Paz o guerra / Barco de papel - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Después de más de siete años de conflicto, el pasado día sábado en el país sirio, sucedió algo que se ha hecho tan recurrente, que ya no parece noticia; una vez más, se utilizaron armas químicas, específicamente en el poblado de Douma en la región de Ghouta, región que se encuentra a unos diez kilómetros al noroeste de la capital de Siria, Damasco.

La región de Ghouta se encuentra poblada por grupos que el gobierno considera “rebeldes.” Estos grupos, se encuentran en contra del régimen y de su líder Bashar Al-Assad.

Desde el 2011, la población del país sirio se ha visto afectada por diversos tipos de ataques en sus calles, entre ellos, el uso de armas químicas para poder suprimir a los grupos de oposición que aún existen en esta región. En este conflicto, hay tanto intereses como involucrados de por medio.

Sentado aquí, desde lejos y simplemente sintiendo como el terror se va creando mediáticamente día con día, surge en mí, esta pregunta: ¿Realmente se está buscando la paz en el pueblo sirio, o lo que se busca es más guerra? Lo que me remite al pasado 14 de octubre de 2013, cuando el país de Siria se unió a la Convención sobre las armas químicas, la cual prohíbe: su producción, su almacenamiento y su uso. Un año después, el 23 de junio de 2014,  La Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas (CWC) emitió un comunicado en el cual se menciona que “Se había retirado hasta la última arma química que poseía el gobierno de Siria”. Algunos oficiales de oposición, filtraron que aquel conteo no fue correcto y que en efecto, algunas armas químicas se quedaron almacenadas en la región.

Era un hecho, había ocurrido. Lentamente, el ataque que se llevó a cabo con armas químicas fue confirmado y revelado por diversos medios de comunicación alrededor de todo el mundo y como era de esperarse, varias potencias mundiales no tardaron en emitir comunicados con opiniones personales al respecto.

El comunicado más rimbombante fue el del Sr. Trump, actual presidente de los E.U.A, el cual, a través de su armas favorita, Twitter, mencionó que: “Rusia, se tendría que estar preparando para los misiles del país de América del norte.”

Es necesario mencionar lo siguiente, Rusia es uno de los aliados más poderosos del régimen de Bashar, cuenta con tropas dentro del país sirio, esto con el fin de poder controlar y mantener el “orden” dentro de las zonas que han sido afectadas y por si fuera poco, cuenta con una base marítima estratégicamente elegida en la ciudad de Tartus, ciudad situada a 160 kilómetros de la capital de Damasco.

Era de esperarse que ante estos datos revelados, algunas personas reaccionaran como lo hizo el Sr. Trump.

De igual manera, potencias como Francia y Reino Unido emitieron mensajes donde alegaban que si de alguna manera era comprobado que se estaba haciendo uso de armas químicas contra los civiles del país de Siria, tomarían acciones inmediatas contra el régimen y sus aliados. Lamentablemente la confirmación de su uso llegó con la muerte de civiles, niños, mujeres, hombres; personas como tú o como yo. Siendo evidente el uso de armas químicas, junto con los E.U.A se inició un ataque aéreo limitado solo a las bases de almacenamiento de estas, que se encuentran principalmente en la capital de Damasco o al menos eso se dijo en el comunicado.


Antes e incluso después de contar con diversas pruebas irrefutables sobre el uso de armas químicas en el pueblo sirio, el gobierno de Rusia y el de Siria, negaron múltiples veces el uso de éstas armas dentro de su territorio.

Queridos lectores, hago una pequeña reflexión para ustedes y sobre todo para mí: ¿Qué es lo que hace falta, para que alguien en el mundo tome una decisión que vaya encaminada a dejar de ver personas inocentes tiradas en el piso, sin un nombre, sin una madre quien le llore o sin un hijo que le recuerde? ¿Cuánto tiempo pasará para que estas personas inocentes dejen de morir? ¿Cuánto tiempo más, debe durar un conflicto que se encuentra en el inicio de su octavo año?

Desde mi punto de vista, Bashar Al-Assad, presidente actual de Siria parece mofarse de la situación que vive su país con vídeos publicados en sus redes sociales, donde se le ve dentro de las regiones afectadas, llegando a poblados lejanos, dando víveres mientras obliga a la población a adorarlo como si fuera un Dios, ese tipo de Dios misericordioso que busca ayudarlos después de haber sido él mismo quien les mandó el diluvio para limpiar a su pueblo de los pecadores. Bashar Al-Assad, trabaja haciendo tratos con sus ciudadanos para que estos puedan salir fuera de la zona afectada o en peligro ofreciéndoles seis meses de prórroga para el servicio militar que hay en el régimen, el cual, es obligatorio.

Solo hay una verdad y esa es que el conflicto se encuentra fuera de control. Todo esto se ha convertido en un tablero gigante de ajedrez sangriento, donde todas las piezas atacan sin saber qué es la paz y frenéticamente buscando lo que alguna vez fue el recuerdo de armonía que tienen antes del comienzo.

Cada día hay más ataques, se suman más partes, todos quieren ganar algo, pero nadie busca arreglarlo de un manera pacífica ¿Será acaso porque es ya la única opción para lograr un cambio? Al final el que más sufre es el civil, que tiene que vivir y sentir el mismísimo infierno en la tierra.

Se ha llegado a un punto en el cual, la sociedad en general, nos sabe si algún día terminará el conflicto, o si el día en el cual termine, sea por la desaparición de la República Árabe de Siria

Para conocimiento del lector, Siria se ha visto involucrado en ocho ataques donde se hizo uso de armas químicas entre los años del 2013 y del 2018, lo que nos deja un total de más de 200 muertes. Ojo, esto en cifras no oficiales, porque como menciono antes, ni Rusia ni Siria han aceptado públicamente el uso de estas armas.

La frase “danos hoy nuestro pan de cada día” podría remontar a muchas cosas buenas, pero para Siria, el pan diario ha sido los muchos años que llevan en guerra, la cantidad de civiles que han que tenido abandonar su país en los últimos 7 años, el sentimiento que atormenta día con día al no saber si algún día podrás regresar a ver tu hogar o tu familia.

 

@Alvarozua

 


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