Finalizó la Feria del Libro del Instituto Cultural de Aguascalientes, la más antigua del país, con 44 años realizándose ininterrumpidamente. El último día de actividades presentó un atractivo cartel, con presentaciones editoriales, la conferencia magistral acerca de poetas contemporáneos brasileños impartida por Eduardo Langagne y el concierto de jazz de la banda Ojos de perro azul.
Mariana Torres, una de las organizadoras, mencionó en cuanto a la afluencia a la Feria que aún no se tiene el conteo formal, sin embargo el sábado se realizó uno rápido y se captó la visita de 10 mil personas entre viernes y sábado. En comparación con el año pasado, que se reportaron 35 mil asistentes en total, cree que sí rebasaron la meta, aunque esperarán a confirmar los datos en los próximos días.
Mariana Torres comentó que este año se trató de buscar un programa literario diverso para cubrir todos los gustos, y en el que se abarcaran todos los géneros; por ello, tanto el público como los expositores quedaron satisfechos, ya que encontraron una Feria cálida y generosa, “estuvimos más organizados, pero prometemos mejorar cada vez más”.
En otra versión de la Feria, los libreros participantes contrastan su experiencia con la de los organizadores, ya que si bien la afluencia de visitantes fue alta, eso no se reflejó en las ventas.
Encargados de Conaculta declararon que fue muy dispareja la presencia de compradores, apenas en el segundo fin de semana se incrementaron las ventas, ya que a lo largo de la semana fue baja tanto en compras como en número de visitantes. Comentan que, aproximadamente tuvieron una venta de 300 libros a lo largo de la Feria, lo que en comparación con años pasados es un número muy bajo.
Otros expositores señalaron que esto ocurrió por falta de promoción, “no hubo el público que se esperaba, mucha gente no estaba enterada, se daban cuenta porque pasaban y veían abierta la Casa de la Cultura, deberían de publicitar más esta feria, deben darle mayor importancia ya que Aguascalientes cuenta con un gran número de literatos, catedráticos y lectores, sólo falta avisarles”.
Itzel Acero