Según cifras oficiales, alrededor de 33.000 personas han sido reportadas como desaparecidas en México desde 2007 (The NY Times en Español, 4 de junio de 2018). En este contexto, el caso de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa dista mucho de ser la excepción, aunque sí constituye un claro ejemplo de la fundada sospecha sobre una colusión evidente entre empleados públicos de diferentes niveles y jerarquías y las poderosas bandas del crimen organizado.
A propósito, establece una reciente sentencia judicial que parece “traída del futuro”, que la investigación sobre la desaparición de 43 normalistas en 2014 “no fue pronta, efectiva, independiente ni imparcial”, señala el fallo emitido por ese tribunal federal, y que por lo tanto, debe establecerse una “Comisión de la Verdad y la Justicia” a modo de un “procedimiento alternativo”. Así, en ésta sentencia inédita, el Primer Tribunal Colegiado del Decimonoveno Circuito con sede en Reynosa Tamaulipas, estableció que se debe “reponer el procedimiento” de la investigación debido a “que hay indicios suficientes para presumir que “las confesiones e imputaciones” de quienes presentaron los recursos de amparo -varios acusados de participar en las desapariciones- fueron “obtenidas por medio de tortura”, entre otras muchas y graves irregularidades cometidas por la PGR.
No es exagerado decir entonces que ésta inédita sentencia que parece que “viene del futuro” (Pérez, Carlos, El Universal) marca un antes y un después en México. Y sí resulta atinado sostener que quienes la atacan por ser un supuesto atentado “a la división de poderes” y “a la autonomía y facultades investigadoras del ministerio público”, -la PGR en primerísimo lugar- viven en un pasado autoritario, antidemocrático y opaco al que los mexicanos no podemos darnos el lujo de volver por ningún motivo. Porque veamos: un Tribunal Colegiado es un órgano constitucional del Estado mexicano dotado de competencia, facultades y legitimidad fuera de toda duda. Y para resolver en esa sentencia, echó mano de nuestras leyes y precedentes jurisprudenciales, pero sobre todo, del marco del derecho internacional de los Derechos Humanos del cual el Estado mexicano es parte voluntaria. En el caso, dicha sentencia, que por lo demás fue votada de manera unánime por los tres magistrados del Tribunal y que es terminal y definitiva, significa tan sólo la puesta al día en el orden interno, de 40 años de desarrollo jurisprudencial de avanzada realizado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, a la que queda sujeta ineludiblemente el Estado mexicano por virtud de la reforma constitucional de Derechos Humanos de 2011. Igualmente, la sentencia es resultado del trabajo serio y comprometido del GEI y del equipo argentino de antropología forense, ambos invitados en su día por el Estado mexicano para coadyuvar seriamente en una investigación iniciada por la PGR sin pies ni cabeza y no para esclarecer los hechos sino para ocultarlos; desprovista totalmente de legitimidad por preconizar una “verdad histórica” absurda. Sentencia futurista la del Colegiado porque ordena y pone las bases de una verdad real y no solo legal e inverosímil sobre lo ocurrido a 43 personas de las cuales todavía hoy desconocemos su paradero. También porque evidencia la podredumbre y desfase de nuestras instituciones de procuración de justicia y porque pone los derechos de las víctimas al centro de la investigación exhaustiva que el Estado mexicano está obligado a realizar de una vez por todas para esclarecer los hechos. Nada menos se espera de un estado democrático de derecho donde prevalece la división de poderes.
Apuntes futboleros
Empieza el mundial ruso y las selecciones favoritas son casi las de siempre. Las demás hacen la justa colorista y diversa, pero poco más. Aun así, el futbol es casi impredecible a pesar del VAR, pues el indiscutido astro Messi se acaba de estrenar con mal fario en el mundial al fallar un penal contra la sorprendente Islandia, mediando la brillante intervención de su portero, un veterano de 35 años y debutante en copas del mundo que se gana la vida como camarógrafo. Pero hablando de dos equipos con muchas dotes técnicas y bien parados en la cancha que bien pueden ser considerados como serios aspirantes al título, gran juego dieron las ibéricas España (campeona del mundo en Sudáfrica) y Portugal (campeona actual de Europa), donde brilló intensamente Ronaldo, quien sin duda está entre los mejores del mundo y también de todos los tiempos. Impresionante, simplemente impresionante su gran forma física y unas cualidades técnicas en plenitud para hacer un jugador fuera de serie. La Roja, toda enjundia, reivindica a su seleccionador recién ido, pues la polémica presencia del nacido en Brasil Costa contribuye con dos estupendos goles. Pone el tercero el cuestionado juvenil Nacho, gol lleno de pasión y de hambre de triunfo. Pero sin duda las Españas necesitan otro portero con urgencia si quieren llegar más lejos en este mundial. Alguien como el portero egipcio ante Uruguay, por ejemplo. Los rusos, que llevaban la tira de tiempo sin ganar un solo juego, le meten 5 a una débil e inocente Arabia Saudita en el partido inaugural, aunque veremos lo que pasa con los exitosos anfitriones cuando tengan enfrente a otros equipos mejor parados. Increíble manera de fallar goles hechos la del centro delantero uruguayo del Barsa con su selección ante Egipto, que le cerró muy bien los espacios a Uruguay y casi le saca el empate. Evidentemente Suárez no es Messi ni mucho menos Ronaldo, pero fallar tres en el partido inaugural de la copa del mundo parece mucho fallar. Como a Íñigo, no me acaba de convencer el tal VAR, pues quita una parte del factible error humano tan parte del futbol y acaba con el ritmo propio de los partidos. Hoy Francia apenas le ganó a una tozuda Australia gracias a él. ¿Hacía falta pues medir al milímetro las jugadas, o el futbol estaba bien como era antes?
COLA. Ya les conocíamos de otro mundial con el programa “De Zurda”, pero para dejar a los merolicos del micrófono y aprender un poco de futbol, es imperdible el programa “De la mano del 10” de Telesur, retransmitido por Canal 22. Maradona es carismático aun sin balón y siempre dice algo interesante. Por su parte, Víctor Hugo es un gran periodista que sabe decir y sabe estar en estupenda mancuerna con el folclórico campeón del mundo. Allí está la mejor prueba de que no se necesita mucho para hacer una televisión de calidad.
@efpasillas