Cuando todavía estaba conmocionada la España taurina por la dimensión torera que sin socaliñerías derramaron sobre el fuego del albero sevillano dos jóvenes garbosos, y muchos no se explicaban la relación de apoderado-poderdante entre ETM (Espectáculos Taurinos de México) y José Antonio Camacho Moreno, Rafael Herrerías presentó, trastornando la estructura de una tradición y una norma, su temporada grande 2012-2013 (propiamente una feria) a desdoblarse en el coso más grande del planeta pero, irónicamente, hoy el de menor categoría.
No destapó el impreso del elenco ganadero y de espadas como era regla, sino 12 carteles ya formados y pactados del domingo 28 de este mes que nace, al domingo 13 de enero del año entrante. Y acompañado del estilista, pinchador, señorito de Chiva, mayor promotor del becerro gordo, sin cuernos e inofensivo, y su compadre Enrique Ponce, Herrerías dejó desnudo el pergamino que enseñó combinaciones reveladoras y que desilusionaron en su mayoría.
El México taurino, claro quedó y ha quedado en muchos años a la fecha de hoy, es dependiente; no puede prescindir de la intervención de coletudos españoles, sobre todo, –en todos los carteles aparece el nombre de un importado– para poder sostener un ciclo y mantener como cliente a un público cada vez más escaso y menos motivado. Y en este sentido, para quienes son conscientes de que las comparaciones no son odiosas, sino más bien necesarias, entrego las estadísticas de entradas en la campaña grande 1972-1973 en la propia gigantesca finca taurómaca de la rambla de Insurgentes: primera corrida, 26 de noviembre, lleno de época; segunda, 3 de diciembre, lleno; tercera,
10 de diciembre, casi lleno; cuarta, 17 de diciembre, casi lleno; quinta, 24 de diciembre, tres cuartos; sexta, 31 de diciembre, casi lleno; séptima, 7 de enero, casi lleno; octava, 14 de enero, casi lleno; novena, 21 de enero, más de media plaza; décima, 28 de enero, lleno de época; decimoprimera, 4 de febrero, lleno; decimosegunda, 11 de febrero, más de media plaza; decimotercera, 18 de febrero, casi lleno; decimocuarta, 25 de febrero, lleno de época; decimoquinta, 28 de febrero, casi lleno; decimosexta, 4 de marzo, más de media plaza… ahora recuerde el amable lector la afluencia de público en la campaña pasada.
Es verdad, el monopolio –duopolio, no sin razón sostienen algunos buenos críticos–, “taurino” de nuestra nación ha preferido empinarse ante las abusivas figuras europeas, poner a sus órdenes el catálogo de lo más descastado que hay en los potreros registrados en la asociación de ganaderos, pagarles cifras groseras por estoquear lo que escogieron de ahí, que desplegar proyectos que formen y revolucione el espectáculo y de éste salgan ídolos, dormidos o sofocados ahora, que están en las entrañas de varios de nuestros jóvenes.
En mal estado, parece que intencionalmente, mantienen esta fiesta tradicional, arraigada, rica en cultura y profunda, y pese a los nombres de varios diestros con cartel internacional, se adivina que ninguna tarde se verá lleno el colosal graderío de la vieja plaza de la “Ciudad de los Deportes”; quizás el cartel que más público congregue es el del mano a mano de Julián López Escobar con Arturo Saldívar.
Los alternantes entre los que los han puesto y el ganado a despachar, dicen todo sobre el nivel de las más importantes esperanzas de la tauromaquia mexicana: un Diego Silveti chiqueado, un Payo al que se resisten a sepultar pese a la ociosidad que ello implica, un Juan Pablo Sánchez sobreprotegido y al que no dejan ser en realidad torero, pero sí comparsa de un comodino Castella, un José Mauricio fino pero sin proyección, un Arturo Saldívar competente y con claro proyecto, un Mario Aguilar al que no dejan entrar del todo al círculo de la contienda, un Joselito Adame ondulatorio, y un Fermín Rivera desairado pero aguantador y esperanzado en dar el golpe definitivo.
Del resto, justiprecie el aficionado lo propuesto por Rafael:
28 de octubre. Primera corrida. 6 de Xajay para Enrique Ponce, Fermín Spínola y Diego Silveti.
4 de noviembre. Segunda corrida. Toros Barralva para Arturo Macías, Alejandro Talavante y Octavio García El Payo.
11 de noviembre. Tercera corrida. Toros Bernaldo de Quirós para Eulalio López Zotoluco, Sebastián Castella y Juan Pablo Sánchez.
18 de noviembre. Cuarta corrida. Toros de La Estancia para Ignacio Garibay, Alejandro Amaya y Daniel Luque.
25 de noviembre. Quinta corrida. Toros de Jorge María para Morante de la Puebla, Uriel Moreno El Zapata y José Mauricio.
2 de diciembre. Sexta corrida. Un toro de Tequisquiapan para rejones y seis de Los Encinos para la rejoneadora Mónica Serrano, Julián López El Juli y Arturo Saldívar.
9 de diciembre. Séptima corrida. Toros de Marco Garfias para Manolo Mejía, que se despide, Fabián Barba y David Mora, que confirma la alternativa.
16 de diciembre. Octava corrida. Toros de Marrón para Eulalio López Zotoluco, José María Manzanares y Mario Aguilar.
23 de diciembre. Novena corrida. 6 de Villacarmela para Federico Pizarro, Juan José Padilla y Joselito Adame.
30 de diciembre. Décima corrida. Toros de Rancho Seco para Alfredo Gutiérrez, Eduardo Gallo y Angelino de Arriaga.
6 de enero. Decimoprimera corrida. Toros de La Punta para Téllez, el español Roberto Galán que confirmará su la alternativa y Lupita López.
13 de enero. Decimosegunda corrida. Toros de San Mateo para Cristian Ortega, Pedro Gutiérrez El Capea y Fermín Rivera.