- La investigación científica y tecnológica y la generación de alternativas en el arte y la cultura son características de una verdadera universidad
- La sociedad requiere de mayores expertos en tecnología, innovación y ciencia, pero también del arte, de la cultura y de las humanidades
Una sociedad que no genera en sus universidades investigación de alto nivel, y que esa investigación no se aplique para resolver los problemas significativos de la sociedad, esa universidad es cada vez menos universidad. Pero si además no genera alternativas en el ámbito creativo y sensible del ser humano, como es el arte y la cultura, tampoco es una universidad, señaló el rector de la Universidad de Guanajuato, Luis Felipe Guerrero Agripino, en su visita a esta ciudad para asistir a la presentación del libro Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, edición comentada.
Subrayó que las universidades e instituciones de educación superior deben de ocuparse de todas las áreas del conocimiento, asumiendo a la persona como centro de la formación que se genera en la universidad y que esa persona contribuya significativamente a su entorno, y en esa doble pertinente tienen que ver todas las áreas del conocimiento, pues si bien la sociedad requiere de mayores expertos en tecnología, innovación y ciencia, también requiere del arte, de la cultura, de las humanidades.
El académico reconoció como una lucha permanente de las universidades, al sostener que el Estado no tiene por qué gastar en cultura y arte, pues se trata a todas luces de una inversión, la cual debe ser constante y estratégica; más cuando se habla de países como México, con una gran diversidad y que cuenta con grandes aportaciones artísticas y culturales para el propio país y para el mundo: “Nos mantenemos bajo un esfuerzo permanente para la generación de mejores alternativas del arte y la cultura (…) les he dicho a los estudiantes que invadan con el arte y la cultura las calles de Guanajuato, tenemos que apostarles a esas alternativas. La sociedad requiere de todas las áreas del conocimiento y las universidades requiere redoblar esfuerzos para que a partir de nuestra capacidad instalada generemos más alternativas para la comunidad estudiantil, la comunidad académica y sobre todo que podamos encontrar la incidencia en la sociedad. Tenemos que construir una mejor ciudadanía y la esperanza de lograrlo es a través de la universidad”.
Destacó que además las universidades deben generar educación con calidad y también pertinente, ver qué requieren los sectores, qué aporta la universidad y que requiere la sociedad, pues el punto no es lo que requiere la empresa, sino qué requiere la sociedad por medio de la empresa, y qué parte la universidad, “esto tiene que ver con el tipo de programas que ofrecemos, y sus contenidos, porque una institución que arma un programa educativo que no tiene las fortalezas, las capacidades para ofrecerlo, deja en situación de desventaja a los estudiantes”.
Consideró que cuando un estudiante culmina su carrera y termina de taxista es absolutamente decepcionante, y evidencia que las universidades e instituciones de educación superior deben estar en un constante proceso de aprendizaje, de renovación de esquemas y que no sólo las debe de ocupar el número de estudiantes que se admiten, sino cómo se les recibe a los estudiantes y cómo se le da seguimiento durante toda su trayectoria, y luego cómo se les ubica en la empresa: “Las universidades tenemos un gran reto, tenemos que ser proactivas, renovarnos constantemente y ser humildes, y entender que como instituciones no todo lo podemos, que tenemos muchas áreas de oportunidades y tener mucha humildad. Entender que las instituciones de educación superior y las universidades representamos una de las instancias de más prestigio y es nuestra responsabilidad responderle a la sociedad de manera permanente”.