- La Secretaría de Gobernación debe tomar cartas en el asunto: Ricardo Hernández Forcada
- Un ombudsman no sólo debe saber de derechos humanos, además debe tener autoridad moral, independencia y estar actualizado en los nuevos temas
La persona que aspira a ser el defensor de los derechos humanos en una entidad debe, no sólo saber de materia y tener una autoridad moral a toda prueba, e independencia de las autoridades, partidos políticos y grupos en el poder, sino que debe estar actualizado en el tema, pues hay asuntos que han avanzado enormemente en los últimos diez años. Así lo manifestó Ricardo Hernández Forcada, director de salud, sexualidad y VIH de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Se refirió a la necesidad de poner sobre la mesa los derechos de grupos minoritarios como las personas de la diversidad y la deuda histórica en este sentido, así como a las personas con discapacidad, los migrantes, los refugiados y todo ese desarrollo normativo de protección de las garantías individuales que ha cambiado por completo: “Las personas aspirantes a ese cargo deben tener todas esas cualificaciones, además de conocer lo que se ha hecho en otras latitudes y otros estados del país, en cada una de las materias novedosas. No puede ser que solamente conozcan de temas como detección arbitraria y tortura, que son las más tradicionales violaciones a los derechos humanos, sino que también en temas muy especializados como éste”, al mencionar el Primer Foro de Identidad de Derechos Humanos para Personas Trans, al cual fue invitado.
Iglesia y Derechos Humanos
Reconoció que en muchos países las autoridades de varias religiones tienen una posición más progresista que otras, un ejemplo de ello -dijo- es Irlanda, en donde se aprobó el matrimonio igualitario por la totalidad de los partidos, incluyendo los conservadores; a pesar de también ser un país primordialmente católico, la iglesia ni siquiera dio una opinión al respecto, a pesar de considerarlo una situación desfavorable para su postura no entraron al debate público.
En México en cambio es muy frecuente encontrar a los ministros de culto emitir opiniones en contra, lo cual es ilegal, ya que la ley de libertad de cultos es una de las pocas restricciones que tiene para su libertad de expresión, que es oponerse a las leyes o emitir un juicio en materia político electoral.
“Pero bueno la Secretaría de Gobernación debería tomar cartas en el asunto, pues se pueden denunciar este tipo de situaciones. Aunque lo más importantes es deja en claro que la autoridad pública, como el Congreso o las instituciones debemos actuar en el marco de la ley, no de nuestras convicciones religiosas, pues en el marco de la actuación debemos apegarnos a lo que el derecho nos marca”, expuso el funcionario.