PAN con lo mismo. Ya se les está haciendo costumbre a los blanquiazules emplear los canales informales de comunicación para ventilar sus vergüenzas, pero sobre todo para echar leña a la hoguera de sus conflictos internos. Apenas regresaron los suspirantes panistas de su encuentro con Gustavo Madero Muñoz, inmediatamente dejaron correr el rumor, interesado por supuesto, de que los regresaron que porque en el CEN panista no les interesaba hablar con los enanito, sino con los dueños del circo.
Foulfellow y Gedeón. El rumor era que en el CEN blanzquiazul sólo se iban a arreglar con Martín Orozco Sandoval y Felipe González González, que porque ellos eran quienes repartían la baraja en Aguascalientes. Presto, el ex gobernador González salió a detener el rumor, incluso antes de que formara parte de la columnas periodísticas o de las charlas de café, subrayando una y otra vez que con la experiencia adquirida sabe que lo peor que podría hacer es meterle el hombro a Felipe de Jesús González Ramírez, que porque allá en el DF no les gusta… Ajá, sí. En lo que nos deja pensando el bisbiseo acerca de entenderse con el jefe del circo, es por qué se eligió a Orozco y González, que en términos de Disney son como J. Worthington Foulfellow y Gedeón, la zorra y el gato que siempre tratan de aprovecharse de Pinocho, cuando todos saben que el Stromboli de la carpa panista es Arturo González.
Con los hilos enredados. Lo que sí es que unos más que otros, todos, los suspirantes panistas volvieron regañados de su encuentro con su jefe Madero. Ya la semana pasada lo adelantaba Alfredo Reyes Velázquez, quien con tono solidario, le dijo a quien pudo que José Luis Novales Arellano habría de asumir las consecuencias de haber destapado la suciedad del partido y que Antonio Martín del Campo haría lo propio por andar picando crestas al anunciarse en diversas bardas de la ciudad y medallones camioneros, sin contar con la luz verde del partido azul. Que sea menos, no se deja de pensar, Novales Arellano no destapó ninguna cloaca, nomás asomó la cabeza y con eso obvió que Martín del Campo desde hace rato anda pataleando en el mismo lodo en que han transformado la elección de candidato.
Aleccionaditos. Lo que sí es que los blanquiazules regresaron con la instrucción de que sigan braceando, pero de a muertito y en silencio, para ya no darles herramientas a los contrincantes. Para regresarlos tranquilos, les dijeron que el método de selección será a través de una encuesta, por supuesto, quien regresó más que contento fue Rubén Camarillo Ortega, que porque si de encuestas se trata, él cree que lleva la ventaja. Nomás habrá que recordarle que el león no es como lo pintan.
Coyunturalismo. A la mejor cree Camarillo Ortega que como se ha puesto de moda caracterizarse como “político de coyuntura”, si no se la dan al hijo de Felipe González, podrían tener contento al ex gobernador dándosela a uno de sus ahijados políticos; nomás que eso es coyuntura de la burda, deja a la vista que en el fondo, eso de “político de coyuntura” no es más que otra forma de referirse a los caza goles.
Con O de obstinado. A quien no le darían gusto con nada, ni con Chana ni con Juana, ni con Camarillo ni González, es a Martín Orozco, quien está obsesionado con ser gobernador del estado, al grado que todas sus cartas las juega con la mirada puesta en el 2018. Todo lo que hace Orozco Sandoval tiene como propósito que el PAN lo nomine como candidato a gobernador, al grado que ofrece su apoyo incondicional sí y sólo sí, le firman una carta en la que, por ejemplo, el candidato a la alcaldía capitalina en el 2013, jure y perjure que no le va a hacer la competencia. Ah qué Martín Orozco tan… ingenuo, como si la historia reciente no le hubiera enseñado nada, sobre todo que el asunto de firmar pactos sólo sirve para que los secretarios de Gobernación renuncien, recuérdese el caso de Fernando Gómez Mont. Ya parece que Felipe de Jesús González o Antonio Martín del Campo, o quien sea, respetaría un acuerdo de esa clase, bonitos se van a ver si salen con que no le apuestan a saltar de la silla municipal a la de Gobierno estatal nomás porque le firmaron una carta a Orozco Sandoval. Ajá, sí. Como que hay muchos considerados para todo eso, primero, qué piensa Fernando Herrera Ávila, quien no deja sin llenar ninguno de los huevos que Martín deja y, por supuesto, que postulen al candidato que le firme la carta y que ese candidato gane. Así que, paso a pasito.
Acuerpamiento, dícese del acto de acompañar a un funcionario público para que no se sienta solo o no lo salpique la enjundia de los baños de pueblo. Si bien será hasta el miércoles cuando se sepa oficialmente que Gustavo Granados Corzo será quien lidere a las organizaciones populares del PRI (léase asociaciones de ciegos, vendedores ambulantes vecinos, y muchos “movimientos” de siglas rimbombantes), no deja de llamar la atención quienes lo acuerparon durante la petición de mano, por lo pronto, dos de sus competidores en el Congreso: José de Jesús Ríos Alba y Miguel Ángel Juárez estuvieron en primera fila, aplaudiendo, vitoreando y alzando los brazos de su compañero de bancada; desde luego su inseparable amigo Mario Guevara Palomino y para mostrar músculo y unidad Arturo Robles, Netzahualcóyotl Álvarez, Jorge Delgado y José Luis Alférez, otro que tampoco perdió la oportunidad de formar parte de cortejo fue Isidoro Armendáriz García. Por supuesto, no podíamos dejar de mencionar a Fernando Palomino y Jorge Ortiz Gallegos, a estos últimos nomás por caridad, se les nota la urgencia de que alguien los mencione, y es que ya nadie los quiere juntar, que porque son de los que acostumbran dar de patadas al pesebre, y sí, nomás hay que oírlos hablar de Carlos Lozano de la Torre a sus espaldas, si hasta parece que no cobraran gracias al cobijo que les da el gobernador.
Y ya que estamos en Palacio, jamás tan elegantes como el fiscalizador Alberto Solís Farías, secretario de Fiscalización y Rendición de Cuentas, quien se puso guapo disparando las entradas a la cena baile blanco y negro en beneficio de la Casa del Adolescente, con suficiente anticipación como para gozar de una de las mejores mesas, cerca de Tania Libertad y lejos de las corrientes de aire. Pero ya no vamos a comentar nada de señales y augurios, porque entonces tendríamos que mencionar a Juan Carlos Rodríguez como otro al que le “tocó” muy buena mesa, en cambio a otros, hasta les empujaban la silla para abrir paso a los meseros.
¿A dónde, a dónde, a dónde estará? Le decíamos, ya que estamos en Palacio, llama la atención que el responsable de comunicación oficial del gobierno de Carlos Lozano de la Torre, Carlos Penna Charolet, lleve días sin acudir a un solo evento del gobernador. En su oficina tampoco saben dónde está, o no lo quieren decir, para que así se vaya fortaleciendo el rumor de su salida del gobierno o el gobernador lo ha comisionado a algo que ni los mismos secretarios saben qué es, cosa de esperar al segundo informe a ver si aparece o de plano se les hace a los integrantes de su equipo, los más interesados en filtrar a los medios la ausencia de Penna Charolet, ya se sabrá, a ver si en lo que aparece no le vuelven a meter un gol como el de la difusión de la foto de Carlos Salinas de Gortari con el gobernador.