En la actualidad los gobiernos locales deben operar en nueva realidad: ciudadanos más exigentes y con mayor conciencia de sus derechos; mejor acceso a la información y mayores expectativas de servicios de calidad; crecientes restricciones presupuestarias; y una composición demográfica cambiante, con implicaciones importantes para la prestación de servicios. En este contexto, los gobiernos locales deben idear soluciones innovadoras para mejorar la gestión urbana, por ejemplo, a través de la tecnología la cual puede ser utilizada para entender y atender de mejor manera las necesidades de los ciudadanos y asignar recursos y esfuerzos más eficientemente.
Al igual que empresas como Amazon, Google y Facebook hacen uso de la tecnología para mejorar sus operaciones, los gobiernos locales pueden usarla para orientar mejor sus actividades: proveer alumbrado público, reparar fugas, gestionar la recolección de residuos, mejorar los servicios de transporte, entre otras. Las aplicaciones móviles son un ejemplo de cómo el uso de la tecnología puede aumentar la eficiencia de la administración pública local al hacer una gran cantidad de información disponible instantáneamente en teléfonos móviles y así mejorar el acceso de los ciudadanos a distintos servicios y reducir el tiempo de respuesta para la solución de problemas.
Muchas ciudades alrededor del mundo están innovando en el uso de aplicaciones móviles para mejorar la ciudad. Por ejemplo, en Boston sus alcaldes han apostado por el desarrollo de aplicaciones como BOS:311, que busca empoderar a los ciudadanos para contribuir al mantenimiento de la ciudad. A través de esta aplicación, similar a los servicios 911 de emergencia, los usuarios pueden reportar problemas en la prestación de servicios directamente al gobierno municipal desde sus teléfonos móviles. Estos reportes son enviados a un sistema de gestión de solicitudes y posteriormente remitidos al área correspondiente de atenderlas. Un usuario puede enviar, por ejemplo, una imagen de un bache, una fuga de agua, una luminaria descompuesta o basura sin recoger directamente al responsable de solucionar el problema. Así, la ciudad ha reducido significativamente los tiempos de respuesta a la vez que ofrece a los ciudadanos la oportunidad de participar más activamente en la gestión de la ciudad.
Igualmente, la aplicación Smart Parking fue puesta en marcha en 2013 por el Departamento de Transporte de Boston con el objetivo de ofrecer a los automovilistas información en tiempo real sobre la disponibilidad de lugares de estacionamiento en distintas zonas de la ciudad. Con esta aplicación la ciudad busca reducir la congestión vehicular al disminuir el tiempo de circulación para encontrar un lugar, o bien, incentivar a los automovilistas a utilizar otro medio de transporte. El proyecto comenzó con un piloto en dos zonas de la ciudad con altos niveles de congestión en los cuales se instalaron 330 sensores para identificar los lugares desocupados y después hacer disponible la información a través de la aplicación. Similarmente, como en muchas ciudades de los Estados Unidos, en Boston alrededor de 33 mil estudiantes utilizan el transporte escolar para ir a la escuela. La ciudad desarrolló la aplicación Where’s My School Bus? para que los padres puedan saber la ubicación exacta de cada autobús y así mejorar la experiencia y la seguridad de los estudiantes. A través de la aplicación pueden consultar la ruta, el tiempo de espera o la hora de llegada a las escuelas.
Las aplicaciones móviles se usan también para mejorar la movilidad urbana. Por ejemplo, en Europa, la aplicación Bike Citizens permite a los ciclistas identificar las rutas de bicicleta más cortas entre dos puntos o explorar rutas con menos tráfico vehicular en una hora determinada. Similarmente, en Dhaka, Bangladesh y en la Ciudad de México, se ha utilizado la aplicación Flocktracker para recopilar información georreferenciada de las rutas de transporte público. Con esta aplicación un grupo de personas puede hacer un levantamiento de la cobertura y frecuencia de cada ruta, así como del tiempo estimado de espera por parada y el tiempo promedio de viaje entre dos puntos. Además, pueden contabilizar el número de unidades que circulan en cada ruta y evaluar a las distintas empresas que operan el servicio así como la conducción de cada chofer e indicar el nivel de hacinamiento en distintos segmentos de las rutas en diversos horarios. Esta aplicación es una herramienta útil y poderosa que los gobiernos pueden utilizar para crear, por ejemplo, mapas precisos de la red de transporte público y así facilitar la vida de miles de ciudadanos que utilizan este servicio.
El uso de la tecnología para la gestión urbana puede mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y distribuir recursos y esfuerzos de mejor manera. En otras palabras, permite a los gobiernos ser más sensibles y responsivos a las necesidades de los ciudadanos. Pero no sólo eso, el desarrollo de este tipo de aplicaciones puede promover la innovación y el desarrollo de emprendedores y pequeñas empresas del sector de los sistemas y la programación. Entonces ¿por qué no ver más allá de las soluciones convencionales y promover el uso de la tecnología para mejorar nuestra ciudad?
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