- El presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Consejo Técnico de la Ciudad criticó las acciones del municipio para combatir las plagas del lugar
- Falta de continuidad en acciones por cambios en la Secretaría de Servicios Públicos terminaron por afectar el combate a las plagas
Para el presidente de la Comisión de Medio Ambiente en el Consejo Técnico de la Ciudad y ambientalista, Humberto Tenorio Izazaga, los dos millones que invirtió la administración municipal en el mantenimiento del Jardín de San Marcos fueron mal invertidos.
Tenorio Izazaga aseguró que en los primeros meses de 2017 detectó junto con especialistas que el Jardín de San Marcos estaba en mal estado debido a diversas plagas que afectan a las especies vegetales del lugar, como la presencia del gusano barrenador y la araña roja, así como la invasión de parvadas de pájaros, que por su excremento afectan la estructura y el suelo, además de la salud de los visitantes.
Como confirmó el regidor Miguel Romo Reynoso, presidente de la Comisión de Parque y Jardines del Cabildo, e incluso la propia Secretaría de Servicios Públicos del Municipio, el Jardín de San Marcos estuvo plagado de estas especies por lo que se realizó un trabajo de fumigación, así como la instalación de aparatos de sonido que fueron utilizados en un momento para emitir sonidos de aves rapaces con el objetivo de que los pájaros que se posaban en enormes grupos en los árboles del lugar se fueran.
Si bien, la fumigación era necesaria, el ambientalista dudó de su afectividad dada la falta de continuidad que hubo en las acciones para el abatimiento de las plagas dados los cambios al interior de la Secretaría de Servicios Públicos que entre otras cosas cambió de titular y del director de Parques y Jardines.
Según Tenorio Izazaga, los nuevos titulares deberían responder para atacar el problema de las plagas tanto del gusano barrenador como de la araña roja que han invadido varios de los árboles del lugar, así como la de los cientos de pájaros que se posaron durante una temporada, los cuales no se fueron por las medidas tomadas por el municipio, como ahuyentarlos con cohetes o sonidos de aves de rapiña, sino que lo hicieron por su natural proceso de migración, “No es porque se haya ganado la batalla”.
Precisamente, la instalación de los aparatos de sonido desde los que se emiten los sonidos de aves de rapiña, la colocación de iluminación y la fumigación que se realización en 2017 para el icónico Jardín de San Marcos significaron una inversión de dos millones de pesos, los cuales evidentemente no fueron bien invertidos toda vez que el problema con las plagas continúa.