- Académicos y alumnos de la Escuela de Ciencias Económicas y Empresariales sostuvieron un encuentro con el autor
- Andrew Paxman compartió el trabajo de archivo, de reportero y de investigación realizado para la elaboración del libro
Rafael Garduño, Jorge Manuel Aguirre y Santiago Reinoso fueron los encargados de presentar Los gobernadores de Andrew Paxman en el aula Aguascalientes ante la presencia de alumnos y académicos de la Universidad Panamericana campus Aguascalientes.
Andrew Paxman destacó que desde los desfalcos de Javier Duarte hasta la mano dura de Rafael Moreno Valle, muchos gobernadores recientes son prueba contundente de que una mayor democracia electoral no necesariamente se traduce en un mayor Estado de derecho. Aun la Jefatura de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a pesar de sus logros, fue criticada como autoritaria y tolerante de la venalidad.
Señaló que la obra fue elaborada con la colaboración de doce perfiles, periodistas y académicos que destacan las raíces de la conducta caciquil y documentan el modus operandi de varios de los gobernadores “sobresalientes” de nuestros tiempos. El autor dijo que la obra tiene varios objetivos: como su deseo de que funcione como una especie de rendición de cuentas, porque en muchos estados de la republica la prensa local está básicamente coartada por el gobierno del estado, no hay mucha libertad de expresión en estados como Veracruz bajo Javier Duarte, tomando un ejemplo muy conocido, subrayó que la idea de perfilar a doce cobradores en el libro, la obra funciona como una especie de rendición de cuentas para que la gente sepa quiénes realmente son, que han hecho, que pueda distinguirse entre rumores y hechos, ya que se han corrido rumores que no son del todo verídicos los argumentos que socialmente se conocen.
Paxman dijo que cuando se armó el proyecto a principios del año pasado, cinco de los exgobernadores eran presidenciables lo que es un reflejo del creciente poder de los gobernadores en décadas recientes, hubo un tiempo después de la revolución cuando era típico para un presidente haber sido ya gobernador, esto sucedió desde Calles , Alemán, Ruiz Cortines luego hubo un plazo de 42 años del 1958-2000 donde no había ningún presidente que hubiera sido gobernador, “ahora hemos vuelto a los viejos tiempos desde el año 2000 con Fox de Guanajuato, con Peña Nieto de Estado de México y ahora con AMLO exjefe de gobierno del DF, el único que no fue gobernador es Calderón, eso habla de un creciente poder de los gobernadores, también el hecho de que en los últimos 20 años los gobernadores, no todos pero varios, han mostrado o han ejercido un poder cada vez más autónomo, los viejos mecanismos de rendición de cuentas , no solo la prensa si no el Congreso de la Unión, el mismo presidente; En los viejos tiempos del PRI por ejemplo cuando un gobernador se excedía en cuanto a corrupción o ejercicio de la violencia, era quitado de su lugar o el senado hacia una destitucion de poderes en ese estado o el mismo presidente ejerciendo poder tras bambalinas por gobernación, por Hacienda o la misma prensa, a veces por televisa, presionaba al gobernador para “tomar licencia”, esa es la frase que siempre manejaba, eso ya no sucede o muy rara vez por lo que la sociedad tiene que encontrar nuevas maneras de poner los reflectores sobre los gobernadores.”
Sobre la selección de los personajes destacó que tuvo tres antecedentes. Primero: después de escribir la biografía de William Jenkins, me quedé con mucho material sobre un gobernador que fue su cómplice político principal: Maximino Ávila Camacho, gobernador de Puebla en los años 30. Es un personaje que asombra por su carisma, su machismo, su desvío de fondos y su brutalidad, y tenía ganas de revelar más sobre él y el cacicazgo duradero que estableció.
Segundo: en años recientes hemos visto toda una ola de titulares sobre gobernadores, digamos, traviesos, cuyo descarado abuso de su cargo merecía un análisis históricamente basado. Y el que parecía encarnar más que nadie esta tendencia era Javier Duarte.
