolidan el honor sobre lo que está por encima del hombre, lo abstracto, lo inefable, lo que trasciende, lo que le da sentido a todo. En la propias aseveración de que el espíritu siempre está por encima de la materia.


Las noches son más largas, y de cierto modo la luz vence a las tinieblas para dar nuevamente la oportunidad de reafirmar la fe y depositarla en los más loable que puede tener el ser humano; la firme convicción de trascender.

Muchas tradiciones se manifiestan en este día tan especial, el poner un árbol, un pino, que es alegórico ante la naturaleza de ser un árbol que soporta al invierno y da más fuerzas a sus raíces, así como el ser humano debe de tener fe y esperanza, cuando las circunstancias son desfavorables y el frío invade a los sueños y a los ideales. Como cuando la temperatura baja y es menester tener el anhelo de buscar calor y energía dentro de nosotros mismos y de las personas que le dan brillo a nuestras vidas.

También como símbolo de la Navidad, está la estrella de cinco puntos, que refiere que Jesús nació con buena estrella y con luz. También las estrellas siempre nos ayudan a levantar la mirada y a retomar el ánimo, saber que sirven como guías, cuando la oscuridad no permite ver claramente el camino.

 

“La vida es la infancia de nuestra inmortalidad”, Goethe.

Los niños viven con una emoción intensa el tiempo de Navidad, la ilusión de los regalos, las sorpresas, tener el preciado don del tiempo para la familia. Solo basta voltear a ver la cara de un niño en navidad, para volver a creer en ella. Los sentimientos son impolutos, reales y vibrantes. Son la gran bendición de la promesa de la esperanza, tiene fuerza, belleza y candor, como si fueran la escalera para llegar al oriente de la sabiduría.

Pero también, creo que la navidad nos debe de servir para reflexionar, para detener el reloj de nuestras vidas, entender y saber que como bien expresaba Charles Dickens en Canción de Navidad “en la Navidad también hay fantasmas y espíritus”. Cada fantasma o recuerdo que aparece en nuestra memoria, nos lleva al pasado, nos aterriza en el presente y también nos define en el futuro.

Algunos fantasmas y algunos espíritus, no hacen tomar conciencia de que en navidad, también hay niños sin hogar, sin comida y sin esperanza. Otros fantasmas nos dan la remembranza de que por determinado tiempo hemos olvidado a alguien, tanto en el perdón como en la celebración.  Del mismo modo, también existen espíritus de conciencia que nos apuntan bajo la lápida mortuoria y nos recuerdan que la vida solo es prestada por muy breves instantes, y que en cualquier momento se nos va. Ahí, justo ahí, es cuando volvemos a entender que no hay cosa más importante que la familia, que de nada sirve la riqueza si no hay amor fraterno con nuestros cercanos y también con las personas que nos rodean, porque en el mundo, todos deberíamos considerarnos hermanos, finalmente somos humanos de carne y hueso.

Que de nada sirve el poder, si no podemos ayudar a nadie. De nada sirve tener carácter si no tenemos el corazón abierto para arrancar esa armadura con la que caminamos todos los días.

Todos los días deberían ser Navidad, pues todos los días los deberíamos vivir como si fueran el último, estando en el presente, sin que el pasado nos arranque la ilusión y sin que el futuro nos otorgue preocupación.

Todos los días deberían ser Navidad, porque entonces dejaríamos el ver el celular para poder mirar a nuestros seres queridos.

Todos los días deberían ser Navidad, porque entonces daríamos paz y armonía a los que no han sido tan bendecidos como nosotros.

Todos los días debería ser Navidad, porque así daríamos gracias a Dios, o la causa primera, por estar vivos y poder respirar, todos los días, serían, días de acción de gracias.

Pero solo hoy es Navidad, y solo depende de nosotros, vivir con la ilusión de un niño, y actuar como si Navidad fuera todos los días.

 

FELIZ NAVIDAD.

 

[email protected] | @ahumadaroberto

 


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