- La tridilosa es una estructura socialista que resistía a los sismos y ahora ha entrado en desuso
- A 21 años de su muerte, las ideas del ingeniero civil mexicano sobreviven en diskets vervatim de 3.5 pulgadas
Empacadas en cajas se almacenan las ideas, los cálculos, y algunos dibujos de uno de los grandes ingenieros de México: Heberto Castillo Martínez. A 90 años de su nacimiento, Javier Castillo nos habla de las ideas vigentes de su padre.
La tridilosa es una estructura tridimensional que combina acero y cemento fue su invento más famoso y era bastante común verla en los puentes, entrepisos o domos, pero ahora es una idea en desuso -comentó-, la razón es simplemente económica, “uno cobraba el 10 por ciento sobre el valor total del material, lo que se traduce en menores ganancias al ocupar muy poco pues la tridilosa reduce en un 60 por ciento el uso del concreto”.
Pero no sólo es la estructura más barata y ligera, también es la más resistente a los sismos. “Es como la llamaba mi papá, una estructura socialista, porque todos los elementos trabajan y cada uno de ellos recibe según la necesidad y aporta de acuerdo a su capacidad. Cuando se daña algún elemento, otros resisten la carga por ella, y cuando la llevas al límite, ésta se dobla pero no colapsa como lo hicieron muchas losas durante el reciente sismo. Al ser una ciudad sísmica, sería bueno replantearnos el uso de esta estructura”, comentó.
Otra idea vigente del ingeniero es el desarrollo de la ciudad desde una óptica sustentable evitando colapsarla, “Decía que los problemas necesitan resolverse desde la ciencia y la inteligencia colectiva. Se necesita ver con los ojos de los demás y preguntar a las personas que más saben sobre ciertos temas para no ser víctimas de nuestra propia ignorancia, y eso continua siendo vigente, pues hoy se siguen construyendo edificios de 40 pisos”.
Sus aportaciones continúan
Castillo Martínez es reconocido en varios ámbitos, en lo académico, fue profesor por más 20 años, en la materia de Análisis y Diseño de Estructuras. A 21 años de su muerte, las ideas del ingeniero civil mexicano sobreviven en diskets vervatim de 3.5 pulgadas y de donde Javier, su hijo, ha encontrado las pistas para crear un programa que realice estos cálculos.
“Heberto simplifica brillantemente el cálculo de matrices, para ver cómo se comporta la estructura de tridilosa, lo cual es de gran ayuda para los jóvenes ingenieros ya que los programas que comúnmente usamos son de otros países, actualizar tan solo la licencia significa invertir 50 mil pesos, esto para alguien que gana el promedio es mucho dinero.
“Mi papá siempre buscó en la creatividad darle solución a los problemas y da coraje saber que continuamos consumiendo lo que se hace en otros países. Los mexicanos somos personas muy capaces, pero pensar lo contrario nos ha hecho daño, al igual que el malinchismo”.
Tecnología del mexicano de uso libre
El invento del ingeniero: la tridilosa, no tiene derechos de patente, ya que en su momento Luis Echeverría se la quitó como una venganza política -relató Javier, quien es ahora arquitecto-. “Es un invento mexicano para uso de los mexicanos”, apuntó.
Al igual que la tridilosa, el software para calcular estructuras también será accesible pues Javier Castillo, quien se dio a la tarea de rescatar la información, lo pondrá a disposición del público en breve junto con el libro Tridilosas. Fundamentos teóricos y prácticos. Método de simplificación para su diseño.
Comentó, es una tecnología que está ahí, que fue diseñada acorde a las necesidades de la ciudad, y un conocimiento libre a disposición de todos. Valdría la pena usarla.
Heberto, el ciudadano
Heberto Castillo Martínez nació en Ixhuatlán de Madero, Veracruz, el 23 de agosto de 1928, y durante su vida, además de académico fue un incansable luchador social.
“Mi papá no era un político, era un filósofo idealista, todo un quijote. Se jugaba la vida a cada rato, a veces de una forma irresponsable; sin embargo, no solo mi padre, sino toda su generación era muy dinámica, luchaba por lograr justicia y equidad social. Mientras las generaciones de ahora son más conformistas.
Si bien es cierto, las desigualdades nos han lastimado profundamente, y aunque hay coraje entre los jóvenes, no está dirigido a quien de verdad ha creado esas desigualdades, opinó.
Javier Castillo recordó que la lucha de Heberto, su padre, sigue vigente. “Mi padre decía en los homenajes que se hacían a Emiliano Zapata u otros personajes: Son frustrantes porque su lucha sigue vigente, el mejor homenaje sería no hacerle homenaje, porque eso indicaría que su lucha ya fue superada.
“A mi papá se le podría recordar usando sus idea, que son gratuitas, no solo en la fecha de su muerte o de nacimiento”, recordó.
Con información del Foro Consultivo Científico y Tecnológico