- No debe pensarse en una mascota como regalo decembrinos; son seres vivos que requieren cuidado y no ser abandonados cuando pasa la euforia de los niños
- El animal no tiene la culpa de su comportamiento, es el reflejo de sus dueños
En esta temporada, muchas familias adquieren o adoptan una mascota como regalo de Navidad a los hijos, sin embargo, los perros no deben ser elegidos por el color, tamaño o aspecto; los padres deben pensar seriamente en que se trata de un ser vivo, al cual deben educar para que sea una buena compañía para los niños, a la par de que cumpla con una función protectora que brinde seguridad a la familia, se le debe procurar el cuidado, atención y respeto que merece, señaló el entrenador de canes, Javier Antonio López Ramírez.
Precisó que un animal de compañía también debe servir para ahuyentar desconocidos, ya sea perros o personas; en el entrenamiento se le enseña al perro a no agredir a los integrantes de la familia, y a no ser un animal violento, pero a la vez se les orienta sobre cómo reaccionar de manera disuasiva con el ladrido y de manera agresiva con el ataque, cuando se vea amenazada la integridad de sus dueños.
El experto en perros señaló que estas mascotas deben ser sociables y tener un aprendizaje balanceado para que puedan trabajar tanto con adultos como con niños, sin ningún problema, por ello enfatizó que se deben educar de tal forma que sólo se activen a la orden de ataque por su dueño, o cuando vean una situación en la que sus dueños se encuentren en peligro.
Explicó que en el caso de los perros que se les llama potencialmente peligrosos, aunque en realidad no lo son, aquellos de razas como belga, pastor alemán, rottweiler, doberman; ya por su propia imagen son disuasivos, pero tienen esa función del cuidado y la agresión ya natural. Otro tipo de canes como un chihuahua o schnauzer, no lo tienen, pero se puede trabajar en la parte disuasiva.
El entrenador detalló que todas las razas tienen características especiales, por lo que la elección de la mascota debe depender de las necesidades que tenga cada persona; si se cuenta con un espacio pequeño, lo recomendable es optar por un can de una raza que no crezca a un gran tamaño, si pese a ello eligen un tipo San Bernardo, deben estar conscientes que requerirá de mucho paseo y desarrollo fuera del hogar, en espacios abiertos.
Recalcó que es responsabilidad del dueño lo que hace el perro, de ahí que es fundamental ofrecerles educación; si bien depende de la selección, también es fundamental la crianza que se le dé al animal, ya que puede ser de una especie dominante o sumisa, pero finalmente se adaptará a las condiciones a las que se le exponga.
“Si desde cachorro lo enseñas a ser agresivo, así va a ser, si lo enseñas a ser miedoso o que se esconda, nunca va a defender; el chiste es tener perros balanceados”; López Ramírez insistió en que se puede hacer de un perro tranquilo, el peor perro del mundo; o del perro más bonito, el perro más horrible; todo depende del trato de la persona que lo críe ya que el animal no tiene la culpa de su comportamiento, es el reflejo de lo que son los dueños, responsables o irresponsables.