Después de casi tres años de atraso en su edificación, el Instituto Mexicano del Seguro Social puso en operación su tercer Hospital General de Zona, que brindará atención a la población derechohabiente del norte del estado, y con ello, el resultado esperado es, una mejorar importante en la calidad de sus servicios.
Para los trabajadores y sus familias es una buena noticia, debido a que la falta de infraestructura de salud deterioró considerablemente la salud de sus afiliados, quienes terminaban por acudir a las consultas de las farmacias similares, pues para una cita en medicina familiar había ocasiones en las que las programaban hasta con dos semanas de posterioridad a la solicitud.
Sin menospreciar la importancia que tiene para el sistema nacional de salud el IMSS, es importante destacar que en esta valiosa institución, creada también con las aportaciones de la clase trabajadora, la operación de este nuevo hospital representará un importante alivio de la demanda de sus servicios.
Sin embargo, cabe no perder de vista que, es importante recordar una vez más la necesidad de mejorar la calidez de la atención de su personal, ya que ha habido trabajadores que prefieren pagar por fuera sus atenciones médicas, pidiendo dinero prestado, con tal de no someterse al trato indigno que en ocasiones, algunos de sus trabajadores suelen dar a la derechohabiencia.
Incluso, en honor a la justicia, gran parte del maltrato que reciben nuestros agremiados, porque así nos lo han hecho saber, se debe a empresas que ni siquiera son trabajadores de la institución, pero que por sus funciones de contacto con la gente, dejan mal parados a los trabajadores del IMSS.
Me refiero concretamente a los trabajadores de los servicios de vigilancia y seguridad, que son totalmente insensibles, se toman atribuciones que no tienen, como impedir a los enfermos y sus familias ingresar a los servicios de salud en aras de mantener un control de las personas que ingresan y salen de los hospitales.
Esos trabajadores muchas veces no tienen en criterio suficiente para hacer su trabajo, porque piensan que están en la puerta de un antro y que deciden ellos quién entra y quién no. Esto ha sido un problema grave que esperamos las autoridades pongan más atención porque, personas que ni siquiera están en la nómina ni han recibido la capacitación necesaria, de repente representan a toda una institución forjada por bastantes décadas y la hacen quedar mal.
Por lo pronto, el IMSS creció su infraestructura y de ello, la sociedad en general, pero más los trabajadores y sus familias, serán los más beneficiados con estas acciones que representan la oportunidad de acceder a los servicios de salud en un menor tiempo de espera, eso es lo que todos deseamos.
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