Carlos Reyes Sahagún | Cronista del municipio de Aguascalientes
La fiesta de la Revolución Mexicana; lo que se ha hecho y dicho sobre ella; lo que se ha festinado, es la versión priísta del conjunto de hechos que conocemos con este nombre, su interpretación conveniente de la historia.
Los llamados “regímenes emanados de la revolución” tuvieron un gran interés en ello, en la medida en que fue ahí en donde encontraron su legitimidad… Hasta que llegó el año 2000, en que perdieron en las urnas la Presidencia de la República, y si ya para entonces la revolución estaba muerta, esa elección significó la suscripción del acta de defunción.
Ahora, obligados por los panistas a buscar su legitimidad en las elecciones -a quienes por cierto no interesa la revolución-, andan con el cadáver insepulto a la espalda, sin saber qué hacer con él. Además, la inercia es tremenda, de tal manera que desde pequeños somos iniciados en el culto a la gesta de 1910. Llegada la fecha ellas son vestidas de soldaderas mientras que a ellos les brotan insólitos bigotes.
Izquierdas o derechas aparte, ¿cómo resistirse al encanto de estas Adelitas?
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