La etapa del proceso electoral en que nos encontramos, es una etapa de definición, quiero decir con ello que en estos momentos no conocemos a los contendientes electorales en rostro y nombre, sino que se habrán de precisar en próximas fechas.
Los partidos políticos se encuentran en el transcurso de lo que se conoce legalmente como el proceso de selección de candidatos a cargos de elección popular, y que como actividad relevante, identificamos bajo el mote de “precampañas”, situación que nos debe dar la idea de que, al ser una actividad previa, vendrán posteriormente las campañas.
Los aspirantes a candidatos independientes se encuentran en el proceso de la obtención del apoyo ciudadano, materializado en la voluntad de un ciudadano de favorecer la aspiración legítima que tiene otro de ser candidato sin el amparo de un partido político. En un inicio, ante formatos de papel, los ciudadanos transcribían algunos datos de su credencial para votar y firmaban de puño y letra, por lo que se identifica dicho periodo como el de “recolección de firmas” aún y cuando en la actualidad, el apoyo se manifiesta, en una muy de moda aplicación para dispositivos inteligentes.
En ambos casos, la ciudadanía debe estar atenta a dichos procesos pues, de alguna manera, estos se unificarán durante el mes de abril y sobre todo a partir del 14 de mayo. Unos como otros están buscando ser candidatos, es decir, aparecer en la respectiva boleta, lo que les permitirá materializar el derecho que posee todo ciudadano de ser votado. Cualquier persona cuyo nombre aparezca en la boleta, tendrá las mismas posibilidades de acceder al cargo público por el que está contendiendo, teniendo el respaldo o no de un partido político, a diferencia de antaño en donde el monopolio de la presentación de candidatos recaía solamente en las entidades de interés público con registro ante las autoridades electorales.
No sé si resultan redundantes estas líneas. Necesarias lo son en dos sentidos, primero para el hecho de que un ciudadano manifieste su apoyo a un aspirante a candidato independiente, la única consecuencia válida es que permitirá que un recuadro de entre los que se divide la boleta electoral, pueda tener su nombre y emblema. Es sencillo. Lo único que estamos provocando es que en un determinado territorio y para un cargo en específico, además de los partidos políticos tradicionales que quieran postular un candidato, podrá aparecer en el documento para votar el nombre de un ciudadano cuya característica, en relación con los partidos, será que no posee filiación con alguno.
En una segunda instancia, para el hecho de saber que proporcionar los datos de la credencial para votar registrándose a partir de la aplicación de dispositivo inteligente, no implica que quede registrado voto alguno, o que dicha acción comprometa al ciudadano que brindó la venia, a que el día primero de julio deba, forzosamente, votar por ese (ya entonces) candidato independiente.
Así como los independientes, los partidos políticos se encuentran en la situación de definir a los contendientes de cada uno de los distritos. Para ello, utilizarán los métodos que, estando establecidos en sus documentos básicos mejor les convengan y atendiendo a las particularidades de los convenios de coalición que en su caso signaron y que la autoridad haya validado. Mención aparte merece aquellos lugares que serán reservados para quienes, fungiendo como representantes en el congreso, pretendan acogerse a la novedosa figura de la reelección.
A nosotros, como ciudadanía participativa e interesada, no nos resta sino permanecer atentos a las circunstancias que imperan en el ambiente político. Y no como simples espectadores, pues algunas de las actividades próximas reclaman nuestra participación activa. Baste por ejemplo señalar que el 31 de enero es la fecha límite que impone el INE para que acudamos a los módulos de atención ciudadana y pongamos en orden nuestros datos en el padrón para estar debidamente inscritos en la Lista Nominal. Si alguien cumple la mayoría de edad entre el 1 de febrero y el 1 de julio inclusive, no deberá esperar al día en que cumple los 18 años para obtener la credencial, sino tramitarla antes del último día de enero. De igual manera para aquellos que por alguna razón cambiarán algún dato, como el domicilio o por alguna omisión, tienen el mismo plazo para realizar estas adecuaciones.
Finalmente, otra situación que merece nuestra atención es la de identificar los distritos electorales a los que pertenecemos en razón del domicilio, situación que será abordada en otro espacio posterior. Por ahora, reiterar la atención a la información que se vaya generando, con espíritu crítico necesario, porque necesaria es nuestra participación en el proceso electoral.
/LanderosIEE | @LanderosIEE