- La Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske tiene 430 cooperativas locales y 35 mil 434 socios, la gran mayoría pertenecientes a los grupos originarios nahuas y tutunakus
En la sierra nororiental del estado de Puebla se encuentra una experiencia con gran impacto social en nuestro país: La Unión de Cooperativas Tosepan Titataniske, que abarca 29 municipios, tiene 430 cooperativas locales y 35 mil 434 socios, la gran mayoría pertenecientes a los grupos originarios nahuas y tutunakus.
El movimiento cooperativo indígena creado en 1977, surgió para mejorar la calidad de vida de las familias de los socios, manteniendo su identidad cultural y preservando sus recursos, a través del trabajo organizado.
Entre los objetivos de la Tosepan está el defender el territorio de la amenaza que representan los proyectos mineros, hidroeléctricos y petroleros en la región; fortalecer, conservar y revalorar los conocimientos y principios de sus culturas; lograr que los socios tengan un hogar sustentable y que satisfagan sus necesidades nutrimentales; así como crear espacios de reflexión que permitan la convivencia de hombres y mujeres en equidad, detalló Aldegundo González Álvarez, integrante de la Unión de Cooperativas Tosepan.
“Proyectos como la transición hacia una cafeticultora sustentable, son ejemplo de que se pueden hacer negocios que generen ingresos intentando dañar lo menos posible al medio ambiente. El uso de abonos orgánicos asegura la calidad de los productos, que en consecuencia genera una conservación de los suelos, con lo cual se pueden otorgar precios justos que repercuten en la calidad ambiental y de vida de productores y consumidores”, dijo González durante la sesión Experiencias de Innovación Social en México, que formó parte del Seminario de Innovación Social en México: Conformando Redes, que se llevó a cabo el 4 y 5 de septiembre en la Unidad de Seminarios de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Durante la misma sesión, el maestro Marco Abarca, presentó el proyecto Células de Innovación, de la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (Concamin), institución, que al igual que la UNAM, forma parte de la mesa directiva del Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
“Células de Innovación es un programa en el que se forman equipos interdisciplinarios de trabajo que combinan la experiencia, con la visión fresca de talento joven para la creación de conceptos innovadores de productos y servicios. El programa incluye una experiencia de innovación de 20 semanas en las que se brindan sesiones de asesoría, reclutamiento de talento y el desarrollo de proyecto.
“Las empresas que someten un proyecto para vivir la experiencia de Células de Innovación pasan por cuatro etapas: Registro de proyecto, sesiones de definición, formación del equipo y desarrollo del proyecto”, enumeró el coordinador del programa.
Otra experiencia de innovación social fue la presentada por el maestro Humberto Cerdio, del Laboratorio de Innovación Económica y Social (Laines), que forma parte del Instituto de Diseño e Innovación Tecnológica de la Universidad Iberoamericana Puebla.
“Las líneas de acción de Laines son: Innovar por medio de la creación y la consolidación de empresas, así como por la gestión de procesos y circuitos de innovación económica; formar y acompañar a sujetos sociales que se desarrollen como orientadores y dinamizadores de sus comunidades; en el ámbito público, lograr incidir efectivamente en espacios de decisión pública; construir alianzas y fortalecer vínculos con actores e instituciones del sector público y privado, redes que se sostengan en el tiempo y que permitan ampliar y reforzar el trabajo del Laines”, detalló el maestro Cerdio.
Agregó que el laboratorio propicia experiencias de transformación social a partir de la innovación económica: “El impulso, acompañamiento y consolidación de emprendimientos que resuelven problemáticas sociales desde estructuras económicas sustentables, de distribución directa de la riqueza producida, contribuyen a la construcción de una humanidad más justa, fraterna y solidaria”.
Otras experiencias presentadas fueron las del Centro de Investigación y Formación Social del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente, por la doctora Martha Leticia Silva Flores; y los Bonos de Impacto Social, proyecto que abordó la doctora Cristina Yoshida, directora del área de sociedad y economía del conocimiento de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología de Jalisco.
El Seminario fue organizado por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, la Red de Innovación Social en México y el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.
Con información Foro Consultivo Científico y Tecnológico