Antes de entrar en materia quiero expresar mi profunda consternación por la lamentable situación que vivimos esta semana, la música en Aguascalientes está de luto, dos jóvenes músicos murieron en muy poco tiempo, mi buen amigo, Juan Carlos Díaz González, cellista, falleció el domingo pasado, y el lunes Raúl Garza Paz, flautista e integrante de la Orquesta Sinfónica de Aguascalientes, en ambos casos de forma inesperada, quizás esto lo haga más difícil. Yo vi a Juan Carlos hace un par de semanas en el concierto de clausura del curso de cuartetos de cuerdas con el Cuarteto José White en la sala López Velarde del Centro Cultural Universitario, hace unos meses fue sometido a una cirugía de corazón abierto y parecía que todo iba bien, le pregunté que cómo se sentía y me dijo que muy bien, intercambiamos algunos puntos de vista respecto a lo que escucharíamos, el Quinteto con violoncello en do mayor de Schubert, nos despedimos y ocupé mi lugar, al terminar el concierto me despedí de él y nos quedamos de ver para reunirnos en una próxima ocasión, ya no le llamé y esa reunión, que por cierto, cada vez que nos veíamos la planeábamos, nunca se realizó. Me enteré de su muerte en Facebook por una publicación que hizo la cellista de la Sinfónica Margarita Benavides, fue una violenta sacudida.
De la muerte del maestro Raúl Garza Paz me enteré porque una buena amiga, Laura Margarita, me la notificó, después vi la publicación que la Sinfónica hizo en las redes sociales, fue algo verdaderamente lamentable y muy difícil de digerir, de hecho, veo las fotos de ambos músicos y me cuesta trabajo aceptarlo. Consuelo y fortaleza para sus familias y que Dios los tenga en su gloria.
Entrando en materia, la semana pasada dejamos inconcluso el tema, y seguramente hoy quedará también inconcluso, pero al menos haremos el intento de presentar un panorama muy general de las mejores producciones musicales de hace 50 años.
En 1968 se grabó y se hizo pública una canción escrita por The Beatles, que rompió todos los cánones marcados por la radio comercial en cuanto a la duración de un tema musical, que no debería pasar de los tres, quizás cuatro minutos, es una regla no escrita respetada y aceptada por todos, sin embargo, desafiando este principio fundamental, el Cuarteto de Liverpool presenta un canción que dura alrededor de los 7 minutos llamada Hey Jude, y no obstante su duración, que seguramente incomodó mucho a los programadores de la radio, el tema musical alcanzó muy altos niveles de popularidad, la segunda parte de la canción suele ser tarareada por propios y extraños: “naaaaaah naaaaaah naaaah nah nah nah nah, nah nah nah naaah, hey Jude” y en un segundo plano se escuchan la voces de los Beatles haciendo algunas improvisaciones o citando el estribillo de temas musicales de su primera época.
Si bien Hey Jude representó una ruptura, sobre todo con los esquemas establecidos en términos de duración, la canción que llevó al extremo las cosas fue In a gadda da vida del grupo de San Diego California Iron Butterfly, canción también publicada hace 50 años. Se dice que el nombre de la canción es en realidad In the garden of Eden (En el jardín del Edén), pero la fonética de la frase fue la que finalmente determinó el nombre de la canción. Es un tema musical que dura poco más de 17 minutos con el que quizás sea el solo de batería más famoso en la historia del rock, no sé si el mejor, pero sí el más conocido, aunque también el órgano y la guitarra tienen discursos musicales muy convincentes y el bajo, la verdad, se escucha demoledor. Es una gran canción, seguramente una de las mejores en la siempre inconclusa historia del rock, hoy en día no es extraño encontrar canciones de larga duración en donde la improvisación es un elemento indispensable, ahí están aquellas kilométricas canciones de Allman Brothers Band o de Grateful Death o los temas que encontramos en el segundo disco de U.F.O. con temas como Star Storm con casi 19 minutos de duración, o Flying que ronda los 26 minutos que hacen ver los 7 minutos de Hey Jude insignificantes.
Una de las mejores cosas que le han pasado al rock, estoy absolutamente seguro, es de Frank Zappa, con o sin sus Mothers of Invention. Este genial músico de Baltimore publicó el 4 de marzo de 1968 el disco We’re only in it for the Money, (Estamos en esto sólo por dinero), cuya portada es una sátira al disco de The Beatles Sgt. Peppers lonely hearts club band publicado unos cuantos meses antes, ya nos ocuparemos más ampliamente de esta joyita el primer viernes de marzo, cuando esté por cumplir los 50 años de edad.
El grupo californiano Grateful Dead lanza en 1968 su disco Anthem of the sun, (Himno del sol) con una portada impregnada de una deliciosa psicodelia, estamos hablando apenas de su segunda producción en estudio de lo que llegaría a ser una de las más bastas discografías en la historia del rock, sobre todo con las grabaciones de sus conciertos, de hecho no conozco a alguien, ni siquiera a mi buen amigo y colega David García (q.e.p.d.), que tenga toda la discografía de los Dead.
Bien, pues inconcluso el tema, dejamos aquí nuestro recorrido por los mejores discos publicados hace 50 años, en 1968.