La salida de mexicanos hacia Estados Unidos en busca de mejores oportunidades de subsistencia, no es un fenómeno nuevo, por el contrario, data de hace ya muchas décadas, y es producido esencialmente por la deficiente calidad de vida de la clase trabajadora y de los campesinos, quienes se ven obligados a salir de sus lugares de origen.
En el caso de los trabajadores, es importante destacar que, además de que no existen hoy en día las fuentes de empleo suficientes, los sueldos que se pagan no permiten a nadie hoy día, construir un patrimonio, hacerse de propiedades como para heredar y llegar a la senectud en tranquilidad y paz financiera.
Antes bien, los sistemas de pensiones ponen en entredicho su efectividad, pues de todos es conocido que los fondos de ahorro y el sistema de pensiones mismo, no resultan suficientes para atender las necesidades de una población que demanda y merece llegar a la senectud de forma digna.
En cambio, los salarios que se ofertan en Estados Unidos, con mucho son mejores de tal suerte que, permiten proyectar un modo de vida más holgado, sin tantas preocupaciones dado que la economía de aquel país es bastante más grande, mucho mejor organizada y sus sistemas de pensiones les permiten a sus ciudadanos no preocuparme tanto como en México, porque saben que tienen algo asegurado tras décadas de trabajo.
Ahora nos enteramos con tristeza que un grupo de aguascalentenses, en busca del anhelado sueño americano, fueron abandonados en el interior de una caja de tráiler junto con decenas de indocumentados, 10 de ellos perdieron la vida, siendo uno del municipio de El Llano, lo que nos debe poner en alerta para revisar, como sociedad y como gobierno, el tema de la migración.
Me parece inmoral que, mientras expulsamos de Aguascalientes a migrantes porque no hemos sido capaces de darles la oportunidad para superarse, que no tengamos empacho en congratularnos por el poco más de un millón de dólares que llegan del extranjero al día, recursos que dinamizan nuestra economía.
Es tiempo de revisar el tema, de que nuestras diputadas y diputados, nuestras autoridades y la sociedad civil organizada, entremos a fondo al tema de la migración y diseñemos estrategias y políticas públicas que tengan por objeto el de disminuir los riesgos que los migrantes corren cuando deciden emprender el viaje peligroso a aquella nación.
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