- Una tormenta geomagnética de intensidad moderada inició en el Sol hace 27 días y llegará a nuestro planeta causando auroras boreales y posibles afectaciones a las telecomunicaciones
- México publicará en la segunda mitad de 2018 su Manual de Gestión de Riesgos de Desastres de Clima Espacial
Entre el 14 y 18 de marzo los habitantes de la Tierra serán testigos de fenómenos que van desde bellas auroras boreales hasta posibles interrupciones en las telecomunicaciones, debido a una corriente de viento solar que arribará al planeta, adelantó Américo González Esparza, titular del Laboratorio Nacional de Clima Espacial del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Unidad Michoacán.
La tormenta magnética es un fenómeno solar relativamente común que tiene su origen en el viento solar, pero ¿por qué hay que tenerlo en consideración?
Desde el 26 de febrero, el Laboratorio de Astronomía Solar de Rayos X de la Academia de Ciencias Rusa dio a conocer que entre el 14 y 18 de marzo se esperaba una tormenta geomagnética, noticia que con el tiempo se confundió con una “tormenta solar intensa”, fenómeno completamente diferente, precisó al Foro Consultivo Científico y Tecnológico el investigador de la UNAM.
“Es necesario enfatizar que no se trata de un evento explosivo en el Sol. Si estuviéramos hablando de una tormenta solar intensa sí tendríamos que tener los focos amarillos prendidos, pero estas tormentas son las que no podemos predecir todavía. La última gran tormenta solar se registró hace 160 años. El evento del que hablamos ahora no se debe a una explosión en el Sol, eso no se habría podido anticipar con tanta antelación”, precisó vía telefónica el especialista.
La tormenta geomagnética -que es la que se espera a partir de mañana- tiene su origen en estructuras de nuestra estrella llamadas “hoyos coronales”, que giran con el eje del Sol. En este caso, la estructura se formó hace 27 días y es el tiempo en que tarda en llegar a la Tierra, de estos hoyos sale el viento solar que también tiene interacciones con el campo geomagnético de nuestro planeta, produciendo fenómenos como las auroras boreales, así como algunas alteraciones menores en telecomunicaciones.
“Es como si habláramos de un sismo magnitud 4 o 5, eventos comunes de los que ocurren como 300 durante un ciclo solar (cada 11 años). Los consideramos eventos modestos y es la razón de que se pudiera predecir con tanto tiempo de antelación”, añadió González Esparza.
Preparados para el futuro
El registro de este tipo de tormentas, agregó el titular del Servicio de Clima Espacial, es en realidad un recordatorio de que debemos estar preparados para las tormentas solares, donde la última generó importantes apagones de energía en una época donde no había teléfonos celulares, telecomunicaciones, servicios de geolocalización, entre otros.
“Se le conoció como el evento Carrington y el próximo podría ocurrir dentro de 50, 30 o en dos años, no lo sabemos. A nivel mundial, estos eventos sirven para ponernos de acuerdo en la forma de actuar, coordinarnos a nivel de naciones”, comentó el experto.
México publicará en la segunda mitad del 2018 su Manual de Gestión de Riesgos de Desastres de Clima Espacial, que preparan instituciones como la Agencia Espacial Mexicana, el Servicio de Clima Espacial México de la UNAM, el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, junto con el Centro Nacional de Prevención de Desastres, adelantó el especialista.
Dicho manual, que está en proceso de revisión final, contiene las estrategias a seguir por México ante una tormenta solar, igual que ya se hace con eventos naturales como sismos, huracanes o tsunamis.
Este tema tiene tal importancia, que inclusive la Organización de las Naciones Unidas lo considera como uno sus proyectos prioritarios de colaboración internacional, “El documento será publicado por la Secretaría de Gobernación, por lo que será Ley. Con él nos estamos preparando como muchas otras naciones en el mundo, como Estados Unidos, Corea, Rusia, para tener un protocolo de reacción ante una gran tormenta solar, que podría afectar al planeta de forma global y catastrófica”.
Con información del Foro Consultivo Científico y Tecnológico