¿Aún se lee poesía? / Alegorías Cotidianas - LJA Aguascalientes
22/11/2024

Visitamos hace unos meses Tepatitlán, mi esposo fue a dar una conferencia y antes de volver a Aguascalientes hicimos un pequeño recorrido por el centro. Encontramos un lugar llamado Gran Hotel Boutique Tepatitlán, entramos a conocerlo y la gerente nos llevó a recorrer algunas de las suites temáticas. Al entrar me llamó muchísimo la atención que tenía libros de Pablo Neruda en diferentes lugares de la recepción, así como revistas alusivas a él.

Nos mostraron la terraza, el restaurante muy afrancesado y llegamos a la habitación dedicada a Pablo Neruda. Resulta que cuando Neruda visitaba México pasaba al café que se encontraba en la finca donde fue construido el hotel, Octavio Paz era quien lo invitaba y pasaban largas tardes hablando de poesía en un diminuto café en un pequeño pueblo de Jalisco.

Mi imaginación comenzó a idear los posibles tropos de los discurrían, me preguntaba también cómo justo en ese pueblo decidían alejarse para descansar y si leían algunos poemas o textos desconocidos por nosotros. Estaba absorta y entonces comprendí por qué podíamos ver libros de y sobre Neruda en la recepción.

Naturalmente me encantaría hacer una investigación para saber quiénes trabajaban en el hotel en aquella época y si algunos de los lugareños lo conocieron.

Cada vez que inicio un curso de competencias orales y escritas siempre pregunto a los jóvenes sí les gusta leer novela, cuento y poesía, últimamente no con muy buenos resultados hasta que, hace unas pocas semanas un joven terminó el verso que inicié del poema Walking around de Neruda, en 20 años de docencia no había encontrado un solo estudiante que supiera algo más del poeta que no fuera 20 poemas de amor y una canción desesperada o la película El Cartero.

Los estudiantes que leen lo hacen poco con autores hispanoamericanos, estamos llenos de Best Sellers y trilogías inglesas o americanas. En pocas ocasiones veo jóvenes con un libro en la mano escrito, en la lengua de Cervantes.

Podemos pensar que lo importante es “que lean” sin embargo, es necesario abrirse y leer literatura en español, no sólo para promover unidad y cohesión con la tradición y la patria sino para reforzar la estructura lingüística de su propio idioma, pues no es lo mismo leer un libro en inglés o traducido al español que algo concebido en la lengua del hablante.

Desgraciadamente, la influencia de las redes sociales limita o anula los tiempos de lectura y si a eso le sumamos que hay menos cafés literarios la poesía es olvidada poco a poco.

He asistido a círculos literarios, tertulias donde se conversa sobre novela y cuento, mas no sobre poesía, algunas personas comentan que la poesía es algo difícil de comprender y por ello no la procuran. En las librerías cada vez se ven menos títulos nuevos sobre poesía y en los bachilleratos, al impartir clase de literatura personas no especializadas en literatura, se trata muy vagamente la poesía si es que el programa la integra y es que, seamos honestos, estudiar retórica y poética requiere de mucha lógica para poder transmitir a los estudiantes lo que cada tropo es y el cómo se emplea.


De la pérdida de la poesía también quiero culpar al reggaetón y la música banda ya que sus letras están completamente desprovistas de cultura, estructura, valores, romanticismo y sentido. La desvirtualización del lenguaje y la violencia en él hace que las metáforas y alegorías se pierdan en la hiperbolización de las connotaciones sexuales y de violencia de género que tanto gustan a los jóvenes.

El erotismo perdido en las letras de las canciones es también el resultado de la poca instrucción que sobre poesía se hace en las aulas, profesores enamorados de la poesía harán que sus estudiantes produzcan poesía.

Quizá, la era tecnológica nos ha hecho un poco menos sensibles y por eso desdeñamos a la poesía, aunque bien podríamos enviar algunos versos de amor por correo electrónico o mensaje tal como antes se enviaban cartas los enamorados con una carga poética algo cursi y divina.

Una práctica docente en nombre de la literatura podría ser el crear poetas, establecer algunas estrategias para que escriban poesía y la hagan parte de su habla cotidiana.

La poesía sólo es poética cuando evoca un sentimiento en el lector, una emoción de ahí que podamos nosotros encontrar el sentido de la poesía en nuestras conversaciones y cambiemos el color de estas fuera del sentido práctico y seco de la cotidianidad.

Retomemos la lectura de la poesía, dejemos que sus figuras retóricas no hagan ensoñar sobre la vida, el amor y la realidad. Rompamos la estructura de lo cotidiano y volvamos al romanticismo de la palabra y la elocuencia.

Ser poeta no es difícil, es una cuestión de decisión quizá podamos comenzar copiando algunas estructuras más con el paso del tiempo, podremos ser poetas gestores literarios en nuestro día a día.

Qué le parece si para el próximo puente de Semana Santa se lee un poemario de Sabines, Neruda, Paz, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni.

¿Aún se lee poesía? Esperemos que así sea y si no a leer, que el poema desde hace mucho tiempo ya nos espera.

 

Laus Deo

@paulanajber

 


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