- Diplomáticos e historiadores establecieron la trascendencia de la toma del poder por los bolcheviques y su incidencia en los movimientos sociales de México
El Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (Inehrm) dio inicio a las actividades para conmemorar el Centenario de la Revolución Rusa, con un conversatorio la noche de este miércoles 18 de octubre.
El acto contó con la participación de la titular del Inehrm, Patricia Galeana, el historiador Enrique Semo; el actual embajador de Rusia en México, Eduard Malayán, y el diplomático mexicano Héctor Cárdenas Rodríguez, ex Embajador en distintos países de África y Asia.
“Lo más importante es que debemos sacar lecciones de la historia. Es decir, el aniversario sirve para la reconciliación. Es un aniversario para entender que tenemos solo una historia y somos un solo pueblo”, destacó el embajador de Rusia en México.
Consideró que en su país existe un nuevo término que se usa cada vez más: La gran Revolución Rusa, el cual “no es un juego de palabras sino un concepto de carácter natural e histórico. Eso nos permite emplazar la Revolución Rusa en el contexto de otras revoluciones que se produjeron en los tiempos modernos”.
De acuerdo con el diplomático, aunque la Revolución tuvo varias etapas, la de octubre de 1917 es uno de los acontecimientos más importantes del siglo XX, que influyó en el desarrollo de toda la historia mundial y sobre el destino de muchos pueblos y países.
“En cuanto a la historia de Rusia es el acontecimiento más grande porque otros dos acontecimientos, la victoria sobre el fascismo y la desintegración de la Unión Soviética están directamente relacionados con el octubre de 1917 y es gracias a la llegada al poder de los bolcheviques que la Unión Soviética llegó a ser una de las dos superpotencias mundiales alcanzando un poderío e influencia máximos durante toda su historia”.
El historiador Enrique Semo habló de la influencia que la Revolución Rusa tuvo en México. Señaló que la victoria de la clase obrera rusa y el surgimiento de un nuevo sistema social influyó en grupos de revolucionarios mexicanos, sobre todo, los que ya habían conocido la influencia del partido magonista para analizar la situación nacional con nuevos ojos: “Las noticias de Rusia se filtraron en sectores importantes de la clase obrera, los retratos de Lenin comenzaron a adornar las paredes de salones sindicales y posteriormente, en 1919, se formó el Partido Comunista Mexicano”.
Aseguró que los principios de la izquierda mexicana surgieron de la conjunción de dos revoluciones, la Revolución Mexicana, en su lado más radical, con Zapata, Villa, los magonistas, y de la Revolución Rusa, influencia que duró hasta los años sesenta.
“La influencia de la Revolución Rusa también se hizo sentir en los medios artísticos sobre todo en el surgimiento de una nueva corriente pictórica, el muralismo, el principio de que el arte está hecho para el pueblo y dejaron de hacer cuadros y se dedicaron a pintar las paredes”, dijo el ensayista político.
Sobre las diferencias y paralelismos entre la Revolución Mexicana y la bolchevique, el diplomático Héctor Cárdenas dijo que ambos movimientos transformaron las sociedades de ambos países: “Si bien la Revolución Mexicana podría considerarse como un conflicto político que concernía a México, la Revolución bolchevique fue un conflicto sistémico que transformó el orden internacional por haber suscitado la confrontación ideológica más importante del siglo XX”.
Para el abogado, mientras que en México la Revolución se produjo como una necesidad de efectuar un cambio estructural de carácter político, la bolchevique salió como un movimiento de proyección internacional para el supuesto beneficio del proletariado inspirado en una ideología utópica: “Mientras la Revolución Mexicana constituyó una etapa más del proyecto histórico nacional iniciado con la guerra de Independencia, la bolchevique se propuso liquidar en su totalidad las estructuras políticas, económicas y sociales de la rusa imperial”.
Con información de la Secretaría de Cultura