Por Alex Monreal
El presidente electo no sólo ganó la elección del pasado 1 de julio, lo hizo de manera apabullante, resultado es un mensaje claro de la ciudadanía que obedeció a un hartazgo ciudadano derivado de los pésimos resultados y la rampante corrupción del gobierno saliente aunado una oferta política poco atractiva de las diferentes fuerzas. El resultado en sí, ha generado una expectativa pocas veces vista por los votantes, dicho por él, la cuarta transformación, un cambio trascendental en la manera de gobernar, teniendo como sello, el rompimiento con viejas formas de hacer política, con austeridad republicana donde propone algunas estrategias como la disminución drástica de sueldos para altos funcionarios; la eliminación de puestos y fusión de áreas; la eliminación de privilegios como vehículos, teléfonos o gastos superfluos; el adiós de las pensiones presidenciales; entre otros.
Una cirugía mayor en los programas sociales, particularmente duplicar la pensión de adultos mayores y lo que hasta hace unos días el mismo decía sobre las becas para jóvenes que no estudian ni trabajan, así como algunos proyectos estratégicos como el tren transpeninsular o la cancelación de nuevo aeropuerto y en cambio habilitar el aeropuerto de Santa Lucía como un segundo aeropuerto de la ciudad y sin duda el combate frontal a la corrupción. También es evidente que quien marca a la agenda pública en este país ya no es el presidente en funciones, la hecatombe ha sido tal, que aun sin entrar en funciones. La agenda, los temas y las discusiones del día a día, las pone el presidente electo.
Derivado de esta realidad y a unos días de que tanto la cámara de Senadores como la de diputados tomaran protesta, inicia el momento de pasar del dicho al hecho y el resultado inicial nos ha dado varios baldes de agua fría. Hace algunas semanas el presidente electo ya lo esbozaba, no es lo mismo estar en campaña que gobernar. Hoy sabemos que la pensión no se podrá duplicar, llegará a $1,160, menos de lo previsto, además la pensión de adultos mayores ya no será a partir de los 65 si no de los 68 años a excepción de las zonas indígenas, la beca para jóvenes no es beca, se les dará a las empresas el monto para que se les pague a los jóvenes que se capaciten, que se rehúsa pero la realidad lo está alcanzando y el aeropuerto de Santa Lucía no es opción viable, que se consultará solamente de los temas de que convienen al nuevo gobierno y como cereza del pastel, el espectáculo de cámaras que hemos presenciado esta semana, por un lado un acuerdo burdo, lamentable y vil para que el gobernador de Chiapas pueda ocupar dos cargos a la vez, “A cambio de qué”, pues de que cinco diputados del verde se sumen a las filas de Morena para obtener mayoría en la cámara de diputados, los espectáculos del diputado Noroña contra Muñoz Ledo y de la bancada del Morena en la instalación de la camada de diputados. Es claro que no estamos en tiempo de hacer una valoración real de lo que será el nuevo gobierno, pero lo que sí ha quedado evidenciado es que del dicho al hecho hay mucho trecho ya el tiempo nos dirá, a cambio de que.
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