Narcoguerra: Callejón sin salida/82 / Tlacuilo - LJA Aguascalientes
21/11/2024

 

 

RESUMEN XIV. WATERGATE. El resto de la historia de Nixon ya lo conocemos: todos los embrollos que orquestó con Kissinger desde que éste ingresó a la CIA en 1951, terminaron enredándolo en su propia telaraña hasta reventar cuando dos valerosos periodistas del Washington Post encontraron un hilo suelto que les permitió empezar a desenredar la madeja, dejando al descubierto una operación fraudulenta que provocó el escándalo mundial conocido como Watergate, por el nombre del edificio donde se encontraban las oficinas del Partido Demócrata en el que instalaron equipos de espionaje telefónico que permitieron obstaculizar la campaña del adversario y ganar las elecciones para un segundo periodo presidencial, a pesar del desprestigio que arrastraba por la deshonrosa derrota en Vietnam.

Al final de cuentas en el primer año de su segundo ejercicio, el escándalo judicial que abrió la caja de pandora de sus operaciones encubiertas en diversas partes del mundo y en los propios Estados Unidos -al margen e incluso en violación de mandatos expresos del Congreso- lo convirtieron en el único presidente en la historia de Estados Unidos obligado a abandonar el cargo en forma humillante.

NIXON Y SU NARCOIMPERIO. Nixon se fue en 1974 y lo sustituyó Gerald Ford, pero Kissinger, que había sido fiel colaborador del primero en la CIA (donde armaron operativos criminales en contra de multitud de países desde 1951) continuó como Secretario de Estado, garantizando no sólo la permanencia sino el exitoso funcionamiento de la nefasta obra presidencial articulada por ambos. En síntesis:

a) WAR ON DRUGS. La guerra mundial declarada contra el narcotráfico en 1971, el más efectivo instrumento de intervención económica, política y militar inventado por los imperios modernos, además de mantener el ambiente bélico que el imperio necesita respirar para subsistir, mantendría vigente el negocio de las armas que estaba por concluir con la inminente derrota en Vietnam.

b) NARCOIMPERIO. Complemento de lo anterior es la creación de la DEA en 1973 para perseguir al narcotráfico privado, mientras la CIA organizaba el narcotráfico de Estado para financiar extraoficialmente la guerra de Vietnam con la heroína del Triángulo Dorado pero también con la cocaína y la marihuana latinoamericanas cuyo tránsito por nuestro país iba a hacer surgir el poderoso narcotráfico que ahora existe en México como uno de los subproductos de la guerra sucia, drogas que en su mayor parte se colocaban en el mayor mercado del mundo que está integrado por los drogadictos estadounidenses, todo mediante una operación encubierta coordinada con su vieja amiga la Cosa Nostra (rama americana de la mafia siciliana). Este doble juego constituye lo que podríamos llamar Narcoimperio Estadounidense.

c) OPERACIÓN CÓNDOR. El asesinato en 1973 del presidente chileno democráticamente electo Salvador Allende para imponer al dictador militar Pinochet, base de sustentación de la sanguinaria Operación Cóndor proyectada al resto de América Latina a partir de 1975. 10 días después de la muerte de Allende, Nixon premió a Kissinger -que era octavo consejero de seguridad nacional- con el alto cargo de Secretario de Estado.

d) SAQUEAR EL PETRÓLEO AJENO. En 1971 Nixon abandonó el patrón oro que respaldaba al dólar como moneda base del comercio internacional desde el acuerdo de Breton Woods en 1945, provocando su devaluación inmediata y una convulsión en la economía mundial; uno de los sectores seriamente afectados fue el de los países productores de petróleo; si a esto agregamos el apoyo militar de Estados Unidos a Israel en su enfrentamiento de 1973 con Egipto y Siria conocido como la guerra de “Yom Kipur” dentro de la añeja confrontación árabe-israelí, se entenderá la represalia de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) en el sentido de cancelar la venta de petróleo crudo a los aliados de Israel, haciendo caer a Estados Unidos y Europa occidental en una grave crisis energética. Nixon reafirmó su contribución a la “doctrina” de seguridad nacional, en el sentido de que Estados Unidos tiene el derecho de intervenir en cualquier parte del mundo dondequiera que la considere amenazada, que heredaría para justificar las posteriores embestidas a las naciones petroleras con el propósito de usurpar sus reservas, incluidas las de México con Pemex a medio privatizar y con la mira puesta en Venezuela.


e) EXPERIMENTO NEOLIBERAL. Todavía en 1973 pero con su dictador ya en el poder, Nixon envió a Chile a su economista Milton Friedman para insertar, en vías de experimento, la tecnocracia neoliberal que posteriormente globalizarían, es decir, impondrían al mundo, provocando primero la entrega de inmensas riquezas latinoamericanas al capital extranjero y después la grave crisis europea actual. No por nada decía Nixon: “Si Estados Unidos no es capaz de controlar a América Latina, no podrá imponer el orden en el resto del mundo.”

Continuará

(Aguascalientes, México, América Latina)


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