Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz
Benito Pablo Juárez García
Al declarar la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) persona non grata para México al embajador Kim Hyong Gil de la República Popular de Corea del Norte y pedir por decreto presidencial en el Diario Oficial de la Federación, su salida de nuestro país el pasado jueves, deja más que claro la sumisión del presidente Peña Nieto ante el mandatario norteamericano Donald Trump; escudándose en las declaraciones emitidas por el Consejo de Seguridad de la ONU por el desacato de no realizar o desarrollar pruebas con armas nucleares y misiles balísticos, esta acción diplomática muestra ante la opinión mundial el papel de nuestro país de actuar de manera unilateral de condenar y lo que es peor, de arengar a los EU a poder llevar a cabo un ataque militar a Norcorea que según en palabras del mandatario norteamericano “lo está pidiendo a gritos”.
Ya antes se había exhibido a la “diplomacia mexicana” en bochornosos actos de quedar bien con los vecinos del país del norte al que se le conoce su complejo de sentirse el policía del mundo, cómo no recordar la estúpida petición de Fox al Comandante Cubano Fidel Castro Ruz: “comes y te vas”, todo por quedar bien en una cumbre en la que se sabía estaría el mandatario norteamericano y otros mandatarios del continente americano.
En hechos ocurridos muchos años atrás, específicamente en el año de 1968 los gorilas del Gobierno Federal de Díaz Ordaz, actuaron en contra de indefensos jóvenes, hombres y mujeres estudiantes de varias escuelas del nivel medio y superior del otrora Distrito Federal y del vecino Estado de México aquella lluviosa y fatídica tarde del 2 de octubre en la Plaza de las tres culturas de Tlatelolco, y todo para mostrar al mundo a un México “en paz y tranquilo” ante la llegada de los juegos olímpicos a desarrollarse días después en nuestro país y que después se supo fue un pedimento del gobierno norteamericano de “sofocar el crecimiento del comunismo y la intromisión del gobierno ruso para desestabilizar la paz mundial”, hecho que lejos de ayudar a ver a nuestro país como deseaba el Gobierno Federal, lo mostró intolerante, represor y asesino ante la opinión mundial, mismo que por la brutalidad mostrada unificó una condena unánime de miles de ciudadanos de todo el planeta e inclusive de condenas de la diplomacia mundial.
Que lejos quedó aquel año de 1815, cuando el Generalísimo José María Morelos y Pérez Pavón envió con toda la diplomacia que requería ese histórico documento, una misiva con una gran visión de estado del iniciar un trato de iguales con la nación vecina, pidiendo ir más allá de una simple relación respetuosa e implementar una interacción económica; valga repetir, de iguales, desafortunadamente el mandatario norteamericano James Madison jamás dio contestación al proponente, desafortunadamente murió el gran siervo de la nación, nuestro General Morelos sin poder ver cristalizado su sueño diplomático y su propuesta de un proyecto de nación con un verdadera visión de estadista.
La historia de la diplomacia mexicana dejó huella en aquella actitud de uno de los grandes presidentes de nuestro país, Adolfo López Mateos, cuando se mantuvo firme de seguir relacionado con el país caribeño de Cuba, que aún y sin estar de acuerdo con el movimiento revolucionario y después con el gobierno emanado de la revolución, no cedió a la presión de Estados Unidos de bloquear tratados comerciales y romper relaciones con el gobierno encabezado por Fidel Castro, esta actitud del presidente López Mateos fortaleció las relaciones con los gringos y dejo muy en alto a la diplomacia mexicana por la valiente decisión demostrada.
Desafortunadamente hoy no hay nada que presumir en lo que respecta a la diplomacia mexicana, y menos con un diplomático financiero que ni idea tiene de cómo hacer política fuera de nuestro país, y que él mismo lo reconocía al asumir el cargo, Videgaray es ahora el defensor del TLC que quiere desaparecer el famoso Donald, pero no muestra actitud ni firmeza en las reuniones, ha cedido de más en las pretensiones de ahorcar a México comercialmente hablando, mostrando debilidad olvidando los desplantes del sujeto que hoy gobierna a la unión americana, si ese que se aferra a muros, deportaciones, humillaciones, desplantes e intromisiones en acciones del gobierno mexicano, se le sigue complaciendo, más grave aún no se da un golpe en la mesa para detener las embestidas del señor Trump, se le permite influir en el presidente Peña; en la representación mexicana de la ONU se sigue el guión de apoyo incondicional a las determinaciones que hace el gobierno norteamericano hacia los demás países en el mundo.
Aún se tiene fresca la memoria de miles de indocumentados que salieron a apoyar a la candidata Hillary y con ello evitar la llegada de una persona nada grata para los millones de migrantes que trabajan y producen riqueza para la unión americana, quienes hasta con oraciones le pedían a Dios no permitiera que ganase “un loco” la presidencia del país más poderoso del mundo, desgraciadamente no fue así, llegó el magnate a la Casa Blanca y de inmediato firmó decretos que afectan a millones de migrantes, y peor aún, al gobierno mexicano ya se les olvidaron aquellas palabras del hijo del tío Sam, dictadas en campaña en el mes de junio del 2015 cuando anunció que de llegar a ser presidente de los EU levantaría un gran muro y el pagano será el pueblo mexicano, además de que su postura de los migrantes embarró parejo a todos los mexicanos y nos culpó de enviar criminales, narcos, violadores prostitutas, drogas y quien sabe que más “linduras”… “México no es nuestro amigo”… insistió en campaña y al parecer lo sigue sosteniendo. Efectivamente los mexicanos no somos amigos de Donald Trump, pero el taimado de Peña Nieto sí, y hasta es su aliado y le complace en lo que le dicta y le mandata, qué mal por México, de verdad qué mal…