Prensa: libertad de opinión y crítica reflexiva / Marcela Pomar en LJA - LJA Aguascalientes
22/11/2024

En el marco del VIII Encuentro Internacional de Historiadores de la Prensa efectuado en la Universidad Autónoma de Aguascalientes los días 29, 30 y 31 de octubre, ha quedado destacada la función de la prensa en la configuración del estado moderno. La pluralidad de voces y opiniones de los cerca de 300 investigadores nacionales y extranjeros reunidos en esta ocasión coinciden en demostrar la trascendencia de la libertad de expresión como instrumento democratizador de los pueblos y constructor masivo de criterios. De allí su vital importancia.

En principio, la prensa como institución social acerca a los individuos a un mismo plano donde todos tienen la posibilidad de expresar pensamientos y reflexiones libremente sin importar su condición, raza, sexo, religión o tendencia política. El concepto de opinión pública nace precisamente con el surgimiento de la libertad de imprenta entre los siglos XVII y XVIII en Europa en un entorno ilustrado y de defensa de los derechos humanos universales. En este sentido, las nuevas sociedades capitalistas burguesas encuentran en la prensa el medio idóneo para diseminar valores liberales y constitucionales. El periódico alcanza su madurez en el siglo XIX en España y en las colonias americanas, donde los diversos diarios impresos son, a su vez que pulso y voz de la sociedad letrada, medios de difusión de las principales ideas políticas y sociales de las élites que controlan el poder, ejerciendo así una labor doble.

El doctor Antonio Laguna Plateros, decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad Autónoma de Castilla, La Mancha en España y autor de decenas de libros sobre el tema, en conferencia magistral expresó que: “la prensa ha sido desde sus orígenes subjetivamente antirrevolucionaria, aunque objetivamente revolucionaria”. Y es que los gobiernos monárquicos absolutistas, reconociendo la gran influencia de la prensa en el control social, pretendieron defender su statu quo manipulando y dirigiendo la información a su favor, al mismo tiempo que permitieron que en la realidad a través de la libertad de imprenta las voces revolucionarias influenciaran profundamente a individuos y grupos sociales ávidos de justicia y de libertad, de cultura y de educación. Es decir, la prensa ha sido históricamente el activo básico de los gobiernos despóticos, pues restringiendo la libertad de expresión, dirigiendo las mentalidades o promoviendo sus doctrinas, han logrado dominar a las masas. Sin embargo, la prensa también ha sido la herramienta de difusión de las ideas de cambio y de expresión crítica frente al abuso y la opresión.

En Nueva España, las publicaciones periódicas se caracterizaron por su fervor patriótico e independentista que pujaba por la emancipación de la Corona española. Las gacetas literarias y los mercurios fueron el vehículo ideal del pensamiento ilustrado para llegar a la nueva sociedad americana que dio origen al periodismo criollo y emancipador. José Joaquín Fernández de Lizardi fundador del periódico liberal El Pensador Mexicano (1812), la Gaceta del Gobierno (1825) y autor de obras como El periquillo sarniento, fue uno de los primeros periodistas de la transición entre la monarquía y la república. Sus obras con fines eminentemente pedagógicos buscaban brindar a una sociedad empobrecida e ignorante educación para una vida justa y digna, y una visión crítica contra los gobiernos impunes.

Sin embargo, como cualquier producto capitalista, la prensa a lo largo de los siglos XIX y XX, adquirió toda la fuerza que su mercado masivo le confirió. La información se convirtió en objeto de cambio sujeto a las leyes de la oferta y la demanda que los grupos económicos en el poder dictaban. La propaganda política y económica para dirigir a las masas y determinar la veracidad de los sucesos históricos dirigieron los contenidos en aras de intereses económicos bien definidos.

Hoy en día, los altamente tecnificados medios de información –prensa, televisión, radio, redes- representan “la fuerza” de las oligarquías en el poder. Su influencia ha demostrado ser devastadoramente útil para producir las utilidades deseadas: legitimar gobiernos, postular candidatos, elegir presidentes, justificar ilícitos, construir héroes, destruir causas, socavar luchas, olvidar abusos, callar críticas, adormecer conciencias, enajenar masas, etcétera. Los intereses políticos están en México íntimamente unidos a los intereses económicos neoliberales que todo ven con fines de productividad y eficiencia.

Se hace necesario entonces reflexionar detenidamente sobre la influencia que la prensa y los medios de comunicación han tenido sobre nosotros, pues ello determina mucho de lo que somos, de lo que hacemos y de lo que pensamos. Si bien la expresión de pluralidad de voces, ideas y conocimientos en los distintos medios puede devenir en reflexiones productivas para la vida de los individuos, así también la imposición de pensamientos unilaterales y verdades sesgadas resulta en enajenación, conformismo e individualidad. Los dueños del poder apuestan por nuestra ignorancia, saben bien que en el conformismo y en la enajenación a través de los medios tienen su mayor arma.

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