La tecnología puede contribuir a “forzar” una cultura de la transparencia y la participación ciudadana, en la medida en que Estado y sociedad civil adviertan que todo el ciclo de las políticas públicas puede beneficiarse del aporte y la inteligencia colectiva de ambas instancias y que, en consecuencia, manifiesten una firme voluntad política y cívica para lograrlo
Dra. Anahiby Becerril
Estimados Amigos Invisibles, a lo largo de las columnas escritas hemos hablado mucho de transparencia, derecho de acceso a la información, combate a la corrupción, entre otros temas.
Hoy hablaré de conceptos que usted ha escuchado y que los actores políticos mencionan en sus mensajes o discursos, sin embargo, ¿saben realmente lo que significan?
Los conceptos de reciente creación son Gobierno Electrónico, Gobierno Abierto, Justicia Abierta y Parlamento Abierto, fíjese, todo es abierto, pero creo que en la realidad la mayoría carece de esa apertura.
Todos estos conceptos tienen relación directa con las famosas Tics, las llamadas Tecnologías de la Información y las Comunicación las cuales forman parte de la cultura tecnológica que nos rodea y con la que debemos convivir. Amplían nuestras capacidades físicas y mentales, además de las posibilidades de desarrollo social. En este concepto TIC se incluye no solamente la informática y sus tecnologías asociadas, telemática y multimedia, sino también los medios de comunicación de todo tipo: redes sociales, los medios de comunicación social (mass media) y los medios de comunicación interpersonales tradicionales con soporte tecnológico como el teléfono, fax, entre otros. También tienen relación directa con Internet.
En este contexto se plantean nuevos retos para los gobiernos locales, en particular porque detrás de los supuestos de desarrollo en la era del conocimiento, se ocultan importantes riesgos, en particular vinculados con la generación de documentos digitales.
El Gobierno Electrónico es: “el uso de las TIC por parte del Estado, para mejorar los servicios e información ofrecidos a los ciudadanos y, con ello, incrementar la eficiencia y la eficacia de la gestión pública, además de incrementar sustantivamente la transparencia del sector público y la participación ciudadana”. Es decir, trámites administrativos electrónicos.
Por otra parte, el Gobierno Abierto es: “un nuevo paradigma o modelo de interacción sociopolítica que -basado firmemente en los valores y principios de transparencia, de la democracia participativa y empoderamiento ciudadano, de la rendición de cuentas, el open data y del uso de avances tecnológicos, y en la conformación de gobiernos como plataformas que promueven la colaboración e interacción- se constituye como un modo y/o estrategia para el diseño, implementación, control y evaluación de políticas públicas y para procesos de modernización administrativa”.
Este concepto data de 2011, cuando se concretiza la Alianza para el Gobierno Abierto, en el marco de la Asamblea General de la ONU, Brasil, Indonesia, México, Noruega, Filipinas, Sudáfrica, Reino Unido y Estados Unidos fundan la Alianza para el Gobierno Abierto, AGA (Open Government Partnership -OGP-), una iniciativa multilateral en la que hoy participan más de 75 naciones, en donde se integra México.
Desde entonces, se suscribieron los compromisos guiados por cuatro principios básicos, que deben de respetar los países integrantes de esta Alianza:
*Transparencia en la actuación de los poderes públicos;
*Participación Ciudadana, en la elaboración de políticas públicas;
*Rendición de cuentas, responsabilidad de los actores públicos y su deber de rendir cuentas;
*Innovación y Tecnología, el empleo de las TIC para alcanzar estos objetivos y fomentar la innovación democrática.
En cambio, la Justicia Abierta es: “un modelo de gobernanza sustentada en los pilares de transparencia, apertura de datos, participación ciudadana y colaboración entre gobierno y ciudadanía; cuyo objetivo es mejorar el quehacer de las instituciones de justicia, y a través de ello, incrementar la confianza de la ciudadanía en la impartición de justicia”.
Por Parlamento Abierto se entiende: “establecer una nueva relación entre representantes y representados, en términos de colaboración, rendición de cuentas, acceso a la información, participación ciudadana y uso de tecnologías de información. Ello con la intención de minimizar, por una parte, la insatisfacción popular, y por la otra, la desconfianza en la institución parlamentaria. En cuanto a la minimización de la insatisfacción popular, es necesario que el Parlamento Abierto tenga una dimensión relacional dinamizada a través de la colaboración y la participación entre los diputados de distintos partidos políticos e independientes, las comisiones asesoras y los ciudadanos y sus organizaciones para que se logre el intercambio de experiencias, conocimientos, saberes e inteligencia cívica para hacer de las decisiones parlamentarias y de los acuerdos un acto legítimamente relacional. Es la vía para el logro de la satisfacción popular y esto se basaría en tres principios fundamentales, hoy propuestos por la Alianza por el Parlamento Abierto (2014): 1- Información parlamentaria, 2.- información histórica; y 3.- Información sobre legisladores y servidores públicos”.
Como ve usted, en nuestro Estado nos han hecho creer que estamos ejerciendo estos derechos, o bien, que los sujetos obligados están cumpliendo con los conceptos descritos y compromisos adquiridos. Por ahora, lo que usted está poniendo en práctica es sólo el Gobierno Electrónico, o ¿acaso no ha realizado trámites electrónicos como un acta de nacimiento, pago de placas, pago de predial, entre otros tantos? En cambio, el Gobierno Abierto, la Justicia Abierta y el que está enredado y no sabe ni por dónde comenzar es el Parlamento Abierto.
Todos estos conceptos deben implementar mecanismos para involucrar a la ciudadanía en la toma de decisiones, no sólo en y durante las campañas políticas, sino en el ejercicio y la gestión de gobierno.
Nosotros como ciudadanos debemos participar e interesarnos por los asuntos públicos que nos competen, así, en la medida en que el gobierno abra esos canales de diálogo e interacción con los ciudadanos, podrá (eso espero) aprovechar su potencial contribución al proceso de gestión estatal. Estoy convencido de que, si la ciudadanía aprovecha la apertura de esos nuevos canales participativos, podrá colaborar activamente con la gestión de gobierno, promoviendo de este modo los componentes deliberativos y participativos de la democracia, que mucho hace falta en Aguascalientes.
En conclusión, estos conceptos Abiertos pueden coadyuvar para ser habilitadores para la transparencia, participación ciudadana, y sobre todo, para la rendición de cuentas.
Ya sabe, alguien tiene que decir las cosas.
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