El año de 1968 fue declarado por la Organización de las Naciones Unidas como año Internacional de los Derechos Humanos, paradójico, ¿no te parece?, sobre todo si consideramos que en ese año fue aquel lamentable evento que hoy recordamos con el nombre de la primavera de Praga, cuando Checoslovaquia fue invadida por la URSS para sofocar un intento de independencia de los checos del bloque soviético. En esa misma primavera se surgió el Mayo Francés, probablemente el mayor movimiento ciudadano en toda Europa, en Estados Unidos se agudizaban las protestas del pueblo en contra de la intervención de ese país en la guerra de Vietnam, ahí mismo, en la tierra de los libres y el hogar de los valientes, el 4 de abril de 1968 el activista, pastor bautista y defensor de los derechos humanos Martin Luther King es asesinado en Memphis, Tennessee. El 5 de junio de ese año es asesinado en el hotel Ambassador de Los Angeles, California, el senador Robert Francis (Bobby) Kennedy. El 14 de septiembre, en la comunidad de San Miguel Canoa, Puebla, pobladores del lugar linchan a trabajadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla en medio del hervor generado por el movimiento estudiantil que sacudió todo el país ese año, este lamentable y vergonzoso episodio quedó documentado en la película Canoa rodada en 1975 y dirigida por Felipe Cazals. Unas semanas después, el 2 de octubre de 1968 la Ciudad de México, y de hecho todo el país, sufre el episodio más sangriento, lamentable y vergonzoso de la historia de esta tierra, citando a José Cruz de Real de Catorce, “abonada con dolor y placer” en lo que hoy recordamos como la masacre de la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco. Pues sí, todo eso y muchas cosas más sucedieron en 1968, año Internacional de los Derechos Humanos, según declaratoria de la Organización de las Naciones Unidas.
De manera paralela con estos tristes y lamentables acontecimientos, el mundo del rock se ve favorecido con la edición de algunos de los mejores discos en la historia del género siguiendo la inercia que ya se traía de un año anterior.
Muchos son los discos con los que el rock se vistió de etiqueta hace 50 años, imposible citarlos a todos y muchos menos comentarlos pero te propongo un rápido vistazo.
El primero que recuerdo, seguramente porque tomé prestado el nombre para titular esta columna, es Beggars Banquet, El Banquete de los Pordioseros, disco que abre la que seguramente es la mejor etapa de los Rolling Stones, después seguirían Let it Bleed de 1969, Sticky Fingers -el mejor para un servidor- de 1971, y el ciclo se cierra con Exile on Main Street de 1972.
Imposible no citar el segundo disco de Pink Floyd llamado Saucerful of Secrets, Platillo de Secretos, en donde ya disfrutamos los solos de guitarra de Gilmour que definirían poco a poco el perfil musical del grupo. Es el único disco en donde encontramos, en algunos momentos, a los cinco integrantes de Pink Floyd, ya estaba con ellos Gilmour y estaba por irse Syd Barret.
Los Beatles publican la única producción doble en su discografía oficial, el White Album, en donde encontramos verdaderas delicias como While my guitar Gently Weeps de Harrison, Helter Skelter, Back in the U.S.S.R., I Will, Blackbird y muchas más.
También conocimos el disco homónimo de Traffic, segundo de su discografía y una verdadera obra maestra, Stevie Winwood y Dave Mason están en el clímax de su creatividad, pilar del blues rock en 1968.
¿Cómo olvidar el disco Electric Ladyland de la Jimi Hendrix Experience? Imposible, con esa portada censurada y el generoso y elocuente contenido musical que muchos consideran una anticipación al rock progresivo. Es el tercer disco y último de la Experiencia de Jimi Hendrix.
The Cream en su breve pero productiva existencia editan en 1968 el disco Wheels of fire, auténtica obra maestra, nos estamos refiriendo a uno de los tres discos dobles aparecidos en 1968, los otros dos ya los comentamos, el White Album de The Beatles y Electric Ladyland de Hendrix. Wheels of fire está dividido en dos partes, la primera grabada en estudio y el segundo disco en concierto grabado en el legendario Fillmore West de San Francisco, no obstante estar divido en dos partes, el hilo conductor son los inmortales blues de Robert Johnson, Willie Dixon, Howlin’ Wolf y un puñado de buenas canciones escritas por los integrantes de La Crema, Eric Clapton, Ginger Baker y Jack Bruce, discazo, la verdad.
También hace 50 años Janis Joplin nos ofreció una deliciosa joyita con la Big Brother & the Holding Company, el disco Cheap Thrills, referente obligado en el rock psicodélico y digno representante de la generación hippie que a un año de haber levantado la mano seguía siendo dignamente representada en discos como éste.
El disco Waiting for the sun de The Doors, se publica en 1968, no es uno de los mejores del cuarteto del sur de California pero es un digno representante de lo mejor del año, y por supuesto que no me puedo despedir sin citar el disco Shades Of Deep Purple, el primero en la discografía del Púrpura Encendido, no es su mejor trabajo, pero destacan canciones como Hush, referente obligado en los temas de Deep Purple, o sus versiones de Help de The Beatles y Hey Joe de Hendrix.
Pues aquí le dejamos y se me está antojando hacer una segunda parte, se quedaron algunas cosas en el tintero y el contador de palabras me dice que ya le pare.