Es la educación clave para enfrentar la desigualdad en México - LJA Aguascalientes
23/11/2024

 

  • La educación propicia una competencia natural, genera cultura y promueve ciudadanía, lo cual es incompatible con la pobreza y la desigualdad, consideran expertos
  • Especialistas de diversos países discutieron las posibilidades de combatir la inequidad y la marginación mediante la tecnología

 

La sociedad del conocimiento y la construcción de sociedades inteligentes basadas en ciencia, tecnología e innovación está condicionando el estilo de vida de la población, sin embargo, la pregunta que surge es si la generación del conocimiento verdaderamente impacta de forma positiva en los problemas sociales de México como son la pobreza, la inequidad y la marginación.

Especialistas provenientes de diversas naciones  discutieron las posibilidades de combatir la inequidad y la marginación mediante la tecnología, en el panel Experiencias internacionales ejemplares que formó parte del II Seminario Académico Internacional Explorando tecnologías de Punta para el Combate a la Pobreza en México, que se llevó a cabo ayer en El Colegio de México.

“La educación genera una competencia natural, genera cultura y promueve ciudadanía, lo cual es incompatible con la pobreza y la desigualdad. Es por ello que la educación es la herramienta a largo plazo para combatirla”, señaló Carlos Quenan, catedrático de la Universidad de París, Sorbona.

El doctor en ciencias económicas también comentó que “es necesario implementar la educación personalizada, al menos, en la primera infancia. En Francia, las escuelas básicas están reduciendo desde septiembre el cupo de la clase de 24 a 12 alumnos de primer grado en zonas desfavorecidas. Para México, quien enfrenta bajos niveles de escolaridad relacionado con altos índices de pobreza resulta crucial combatirlos por la vía de la educación personalizada en la primera infancia de los sectores desfavorecidos, para que levanten”.

Blanca Ovelar, exministra de educación de Paraguay destacó el proyecto “Escuela hekoca kua” implementado en aquel país para brindar educación de calidad a los niños en escuelas rurales con bajos índices de calidad.

“Para este proyecto construimos un mapa educativo georeferenciado, identificamos las características y demandas de cada una, hicimos una prueba censal, una línea base para establecer el logro educativo y al término de una década logramos que un millón de alumnos más en las escuelas, tuvieran educación bilingüe (castellano y guaraní) y más participación ciudadana. Sin embargo, a pesar de estos logros persiste una gran inequidad y aunque hay muchos alumnos en las escuelas, estos aprenden poco”, reconoció Olvera.  

La escuela vista como una construcción social e histórica inserta en un contexto determinado detona confianza, virtudes cívicas, redes solidarias y voluntariado. Agregó que es necesario y posible educar a los niños pobres con estándares de calidad, ya que la pobreza no tiene por qué ser un destino ineludible.


Otro ejemplo de cómo la ciencia y la tecnología pueden ayudar a las comunidades reduciendo la desigualdad y creando oportunidades fue el proyecto Centros tecnológicos comunitarios, implementado en comunidades de la República Dominicana para integrar a adultos y jóvenes, y generar emprendimiento regional.

“Los Centros se instalaron en 101 municipios en todo el país a los que se han acercado 500 mil personas, de las cuales, el 47 por ciento ha conseguido empleo mientras que el 30 por ciento ha emprendido un proyecto. A través de este proyecto buscamos dar voz a la comunidad, brindar servicios de biblioteca, creamos espacios para que los jóvenes puedan diseñar su propia tecnología, no solo consumirla. Estamos formando a ciudadanos activos, emprendedores para el mundo digital”, resaltó Claudio Doñé, director de los Centros Tecnológicos Comunitarios.

Sin embargo, en este mundo cada vez más tecnificado no sólo la educación juega un papel importante, sino también el voluntariado digital que ayuda a resolver problemas en diferentes sectores sociales, indicó en la misma sesión Dacil Acevedo, directora general del Centro Latinoamericano de Voluntariado en la Ciudad del Saber, en Panamá.

“Está descrito que a mayor desarrollo económico más voluntariado. Así, el porcentaje de voluntariado en Noruega, uno de los países más desarrollados, es cercano al 80 por ciento, en América Latina está entre el 20 y 25 por ciento. En el caso de México, el voluntariado solo se activa en casos de desastre”, detalló.

Es por ello, que se deben aprovechar las nuevas tecnologías para promover alianzas interinstitucionales y promover más voluntariado digital. “Los voluntarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) están participando en la plataforma en línea, es un voluntariado digital en la que el 60 por ciento de quienes participan provienen de países en desarrollo. Hay 12 mil voluntarios en línea y solo 3 mil organizaciones que ofrecen voluntariado, debemos aprovechar el potencial tecnológico”, recomendó Dacil Acevedo.

El gran reto de nuestra sociedad es lograr que la ciencia y la tecnología provoquen más equidad y los ejemplos aquí comentados dan muestra de ello, explicó el moderador de la mesa, José Antonio Lazcano Ponce, director adjunto de Desarrollo Tecnológico e Innovación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

 

Con información del Foro consultivo Científico y Tecnológico


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