Este es el nombre del programa que llamó a cientos de jóvenes universitarios a participar en una convocatoria del H. Ayuntamiento de Aguascalientes para formular proyectos innovadores que puedan contribuir al desarrollo de niños y jóvenes en situación de riesgo, o bien, que no tienen la oportunidad de continuar estudiando.
En estos próximos días, después de un análisis minucioso para ahorrar recursos y trazar las rutas criticas, una decena de estos proyectos entran directamente al campo para poner en práctica estas ideAGS.
Dichos proyectos abarcan una gama muy interesante de atención que busca reforzar lo que se práctica en la acreditada Línea Verde. Lectura, deporte, salud, idiomas, emprendedurismo, prevención, cuidado del medio ambiente y atención a niños con capacidades diferentes son los temas principales que ocupan a estos proyectos universitarios.
Más allá de incentivar económicamente a estos jóvenes universitarios, es interesante ver cómo la dependencia encargada de este programa, permite que estos jóvenes lleven a la práctica con libre albedrío sus ideas y proyectos.
Me pareció interesante el tema convive feliz, en lo particular debido a que quienes no conocen la Línea Verde, pero sobre todo parte del oriente de la Ciudad, podrán percatarse de las bastas carencias que tienen muchas familias, por ello focalizar el talento y las energías de estos universitarios a esa zona, es un acierto.
Cuantas veces no hemos escuchado decir que el oriente de la Ciudad es el otro Aguascalientes, y coincido con ello, es un Aguascalientes con ciudadanos muy valiosos, un oriente que está creciendo exponencialmente con una Línea Verde que fortalece integralmente el combate a los males sociales que muchas veces se pueden ver en las colonias marginadas (desempleo, drogadicción, robos, inseguridad, pandillas, prostitución, etcétera).
La suma de voluntades en Convive Feliz busca entonces con estos proyectos fomentar una cultura, donde ciertamente lo que se busca es que las señoras, niños, adultos o jóvenes convivan plenamente; una política pública de solidaridad, de valores, de convivencia vecinal sana; en suma, la promoción y establecimiento de una cultura cívica adecuada.
Este tipo de programas, con inclusión de universitarios, sin duda legitiman los esfuerzos del Municipio para atender los problemas sociales de algunas colonias (generalmente con una densidad de población grande) donde se les puede decir a los vecinos que no están solos, y cuentan finalmente con una mano amiga.
En estos proyectos la importancia de la equidad y el apartidismo no sólo deben existir, sino que se sobreponen de manera natural en estos espacios de convivencia; cuando un niño quiera asistir a un taller para aprender a leer bien, una señora quiera hacerse un diagnóstico de diabetes, un joven se sienta solo y necesite dialogar, algún señor quiera emprender algún micro-proyecto, o un grupo de niñas quieran reforestar algún área dentro de este programa, los universitarios sabrán que el partido político, la edad, la situación económica o las preferencias sexuales no importan, porque lo que realmente importa es saber que se puede convivir feliz.