Las fake news son un fenómeno que existe desde hace muchos años. Sin embargo, con la aparición de las redes sociales se han convertido en un fenómeno muy frecuente. Se suponía que Internet iba a democratizar la información, y aparentemente lo ha hecho, pese a que también ha traído consigo fenómenos como el del engaño masivo.
Una comunidad con determinados intereses se encarga de hacer circular masivamente esa información. Al repetirse tanto en las redes sociales, se da por cierta sin serlo.
A las noticias falsas habrá que agregar otra situación que ha puesto en alerta a los usuarios de la tecnología como es la utilización de datos personales que se comparte a través de las redes sociales para fines específicos, tal y como ocurriera con Facebook.
En este caso se vislumbra solamente la punta del iceberg de lo que empresas como Cambridge Analytica pueden obtener, a través del rastreo de información que publican quienes tienen cuentas en esta y otras plataformas, para la manipulación y con ganancias multimillonarias.
El uso cotidiano de la tecnología nos ha facilitado la vida, pero al mismo tiempo nos ha vuelto muy vulnerables no sólo a efectos de manipulación, sino a caer en situaciones de riesgo social, financiero o incluso físico. Definitivamente no estamos siendo conscientes de esta problemática y denuncias como las presentadas por los diarios norteamericanos The New York Times, The Guardian y The Observer, nos hacen más reflexivos sobre lo que debemos o no publicar por medio de estas herramientas y lo real o no que pueden ser las noticias que circulan en internet.
Hoy por ejemplo, sabemos que Cambridge Analytica (CA) es una compañía privada que combina la minería y el análisis de datos con la comunicación estratégica para su uso en procesos electorales. La empresa fue creada en 2013 justamente para participar en la política estadounidense.
La consultora está acusada de haber obtenido la información de millones de usuarios, atentando contra las políticas de uso de la red social y de haber utilizado esos datos para crear anuncios políticos durante las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos, lo peor es que Facebook habría tenido conocimiento de esta violación de seguridad durante dos años, pero no hizo nada para proteger a sus usuarios.
Esta semana el creador del sitio web, Mark Zuckerberg compareció ante el Legislativo de aquella nación para reconocer su responsabilidad y al mismo tiempo ofrecer garantías a sus mil 508 millones de usuarios registrados alrededor de todo el mundo, anunciando medidas de seguridad que impidan a empresas como la antes mencionada, tener acceso a su información.
El problema definitivamente no parará en con estas declaraciones, quizás se determine implementar alguna sanción económica que impacte aún más las pérdidas económicas de la red social, pero más allá de ello, el hecho nos lleva a la reflexión respecto del poder que ciertas personas pueden tener y el modus operandi de esas empresas para desarrollar mecanismos que muevan a las personas a su favor o conveniencia.
No podemos pasar por alto lo poco cuidadosos que somos con la utilización de las herramientas tecnológicas. Expertos en estos temas, señalan que esto no es una problemática que pueda frenarse y que seguramente otras compañías ya han utilizado nuestra información para ciertos propósitos.
Que si Facebook perderá usuarios, seguramente no. Esta red social se ha convertido en una herramienta indispensable para la vida diaria de las personas en todo el mundo, de hecho se vislumbra muy lejana la posibilidad de que sus usuarios definitivamente cierren sus cuentas.
La realidad es que a partir de esto, muchos seremos más analíticos y precavidos, pero al mismo tiempo tendremos más reserva de la información que en esta y otras plataformas se distribuye.