- Se pierde alrededor de cincuenta por ciento del agua que reciben siete de cada diez hogares mexicanos
- Los estados con mayor acceso al agua son Aguascalientes, Colima, Ciudad de México, Nuevo León y Jalisco
De acuerdo con María Luisa Torregrosa y Armentia, investigadora de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) y coordinadora de la Red de Agua de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), se pierde alrededor de cincuenta por ciento del agua que reciben siete de cada diez hogares mexicanos.
Las principales causas de estas pérdidas son fugas, mala infraestructura o tomas clandestinas, y la inequidad en la distribución junto con la demanda del recurso que incrementa proporcionalmente el crecimiento de la población, provocaría una crisis de abastecimiento para los próximos veinte años, donde las poblaciones marginadas serían las más afectadas.
Tan solo en México, las entidades que presentan el menor porcentaje de acceso al agua entubada son Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Veracruz y Puebla; mientras que los estados con mayor acceso son Aguascalientes, Colima, Ciudad de México, Nuevo León y Jalisco.
En entrevista para la Agencia Informativa Conacyt, la especialista mencionó que el papel de la ciencia y tecnología en la problemática del abastecimiento y acceso al agua es importante pero no son los únicos involucrados, debido a que el tema también está ligado estrechamente con los aspectos sociales, económicos, políticos y culturales de las sociedades, es necesario el trabajo interdisciplinario para su solución.
A mayor población, mayor demanda de agua
La Comisión Nacional del Agua (Conagua), a través de su informe Estadísticas del agua en México. Edición 2016, señaló que en 2015, 95.7 por ciento de la cobertura de agua nacional perteneció a las zonas urbanas y 81.6 por ciento, a las zonas rurales.
Desde la perspectiva social en que trabaja el tema del agua, María Luisa Torregrosa consideró que la problemática en México es seria, pues su distribución es inequitativa y no todos los municipios tienen la posibilidad de recibir el recurso a través del sistema de tuberías. Sin embargo, la población mexicana tiene acceso al agua potable a través de agua entubada, pozo comunitario o particular y por medio del acarreo de llave comunitaria: “En términos poblacionales, México cuenta con más de dos mil 400 municipios y abastecer de agua bajo la lógica de instalación de tuberías y sistemas centralizados a comunidades con amplia dispersión geográfica sería un gran error”.
Por esta razón estima que en veinte años alrededor de cinco mil millones de personas vivirán en zonas urbanas, lo que repercute en una creciente demanda de los servicios de agua y saneamiento y, en consecuencia, habrá una fuerte presión sobre el agua: “La escasez de agua afecta a más de cuarenta por ciento de la población mundial y, sin duda, irá en aumento, pues no solo la demanda del agua va a la par del crecimiento poblacional, también le añadimos el factor cambio climático, las zonas áridas crecerán y la disponibilidad de agua será menor”.
México y el mundo
Alrededor de once por ciento de la población mundial vive en zonas pobres o asentamientos dispersos alrededor de las ciudades, hecho que reta a las organizaciones gubernamentales a proporcionar suficiente agua y saneamiento.
La especialista señaló que en América Latina existen países que tienen un menor producto interno bruto (PIB) que México; sin embargo, hay una mejor cobertura de agua y saneamiento, como Uruguay, Chile o Argentina, y esto se debe a que poseen sistemas de distribución de agua más equitativos que México, “Los antagonismos que se viven en el país en cuanto a la distribución del agua agravan el problema, y en una misma ciudad no existe la misma distribución a colonias de escasos recursos como en las colonias de mayor nivel económico; el acceso, la distribución y la disponibilidad son inequitativos”.
Además, está demostrado que los problemas de agua de las ciudades del mundo son manejables, pues la mayor parte del acervo teórico, así como la experiencia y la tecnología, se encuentra disponible.
El derecho al agua
María Luisa Torregrosa explicó que es necesario entender el servicio del agua como un servicio público, comunitario, social, donde se vea este recurso como patrimonio de la biósfera y un derecho humano y no como una mercancía.
“El problema es que a pesar de todas las inversiones que se han hecho y de las intenciones de resolver el problema, todavía tenemos faltantes muy grandes”.
Bajo este contexto, orienta a que la comunidad científica diseñe metodologías de diagnóstico multidimensionales para resolver los problemas del agua y saneamiento y poner este conocimiento a disposición de las autoridades correspondientes.
Con esta iniciativa tendrían elementos para contribuir en la preservación basados en la organización social y la cooperación solidaria de la población, valores que la especialista consideró fundamentales para el manejo sustentable del agua.
“Si seguimos con el escenario inicial, nuestro futuro no será el mejor. Como científicos y ciudadanos tenemos que exigir la construcción de espacios de transparencia, proponer y decir en el ámbito académico cuáles son las soluciones que vemos, cómo lograr situaciones experimentales en condiciones reales con enfoques multidimensionales y tenemos que lograr financiamiento para este tipo de experiencias”, comentó.
Con información de Génesis Gatica Porcayo y Agencia Informativa Conacyt