No quiero ser el orate que refiere a textos anteriores, y en otro medio, pero hace unos meses escribí en Tercera Vía sobre la falta de responsabilidad de los influencers ante su súbito (y efímero, porque así será) éxito. ¿Falta responsabilidad? Por supuesto y total. Chumel Torres debe tomar posturas para el 2018, ya sea a) Aceptando dinero de quien sí crea b) Siendo militante de alguna causa progresista (estuve calladito estos meses, bebé) c) Admitiendo que recibe dinero de chana o juana si es que busca sostener su negocio con base en publicidad política, cosa que se respeta.
Entonces no hay transparencia ni honestidad y lo que sí existe es manipulación de las audiencias más jóvenes. Un gran ejemplo son Attolini, quien aún si encontrara la cura del VIH o algo así siempre será recordado como ex-132, y Callo de Hacha en una campaña infame en redes a favor del gobernador de Graco Ramírez (gobernador de Morelos) y los apoyos ciudadanos del #19s, los cuales fueron interceptados supuestamente por dicha administración.
Al momento de publicar ese artículo, varios usuarios comentarios algo muy bobo [considero] e incluso snob: para qué quisiera que el idiota de Werever opine sobre política. Con responsabilidad, ¿por qué no? Y la verdad eso entra en la categoría de #ProblemasQueQueremos. Todo líder de opinión debe tener una idea clara para 2018 y salir con el discurso, como Chumel, de “yo soy comediante, no soy nadie para opinar” me parece al menos cobarde y más bien pocos huevos.
En la semana leía una entrevista de Vulture con Jimmy Kimmel, el presentador nocturno gringo, quien los últimos meses ha vuelto su monólogo un tanto político, cosa no tan rara en la era de Trump, pero si transgresora en su género televisivo ya que durante el ascenso de Trump todos los presentadores se hicieron de la vista gorda. A Kimmel lo tocó un tema personal, ya que su hijo nació con una enfermedad del corazón y le tocó una fibra sensible ya que los republicanos buscan acabar con la seguridad social establecida por Barack Obama. Kimmel, al aire en cadena nacional, explicó el tema y su importancia. Sesgado a que siguiera el seguro social, claro, pero es que esa es la postura correcta. Y se limitó a presentar argumentos comprobables y hasta periodísticos. ¿Aquí cuando alguien con influencia hará eso?
No es que Kimmel sea un experto en políticas públicas pero tanto él como sus guionistas se dieron a la tarea de armar un discurso investigado y con piernas. Eso es todo. Nada que no hayan hecho decena de columnistas viejos y blancos de los grandes diarios, pero pasa que Kimmel alcanza en una noche más gente que estos opinadores en años. Tal como en México, puede que las eminencias de Reforma que comparten screenshot de su columna en Twitter sean unos chingones, pero no hay alguien que pase esas buenas ideas a ciudadano común.
Hay asignatura pendiente.
paco@bocadillo / @masterq
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Nota: Una versión anterior de esta columna indicaba de manera errónea el estado del que es gobernador Graco Ramírez. El error fue editado y corregido.