Pocos seres hay en este mundo tan resistentes y de pasiva agresividad como las biznagas, le dijo un viejo gorrión a su polluelo, mientras descansaban a la sombra posados en la rama de un Huizache. ¿Por qué lo dices, padre?, preguntó el curioso pajarillo mientras picoteaba las ramas buscando bichos y semillas.
Desde hace millones de años, los cactus, nopales, biznagas, garambullos, xoconostles y un larguísimo etcétera, han evolucionado para convertirse en pequeños oasis en el desierto, guardando agua en su interior y ofreciendo refugio para cientos de otras especies de insectos, mamíferos pequeños, aves, anfibios y reptiles que deciden anidar en sus globosos cuerpos. De estas plantas también obtenemos frutos para alimentarnos, y pueden servir incluso como protección extra para nuestras madrigueras, si es que seleccionamos adecuadamente el sitio para pasar la noche. ¿Sabes algo, hijo? Las biznagas son criaturas dignas de respeto, hermosas, serenas y pacíficas, pero dispuestas a defenderse ante la menor provocación, y para ello no tendrían que mover un solo pelo, o mejor dicho, una sola espina.
Entiendo perfectamente, padre, pero ¿por qué me hablas de las bondades de los cactus precisamente hoy?, preguntó el gorrioncillo algo inquieto. Muy fácil mi pequeño, tu madre nos pidió llevar garambullos para la cena, pero antes de salir a recolectarlos quiero que seas consciente del tesoro que vamos a consumir, y que debemos hacerlo con moderación. Después de escuchar atentamente a su sabio mentor, el pequeño gorrión alzó la cabeza y preguntó con voz suave. Comprendo muy bien, padre, pero ¿acaso no somos nosotros los encargados de dispersar las semillas de los cactus una vez que consumimos sus frutos? Y el viejo gorrión se limitó a sonreír orgulloso de su pequeño, él solito había descubierto el desenlace de la historia.
La concepción que tiene el mundo sobre México es diversa, a nuestro país se asocian muchos diferentes elementos icónicos, como los sombreros, grandes bigotes y tacos, también es habitual pintar nuestros paisajes con plantas conocidas comúnmente como cactus, y aunque las cactáceas no son exclusivas de Aguascalientes o de México en sí, es en nuestro país donde se encuentran una gran diversidad de especies, y se sabe con mucha posibilidad que es precisamente en nuestro territorio donde estos organismos evolucionaron y se desarrollaron por primera vez. De las 1400 especies que se han descrito científicamente en el mundo, 669 se encuentran en México, y de éstas, 518 son endémicas, es decir, no se encuentran en ningún otro lugar de nuestro planeta, la mayor diversidad se encuentra distribuida en el norte del país, en las regiones conocidas como Desierto Chihuahuense y Desierto Sonorense donde el tipo de clima ha favorecido la evolución de muchas especies.
Los antiguos habitantes del país llamaban “nopalli” a esta variedad de vegetales (del náhuatl “nochtli”, tuna y “palli” que significa hoja) el cual tiene una fuerte carga cultural y de identidad para el mexicano, desde estar plasmada en nuestra bandera, en nuestra mitología, en nuestra manera de hablar y sobre todo en nuestra dieta y gastronomía, que hacen de ésta, única en el mundo.
Este grupo botánico, presenta infinidad de formas, pueden ser arboladas como los grandes cactus del desierto de Altar en Sonora, globosas como el género Mammillaria que se distribuye en Coahuila, o columnares como el llamado “bonete de obispo”, todas comparten la habilidad de ser ahorradoras, en tiempos de sequía, y han cambiado la voluptuosidad del frondoso follaje por la austeridad de las espinas, además lo verde de su cuerpo optimiza su alimentación y obtención de energía. En la actualidad con el crecimiento de las ciudades, se han reducido considerablemente las áreas de distribución de diversas especies de cactáceas, otro peligro que enfrentan por la acción del hombre es que algunas son utilizadas como golosina, el llamado “dulce de biznaga” comenzó a diezmar poblaciones de algunas especies de cactáceas globosas. Algunos pueblos indígenas utilizan la especie Lophophora williamsii para llevar a cabo rituales místicos, esta planta conocida como peyote, es imprescindible en estas ceremonias llevadas a cabo por algunos pueblos originarios como lo son los huicholes y rarámuris. Otro motivo importante para su conservación son los diversos servicios ecológicos que prestan estos vegetales, ya que brindan hogar a varias especies de reptiles y aves, y sobre todo como alimento, al consumir sus frutos, como se ha mencionado antes, elementos importantes de la alimentación de animales y del mexicano.
Gracias por explicar la importancia de la biodiversidad de nuestro país de una manera tan amena, inteligente y amigable.