Y tercero: un síntoma del creciente poder de los gobernadores durante los últimos años se vio claramente en el hecho de que, para principios de 2017, hubo cinco exgobernadores que se habían declarado precandidatos en la campaña para presidente: Osorio Chong, Moreno Valle, Eruviel Ávila, Yvonne Ortega y —considerando la Ciudad de México el equivalente de un estado— Andrés Manuel López Obrador. De allí, de cada uno de los seis estados representados por estos cinco, más Duarte, identifiqué a un gobernador llamativo de la época posrevolucionaria, con la idea de que saber algo sobre los antecesores nos podría enseñar algo sobre la cultura y el comportamiento de muchos gobernadores recientes.
Por ejemplo, en Hidalgo en los años 30, Javier Rojo Gómez estableció un estilo de gobernar que incluía el uso eficaz de alquimia electoral, misma que Osorio Chong empleaba como operador político durante su rápido ascenso en el PRI hidalguense. Este es un ejemplo de una cultura política, en este caso muy acarreada, muy poco demócrata. Otro ejemplo: tal y como AMLO experimentaba tensiones con el presidente Vicente Fox cuando jefe de gobierno del entonces Distrito Federal (ahora solo Ciudad de México), Ernesto Uruchurtu experimentó tensiones con Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz. Este es un ejemplo de retos no culturales sino estructurales, en este caso la permanente fricción entre el gobierno federal y el de la ciudad más importante del país.
Andrew Paxman compartió el trabajo de archivo, de reportero y de investigación realizado para la elaboración del libro “Con un par de excepciones, recluté a historiadores para escribir los perfiles posrevolucionarios y a periodistas para escribir los perfiles recientes. La mayoría de los historiadores incorporaban investigación archivística. Los reporteros dependían de una mezcla de fuentes publicadas y sus propias entrevistas. Les animé a buscar datos duros sobre gasto público, índices sociales, etcétera. Les animé a considerar que aún los gobernadores más despreciados tienen sus aciertos y sus logros. Les animé a sintetizar su información y evitar la transcripción de entrevistas al estilo de Proceso, que siempre me ha parecido un periodismo perezoso. Y les animé a estar en contacto con los historiadores respectivos, para estar enterados de posibles continuidades entre los gobernadores posrevolucionarios y los recientes.
En cuanto al estilo del libro, la idea básica que yo tenía era la de acercar a los dos grupos de escritores en cuanto a sus respectivas maneras de escribir. Quise que los historiadores adoptaran un estilo más narrativo y anecdótico, menos seco que se acostumbra emplear en la academia, y que los periodistas usaran un estilo más riguroso, respaldado por perspectivas distintas, cifras comprobadas y notas a pie de página. También quise que trataran a sus sujetos como seres humanos, no como monstruos. Las secciones sobre la infancia y adolescencia de Moreno Valle, Javier Duarte y Osorio Chong son excelentes ejemplos de lo que yo anhelaba ver.”
Finalmente Paxman envió un mensaje a la comunidad universitaria: “Primero los invito a votar y seguir votando, investiguen la trayectoria política de los candidatos, en las próximas elecciones y espero que libros como este inspiren a otros libros a investigar bien no solo a los gobernadores sino los que se perfilen para ser gobernador o presidente, los invito a que lean sobre esos personajes para hacer el bien, no solo para saber las propuestas de televisión por sus anuncios, sino investiguen y tomen el tiempo necesario para reflexión , también espero que este libro inspire a estudiantes a hacer sus propias obras de investigación; si queremos que Aguascalientes siga siento un estado donde haya una fuerte tasa de crecimiento, donde cada vez más empresas no solo locales sino nacionales e internacionales decidan fundar su filial en Aguascalientes o establecer un negocio en la plaza, nos toca a toda la comunidad trabajar para crear un ambiente empresarial cada vez más trasparente, cada vez más honesto en que cada empresa rinda frutos, no solo para los inversionistas sino para los empleados también, por lo que invito a la comunidad de la Universidad Panamericana a investigar, trabajar con honestidad y aprender a tomar decisiones responsables”.
Con información de la UP
