- III Seminario sobre Políticas de Drogas en América Latina
- Luchas de narcotráfico están emparentadas con luchas de poder
En el segundo día de trabajo dentro del III Seminario sobre Políticas de Drogas en América Latina (Sepodra) en el panel Reacciones ante la guerra contra las drogas, los ponentes Salvador Maldonado Aranda, Gustavo Duncan y Julieta Lemaitre coincidieron en que la violencia ha alterado las formas de relacionarse en México, como antes sucedió en otras etapas de la historia.
Salvador Maldonado, del Colegio de Michoacán, abordó en su participación cómo las comunidades rurales han ido afrontando la violencia e incluso aprendido a convivir con ésta y el narcotráfico.
Apuntó que las comunidades del sur de Michoacán, por ejemplo, no sólo han aprendido a sobrevivir a la violencia generada por los narcotraficantes, sino también a la que produce el propio Estado u otras comunidades rivales.
Para profundizar el tema comentó cómo los narcotraficantes comienzan a ser parte del sistema económico de muchas regiones a través de la compra de tierras de carácter comunal, en las que se emplea a los miembros de esa comunidad y éstos obtienen no sólo la producción, sino una manera ágil de lavar dinero y por otra, la protección de sus comuneros, “el tema de la violencia en las zonas rurales se puede explicar por la forma en que la población está entrecruzada con el narcotráfico, son productores, participan de una economía”, puntualizó.
Maldonado también abordó cómo los problemas sociales se van involucrando con la violencia a partir de la rivalidad que existe entre grupos antagónicos y cómo no estando superadas estas etapas de luchas regionales, el narcotráfico las puede alentar o incluso los líderes de dichas comunidades pueden utilizar de pretexto la violencia ocasionada por la guerra contra la delincuencia organizada, para continuar con esta batalla: “hay una historia de lucha de poder muy fuerte entre las élites indígenas. Utilizan el tema del crimen organizado para continuar con esta lucha de poder” finalizó.