- En el Palacio de Bellas Artes, el escritor guanajuatense fue recordado por su conciencia divertida y crítica, con mirada inmune a la cursilería y a la falsa estupidez
Jorge Ibargüengoitia (1928-1983) fue un autor con gran sentido del humor, conciencia lúcida y crítica y poseedor de sátiras extraordinarias, con todo lo cual en su amplia obra hizo un retrato secreto del país, aseguró el escritor Juan Villoro.
Al participar en la charla titulada Jorge Cronista que se realizó en el Palacio de Bellas Artes en honor del autor guanajuatense, en el marco de la conmemoración de los 90 años de su natalicio, Juan Villoro recordó que Ibargüengoitia fue un escritor divertidísimo, políticamente incorrecto la mayoría de las veces.
En sus crónicas, que publicó a partir de 1969 en Excélsior y después en la revista Vuelta, dijo, Ibargüengoitia plasmó su propia mirada, crítica pero jocosa sobre cómo somos los mexicanos, para así construir una vida secreta del país, así como un retrato de costumbres y de la historia de la época que le tocó vivir, siempre haciendo reír al lector.
Murió demasiado joven, a los 55 años, quien es un autor inagotable que no dejamos de leer, pues Villoro consideró que se trata de un escritor que criticaba la realidad como una manera polémica de reconciliarse con ella, en un mundo imperfecto que sólo con humor se puede sobrellevar.
La también escritora Ana García Bergua, indicó que fueron más de 600 los artículos escritos por Ibargüengoitia, todos de talante ácido y claridoso en donde abordaba los grandes problemas nacionales e históricos.
Pero también, comentó, abordó el tema de la identidad del mexicano y por ejemplo, Ibargüengoitia consideraba que el principal defecto de nuestro país es estar habitado por mexicanos quienes, con dignidad y compostura, suelen “meter la pata”.
En la velada literaria, realizada como parte del ciclo conmemorativo “Jorge Ibargüengoitia, nueve décadas” organizado por la Coordinación Nacional de Literatura, García Bergua indicó que el autor podía hablar de todo, desde gastronomía hasta decoración de interiores.
Fue un autor “claridoso de tan certero”, que retrató el México de su época sin piedad, con una mirada inmune a la cursilería y a la falsa estupidez.
La ensayista y poeta Diana del Ángel celebró que la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes se haya llenado de gente convocada por un autor importante de leer como lo es Ibargüengoitia.
El guanajuatense, dijo, tenía un mecanismo de escritura oblicuo, pues no decía las cosas directamente, el cual estaba cimentado en el sentido del humor, una característica de su obra, que invita a una risa no sólo placentera sino también irónica e inteligente.
Sus textos, poseedores de una mirada crítica, son irreverentes y divertidos, escritos a partir de un yo colectivo, que nos permite reflejarnos y que establece un diálogo con los lectores pues son, sobre todo, una radiografía de la sociedad que él vivió.
La conmemoración por los 90 años del autor de textos emblemáticos como Los relámpagos de agosto, El atentado y Estas ruinas que ves, continuará.
Con información de la Secretaría de Cultura