Mi abuelo era manager de boxeadores, tenía la licencia número tres en toda la historia del pugilismo en México, recuerdo perfectamente que en casa existía el cuarto de la herramienta, o el cuartito, una construcción de madera donde don Macario Azocar guardaba los utensilios varios que usaba cuando su alter ego lo convertía en el fontanero de la colonia. En ese lugar de la casa, además de pinzas, martillos, taladros, llaves de diferentes medidas había un espacio donde colgaban viejos periódicos; amarillos por el paso del tiempo, en ellos aún se podía observar la evidencia de las hazañas de los peleadores de mi abuelo, las inolvidables victorias y las tristes derrotas, momentos en la vida del deporte del Pancracio cuando México tenía figuras como el Ratón Macías y a mi abuelo lo reconocían con la Medalla López Mateos por su trayectoria. A lado de los recuerdos colgaban unos guantes de box metidos en una bolsa de plástico transparente con tonos verdosos, también por ahí se podían encontrar conchas, protectores bucales y en su recamara un pomo grande de vaselina para untar en las heridas de los boxeadores, lo cual aminoraba el sangrado y resbalaba los golpes.
Al platicar con don Macario Azocar, decía que cuando un peleador estaba siendo masacrado por su contrincante pedían esquina, es decir imploraban para que se acabara el round y ser atendidos por el staff. Esquina por favor, sinónimo de “ya no puedo más”.
Así estamos ahora, querido lector, no todos, pero la mayoría de los mexicanos ya pedimos esquina, necesitamos una pausa, un descanso, vaselina en las heridas para que ya no sangren y resbalen los golpes que siguen. No, no nos rajamos, somos bien entrones y luchones, pero llega el momento en la pelea en que la vista se empieza a nublar y el contrincante usa todo tipo de artimaña para vencernos.
Desde los porrazos más sencillos y que parecieran irrelevantes hasta los más elaborados y con mucha técnica, claro y los golpes bajos que nunca faltan y que el réferi deja pasar con singular alegría.
Ahora imagínese usted mismo, querido lector, usted en el ring, con el calzón rojo, patrocinado por una marca transnacional o por un político que quiere aprovechar hasta las peleas de box para promocionar su campaña electoral prematura e ilícita. En la otra esquina con muchos kilos más que usted, calzón azul con vivos dorados su contrincante, quien lo observa de manera intimidante y lo reta desde ese momento a iniciar con las hostilidades.
Arranca primer round, primer golpe hacia el entretenimiento a cargo del deporte estudiantil, hace dos semanas la Organización Nacional Estudiantil de Futbol Americano decidió mudar el clásico Poli-Pumas a la ciudad de Guadalajara porque el México 68 no contaba con las garantías para celebrar el encuentro. Como sí en la Federación Mexicana de Futbol fueran unas blancas palomitas, existe muchísima más violencia en los estadios donde se juega el futbol que en los recintos donde las familias acuden a ver a sus hijos practicar el deporte de las tacleadas. Sí es aficionado al soccer es como si un Chivas-América se disputara en Ciudad Juárez, la verdad a mí el futbol soccer me tiene con un pendiente, pero es golpe de las autoridades el bloquear o censurar este tipo de espectáculos deportivos y además entre dos instituciones de educación superior de nuestro país, de hecho, entre las dos más importantes.
¿Quién toma estas decisiones tan absurdas? La verdad un contrincante que pega con la intención de confundir, será porque el deporte estudiantil no está patrocinado ni tiene convenios de transmisión en las televisoras nacionales, incluso el baloncesto y el béisbol profesional en nuestra tierra corren la misma suerte el futbol americano colegial.
Por más que se trató de esquivar el golpe no fue posible, aparece un pequeño hematoma en el pómulo derecho, duele, pero nada que le impida seguir rifándose el físico frente al feroz contrincante. De pronto un uppercut, el primero como para ablandarlo, directo a la economía, el dólar oscila entre los 19 y 19.50 pesos y el flujo de capital se desacelera, los expertos advierten que el cierre del año no será bondadoso y obvio el inicio del 18 con tintes desastrosos. Usted reacciona con un gancho al hígado carente de fuerza, el contrincante ni siquiera se inmuta. Usted hace lo posible por pensar que “el buen fin” es la solución al problema, recuerde que lo único que ofrece esta estrategia la cual supuestamente pretende reactivar la economía del país es vender a meses sin intereses o incrementar los precios de los productos días antes de la promoción con el fin de dejarlos al precio habitual durante la euforia mediática de la copiada promoción. Estamos con un pie fuera del Tratado del Libre Comercio de América del Norte y la verdadera información no baja a nosotros para conocer si nos impactará en la economía doméstica o no.
Gancho a la mandíbula directito por parte del contrincante, le nubla a usted la vista y le evita ver toda la corrupción de los paradise papers y de la investigación que los estudiantes de la Universidad de Texas tuvieron a bien difundir sobre los hermanos Moreira y sus vínculos con los Zetas; todo esto dentro de la administración del Quique que antes de irse quiere cerrar con un knock out tipo Rocky Balboa.
Levántese antes de que le cuenten hasta diez, ya casi se acaba el round, tenemos que seguir, sé que ese golpe además de nublarnos la vista nos está atrofiando la memoria, por favor recuérdeme qué pedíamos después de los sismos, ¿que los políticos qué? Ya se me olvidó.
[email protected] | @ericazocar
Tal vez en ese cuarto de herramientas o cuartito de triques donde se encuentran todos esos recuerdos podría encontrarse una parrilla llena de hoyos equidistantes, digo para distribuir bien el fuego… ?
Excelente narración de la pelea que todos enfrentamos cada día… nos doblamos, pero no nos quebramos, hay tiro !!… Saludos !