No sé cuál semestre cursaba de la licenciatura, mas recuerdo que en la materia de literatura prehispánica nos habían pedido leer La Visión de los Vencidos de Don Miguel León Portilla y estaba ansiosa por compartir con alguien lo aprendido en clase y en la lectura.
Para ese momento quizá teníamos un año o año y medio asistiendo a temazcales todos los domingos en el Picacho, así que supuse encontraría ahí alguien con quien poder conversar sobre el libro.
Al salir de la última puerta del temazcal nos reunimos todos, como de costumbre, a compartir alimento, entonces me acerqué a Ismael, pues él era el encargado de correr los temazcales y además, el heredero de la tradición.
Le dije que había leído La Visión de los Vencidos y antes de que me permitiera pronunciar otra palabra me preguntó ¿estás segura de que ellos fueron los vencidos y no los otros? ¿sabes en realidad quien perdió más? Esas preguntas no las esperaba, ingenuamente creí que estaría de acuerdo con el libro, sin embargo, se ofendió. “No creas todo lo que dicen los libros”, me dijo en un tono serio y ahí terminó la conversación.
Pocos años después, en el Palacio de la emperatriz Sissi, en Austria, durante el recorrido tuvimos la oportunidad de encontrar la habitación de Maximiliano de Habsburgo, pero para nuestra sorpresa, fue llamado Maximiliano de México, no emperador de México. Eso llamó mucho nuestra atención pues nos surgió la duda de por qué no era reconocido así en su propia tierra.
Años después me invitaron a la presentación de un libro de historia de un expanista que quería formar su partido, él decía que todos los libros que sobre historia se publicaron en el pasado estaban manipulados por el gobierno para hacer parecer a todos los héroes como mártires y por eso él había escrito su propio libro donde contaba realmente cómo habían ocurrido las cosas.
De poco a poco y con la era mediática terminé por convencerme de que algo, en realidad estaba y está fuera de lugar. La historia, siempre vista desde varias perspectivas y escrita algunas veces años después, tiene algo de refutable.
Han comenzado a salir libros que intentan desmitificar la historia de México, y en 2017 Trino, publica Historias Desconocidas de la Conquista, un libro donde se refleja el mexicano actual en los tiempos de la conquista.
El libro se sitúa antes y durante la conquista, entonces podemos leer las apreciaciones de los aztecas sobre el trayecto hasta encontrar al águila y la serpiente, las peripecias para construir las pirámides supervisadas por unos extraterrestres rojos, un poco extraños, etc.
Lo particular de este libro es la manera en como es abordado el tema, aztecas que usan redes sociales, que son voyeristas, malinchistas y ventajosos tal como nos describen los clichés.
Nadie se salva de ser caricaturizado e hiperbolizado, por ejemplo: Hernán Cortés es un metro sexual que, aparte de sentirse el más guapo del mundo, cree que por ser rubio es superior a todos y por lo mismo el dueño y señor de todas las mujeres que encontraba.
Entre las historias que ahí se cuentan existen varias versiones de la verdadera causa por la que Cuauhtémoc fue muerto, cada una de ellas es sumamente divertida y pícara lo que hace pensar en una y mil situaciones que pudieron o no ocurrir durante su imperio.
La creatividad de los mexicanos para idear situaciones se manifiesta con la historia del Iztaccíhuatl donde se cuenta la versión original y otra muy jocosa que, de verdad, jamás se me hubiese ocurrido.
Claramente en algunas de sus páginas encontramos caricaturas que son nombradas racismo de…, nada raro pues entre nosotros mismo somos muy fijados y criticones, ya sea por rasgos físicos o intelectuales, lo denotamos negativamente sin importar si está frente a nosotros o no la persona, es la carreta mejor conocida actualmente como bullying.
Aunque confesar que, lo que más me gusta del libro. son las predicciones del México actual, así como la versión prehispánica del Twitter.
No cabe duda de que para burlarse de sí mismo únicamente los mexicanos pueden hacerlo con gracia y en petit comité pues, seamos sinceros, otras culturas no lo comprenden.
Indudablemente, Trino es un hombre sabio que puede bien hacer sátira dulce de todo tema sin miedo al qué dirán y seguro de que su obra será un completo éxito.
La caricatura se convirtió en un medio por el cual se hace crítica política sin que alguno se queje de ello. Es como el lente que permite polarizar la verdad y convertirla en mofa para que, el golpe sea menos duro y por ser una imagen tenga menos poder que las palabras, aparentemente, pues las redes sociales viralizan todo a velocidad luz.
Si analizamos el título, Historias desconocidas de la Conquista, podemos recrear una y mil situaciones que pudieron acontecer y de las cuales no tenemos conocimiento. Quizá hubo más héroes de lo que nos dan a conocer los libros o parte de la historia no es como la cuentan.
Presentar a Hernán Cortés como un güerito que se creía superior a los aztecas por su color de piel y manera de vestir nos hace pensar en cuál fue la verdadera actitud con la que los españoles llegaron a las Indias y el cómo ello marcó el destino de la desigualdad social del Nuevo México que se formaba después de la conquista, sumisión y matanza pues recordemos que cuando los conquistadores llegaron a México había una población nativa de 24 millones y después de instaurar su reino quedaron cerca de un millón de indígenas.
Si quiere reír un poco y leer un libro en una tarde de domingo no dude en comprar Historias desconocidas de la Conquista ya verá que después de él cuestionará todo sobre el pasado y futuro de nuestra nación.
Laus Deo
@paulanajber