- Necesario que las autoridades den seguimiento a la familia, pues hay padres no aptos para educarlos
- No existen mecanismos para exigir a los padres de familia su parte de responsabilidad cuando un menor comete un delito
La atención hacia los adolescentes que delinquen resulta un tema complejo, en que no basta con detenerlos y llamar a los padres para en ocasiones regresarlos a un ambiente de abandono en donde es la propia familia la que lo conmina al delito o es la pandilla la que lo educa, así lo expuso el magistrado presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, Juan Manuel Ponce Sánchez, quien señaló que desafortunadamente existe un gran índice de violencia, y los involucrados en los delitos son jóvenes de edades cada vez más cortas.
Otro tema es cómo responden las leyes ante este tipo de acontecimientos, pues si bien se tenía una ley que tutelaba a los menores y que ante el mínimo incidente los tomaba y debía acompañarlos, ahora es mucho más garantista que no permite a los tribunales tenerlos internos.
“¿Cuál es el problema al que nos enfrentamos nosotros?, que si de pronto vemos manifestaciones como son riñas entre jóvenes, la Policía municipal se los lleva al C4 que en ocasiones está lleno y no los pueden meter a una celda porque se estarían violentando el derecho de los menores. Entonces deberán estar acompañados por una trabajadora social, llaman a los padres y si no hay seguimiento de la familia, los menores piensan que no pasará nunca nada”, explicó el magistrado.
Otra cuestión que consideró importante es que cuando los menores cometen delitos graves en ocasiones sí los pone a disposición del Poder Judicial, en caso contrario en situaciones de riñas, robos entre otros de tipo menor no los presentan y después hay que lamentar delitos de mayor nivel.
“Yo creo que hace falta más trabajo de investigación y de integración de este tipo de asuntos, pues la ley juega un papel importante en materia penal de ser ejemplificativa, es decir, de poner la atención en la ciudadanía y decirle a los jóvenes que si se ven involucrados en un problema determinado trae consecuencias de este tipo. Sí se debiera poner atención en este tipo de asuntos, y en determinado momento que lleguen a la última consecuencia, a los juzgados para adolescentes y se imponga la sanción que corresponda”, consideró Ponce Sánchez.
Manifestó que muchas veces se está fallando respecto a que cuando un menor comete un delito, pareciera que esa persona está aislada y no se considera que detrás hay una familia, pero no hay nada para exigir al padre y a la madre su responsabilidad.
Consideró que el exigir que los padres asuman responsabilidades no sólo es decirles el hecho delictivo en que se vio involucrado el hijo y reclamar la reparación del daño, sino el dar un seguimiento, pues si un padre o tutor tolera cierto tipo de acciones no están preparados para tener la patria potestad, además de la realidad de que hay menores están en abandono o son conminados por los propios padres a cometer los delitos.
Hay varios apartados en la ley que a pesar de su existencia no se da una respuesta puntual, tales como el Código Civil, la Ley para Adolescentes, el propio Código Penal que establece la responsabilidad pero fundamentalmente habrá que recordar que estos menores tienen papá y mamá y si promueven, incitan a los menores a delinquir, es necesario hacer algo por ellos.
Apuntó que limitarse a señalar el delito que cometen los menores y se conforman con llamar a los padres no significa nada, pues se le está regresando a su medio de abandono y quien lo está educando es el grupo pandilleril, no la familia. Ahí deben actuar las autoridades dedicadas en la prevención del delito, en el tema de la protección de los menores, darle seguimiento y en sí conforma un mecanismo de apoyo real para los jóvenes.