- Definidos los mejores maíces, en 2001 se comenzaron a mejorar a través de cruzas con híbridos comerciales para disminuir la altura de la planta y otras características
- Pese a la obtención de las tres variedades de maíz, se trabaja en la generación de nuevas y mejores
A través de mejoramiento genético y experimentos de campo en maíces criollos cruzados con híbridos comerciales, el doctor Rafael Ortega Paczka desarrolló tres nuevas variedades de maíz con alto potencial para el campo mexicano, debido a su óptimo rendimiento aún en condiciones de sequía moderada y prolongada.
Se trata de las variedades Estrella, Eloísa -grano blanco- y Celeste -grano morado-, mismas que obtuvo tras varios años de colecta de maíces criollos en el sureste del Estado de México; a partir de ese trabajo seleccionó las mejores variedades para cruzarlas con híbridos comerciales y realizar la evaluación de esas cruzas. Actualmente, trabaja en el desarrollo de más variedades para ampliar el abanico de opciones que respondan de mejor manera ante el cambio.
La Agencia Informativa Conacyt entrevistó en exclusiva al doctor, que se desempeña como profesor investigador en la Universidad Autónoma Chapingo (UACh), adscrito a la Dirección de Centros Regionales, quien explicó que el primer paso fue la recolecta de muestras de maíz a través del proyecto MILPA (1995-2000), financiado por la Fundación McKnight e implementado por investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la UACh, el Colegio de Postgraduados, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) y la Universidad de Guadalajara.
“Como parte de ese trabajo caracterizamos y evaluamos las muestras recolectadas en varios sitios y años, describimos por ejemplo cuántas hileras tiene la mazorca, cuánto tardan en florecer en diferentes ambientes, cuál fue el rendimiento promedio en diferentes condiciones climáticas, en fin, obtuvimos muchos datos. A partir de ese trabajo detectamos cuáles eran los mejores maíces criollos de grano blanco y morado”.
Definidos los mejores maíces, en 2001 el investigador y su equipo de trabajo comenzaron a mejorarlos a través de cruzas con híbridos comerciales para disminuir la altura de la planta y otras características; por varios años las cruzas se sometieron a evaluación participativa en experimentos de campo con agricultores de varias localidades del sureste del Estado de México: “A través de este procedimiento, que lleva un año por cada cruza y varios años de prueba y selección en campo, en donde hay que realizar la plantación experimental, monitorear su crecimiento y rendimiento, evaluar las características de planta, mazorca y grano, obtuvimos tres variedades. Posteriormente las describimos y con los datos obtenidos conseguimos su registro en el Catálogo Nacional de Variedades Vegetales del SNICS-Sagarpa”.
Hecho eso, el doctor y su equipo de investigación se dieron a la tarea de producir semilla comercial, la cual distribuyeron para establecer lotes demostrativos, pero también para siembras comerciales para grano y forraje entre productores de las regiones donde realizaron los experimentos.
Se trata de variedades que no son híbridas, son de polinización libre y la ventaja de que así sea radica en que los campesinos no tendrían que invertir en comprar semillas cada año. Ellos mismos pueden continuar seleccionando semilla de su propia cosecha y así la adaptarán aún más a sus propias condiciones y la seguirán mejorando.
Parte del trabajo del equipo de investigación a cargo del doctor Ortega Paczka, quien también forma parte del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) con nivel I, consiste en generar material informativo que permita a los campesinos aprender la metodología de selección de semillas para seguir mejorando la variedad que se les compartió: “Para apoyar ese trabajo, generamos y estamos distribuyendo un folleto que explica a los campesinos cómo seleccionar la planta y mazorca de maíz para obtener semilla. El método que se recomienda se acerca mucho a su esquema tradicional pero incluye principios de la ciencia occidental para hacer más efectivos los avances en tipo de planta, rendimiento, sanidad del cultivo y otras características”.
Asimismo y pese a la obtención de las tres variedades que ya desarrolló, el investigador trabaja en la generación de nuevas y mejores variedades, sobre todo en desarrollar algunas de grano amarillo por su importancia comercial; así como de variedades de ciclo de vida más corto para algunas regiones de los valles altos de los estados de México y Puebla.
Con información de Armando Bonilla y Agencia Informativa Conacyt