Sobre el éxodo del sur / Disenso - LJA Aguascalientes
24/11/2024

¿Qué nos hace dueños de un país? ¿Qué delimita, más allá de la contingencia geográfica, una patria? ¿Qué es la patria? Estas preguntas me han asaltado por años (sin atisbo de solución), y se recrudecieron estos días con el éxodo de migrantes por la puerta sur “nuestro” país. Estoy confundido. Tomar una postura radical al respecto, al menos a mí, se me antoja complicado, ya no por razones morales sino intelectuales. Tal vez alguna o alguno de ustedes podría ayudar a aclarar mi opinión. Por que me gusta tener opiniones. Y también revisarlas y cambiarlas ante mejores argumentos. Lo que sea que sea un país, una patria, es algo que incluso por talante gregario (gran solución evolutiva) a todas y todos, de alguna manera nos toca. Creo que todos los emigrantes que he conocido siguen teniendo querencia, amor por el terruño. No importa si llevan toda su vida viviendo en otro país, incluso si son de generación posterior, hay algo misterioso que hace sientan una misteriosa atadura con su origen: la tierra de madre y padre.

Dado que el amor por ese sitio inasible está, quienes se van de su país lo hacen porque encuentran mejores condiciones en otro, porque han descubierto -con dolor- la tragedia de no tener las oportunidades que necesitan. Familias separadas, riesgos mortales, indecibles sufrimientos son consecuencias más o menos comunes para la mayoría de las y los migrantes. Sobre todo, de las más y los más pobres, de quienes más necesitaban irse. Las migraciones se dan de países de derecha o de izquierda, de dictaduras y de democracias. Las y los compatriotas al norte. Las y los vecinos centroamericanos al sur (seguramente también con el norte en la mira).

No está demás preguntarnos por qué se huye. Atender, tratar de dar solución a esa circunstancia que hace que alguien arriesgue su vida, la de su propia progenie, en busca de una mejor vida. Y nadie, creo, debería ser criminalizado por ello. Debemos, con urgencia, revisar y dialogar lo que estamos haciendo mal como humanidad, lo que se hace mal en los países que generan migraciones masivas, antes que cuestionarnos cómo hacer para impedirlas: ir a la causa y no al efecto.

¿Cuál es el límite del rastreo, del control meramente administrativo? Se puede argüir que la propia seguridad: debemos saber cuántos hondureños hay en el país, por el bien de todas las partes. ¿Es esto así? Bajo esa lógica, ¿las migraciones masivas (aunque sean temporales) que se dan entre estados – muchas veces más grande que algunos países- también deberían controlarse? ¿Por qué nos preocupa que haya tres o cinco mil hondureños en el país sin “control” pero entran millones de visitantes a Aguascalientes (sin registro) para la Feria de San Marcos? ¿Qué hace que nosotros los mexicanos podamos viajar por el país sin restricción, pero precisemos que quienes no lo son no puedan?

Todas y todos somos descendientes de migrantes. El encuentro entre culturas no ha traído sino progreso para nuestra especie. La nación más poderosa de la tierra (y acaso la más dura en sus políticas migratorias) encuentra su génesis y su grandeza justamente en la migración. Que vengan las y los que quieran, pienso, que se asienten si quieren, que paguen impuestos, que trabajen, que intercambien, que enseñen y aprendan. Que se integren. Poner nuestro país al servicio de las políticas migratorias de Estados Unidos es el sueño de Trump y la pesadilla de Bolívar. Los costos del muro los pagará México, efectivamente, si termina volviendo el país un muro para quienes buscan el sueño americano.

Claro que más allá de la dificultad para encontrar consistencia lógica parece más deseable que todas y todos entraran con papeleo y procesos administrativos regulados. Pero eso mismo aplica para el norte y siempre nos hemos quejado de la represión de la border patrol. ¿Es congruente tener la misma actitud al sur del país? Que vengan cinco o diez mil, los que quieran, que pasen o que se queden, pienso. Y por otro lado no deja de llamarme la atención el señalamiento de que no podemos con nuestra propia pobreza. También creo que esa pobreza no se soluciona impidiendo el tránsito de nadie por nuestro país. Y, repito, que nadie debería ser criminalizada o criminalizado por buscarse una mejor vida.

 

/Aguascalientesplural | @alexvzuniga



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1 thought on “Sobre el éxodo del sur / Disenso

  1. Creo que todo se reduce a una sola frase: Inestabilidad económica; y dentro de ésta, la corrupción es su causa más latente. Obviamente, cuando desenmarañamos esta “bola de hilo” son muchos los errores que encontramos arraigados, pero era cuestión de tiempo para que terminar con este resultado. Un éxodo que pudo haberse evitado si se hubieran corregido a tiempo. Saludos mi estimado C. Alejandro.

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