Todo mal / Memoria de espejos rotos - LJA Aguascalientes
22/11/2024

 

Because I’m bad, I’m bad come on

You know I’m bad, I’m bad come on, you know

You know I’m bad, I’m bad come on, you know

And the whole world has to

Answer right now just to tell you once again

Who’s bad…

Bad – Michael Jackson

El conflicto en el que nos metimos todos respecto al tema de Cañada Honda ha servido como un penoso espejo en el que -como sociedad- pudimos vernos de cuerpo entero. Todo mal. Hicimos todo mal. La fortuna que nos queda es esa rara posibilidad del consuelo implícito en el probable aprendizaje que dejan las catástrofes. Mal haríamos si no tomamos nota de ello. De forma respetuosa y humilde, ofrezco algunas viñetas para el análisis de lo sucedido, en la expectativa de que sea irrepetible.


*Sobre la participación de la autoridad en el conflicto. No aprendimos de cómo se llevó terriblemente a cabo la escalada en la protesta magisterial por la implementación de la Reforma Educativa, en la que la SEP no supo operar la negociación y permitió que un problema educativo y sindical estallara en un problema de gobernabilidad. Algo así nos sucedió aquí. Una negociación que pudo haber estado en control se desatendió y se dejó crecer. El argumento de reducir la matrícula es uno que año con año se pone en la mesa, y que año con año se plancha sin mucho problema. El argumento de volver mixta la escuela, irracional por donde se le vea, era un argumento que iba a caer por sí mismo y que no valía la pena sostener. Sin embargo, se sostuvo hasta que devino el caos. La manera en la que el titular de IEA, finalmente, ofreció una rueda de prensa para dar por zanjado un conflicto que ya era de gobernabilidad, ahí solo, en una elocuente imagen de desamparo, habla mucho de cómo se dejó pasar todo.

*Sobre las acciones de las alumnas normalistas de Cañada Honda. Desde hace ya varios años, cada inicio de junio, conmemoran lo que ellas llaman “represión” al suceso de 2010 en el que tomaron las oficinas del Instituto de Educación para luego ser desalojadas por la autoridad. Así, cada año a inicios de junio, presentan un pliego petitorio que tiene que ver con los recursos que la autoridad estatal destina a la manutención de la ENR Justo Sierra, para el sostenimiento del plantel, la logística del internado, y su matrícula. Cada año marchan y en su manifestación cierran calles. Hasta ahí, bien. Se alega molestia momentánea por los ciudadanos que ven brevemente interrumpida su dinámica cotidiana, y ya, nada a mayores. Igualmente, desde hace años, en estas manifestaciones las normalistas suelen ser apoyadas por estudiantes de otras normales rurales del país, las más participativas, San Marcos Zacatecas, y Tiripetío Michoacán, de la misma manera que las alumnas de aquí les apoyan a éstos en sus eventos. Hasta ahí, sólo mostrar “músculo” y engrosar su contingente. Sin embargo, en esta ocasión, la protesta escaló y como medida de presión los estudiantes resolvieron que había que pinchar neumáticos de tráileres para hacer bloqueos viales, y que también ayudaría a su causa el asaltar algún camión de botanas. Mal por dónde se vea. La lucha ideológica pisó los resbalosos terrenos de la violación a la ley, dándole a la protesta el cariz criminal que tanto repudiamos en -por ejemplo- la mafiosa CNTE.

*Sobre la actuación de las fuerzas policiacas. Incomprensible, por todos lados. Opaca y llena de lagunas. Las suspicacias a las que da pie son penosas y, en cualquier otro país, ya hubieran causado el despido de cabezas importantes. Criminalizar la protesta social es inadmisible en cualquier democracia, y las policías fueron directamente a hacer eso. De estas acciones deben derivar consecuencias que sienten precedentes, protocolos, directrices, que nos aseguren que esto sea irrepetible.

*Sobre los activistas y colectivos que dieron apoyo a las normalistas. Queda el aprendizaje de sopesar juiciosamente y de no colaborar con el tremendismo. En las acciones del pasado viernes, en las que se agredieron a los normalistas, se hablaba de “desaparecidos”, y de una “campaña institucional orquestada” para aplastar la protesta. Ni hubo desaparecidos (eso sí, heridos que esperan justicia por parte del Estado), ni -a mi parecer- hubo tal “campaña institucional orquestada”. En ese sentido, un colectivo espontáneo formado por docentes e intelectuales locales sacó un desplegado en este diario (en el que se me invitó a participar entre los abajofirmantes) y pedí que reflexionaran sobre el punto de la “campaña institucional orquestada”, porque desde mi perspectiva era conceder demasiado a la autoridad. Mi apunte iba hacia la negligencia y la inoperatividad más que a la orquestación como causal de la escalada. Como fuese, el botepronto en la toma de posturas no ayuda al tratamiento de ningún conflicto.

*Sobre las expresiones sociales en el suceso. Deleznable y penosa la forma en la que mucha gente exhibió su clasismo, su misoginia, su xenofobia, su disposición a la violencia y su carencia de empatía. Somos un pueblo que ve deseable el linchamiento a lo que -en juicio sumario- considera “criminal”. El fracaso educativo y el tejido social lacerado pueden provocar muertes, ante los ojos cómplices de muchos. El horror de la barbarie. Por una contingencia del azar, me tocó ver a Fuenteovejuna en el fraccionamiento Constitución. Conducía por la avenida del mismo nombre, hacia tercer anillo, y a los vecinos en toda su hostilidad. San miguel Canoa queda más cerca de lo que creemos.

*Sobre los medios de comunicación. Una cosa es informar, y otra es editorializar para favorecer una tendencia en la formación de la opinión popular. Muchos de los medios locales abonaron al encono social al presentar información sesgada y con la clara intencionalidad de criminalizar la protesta. De por sí el pueblo es poco selectivo y su criterio es más bien bajo a la hora de elegir sus fuentes de información, y con estas ayudas de los medios difícilmente superaremos el bache social en el que estamos.

En general, la suma de nuestras cuitas puede enriquecerse con otras perspectivas, pero -de entrada- son tangibles los temas en los que debemos trabajar, desde la autoridad, desde los medios, desde el activismo, desde la misma gente, porque -de seguir esta tendencia- falta poco para que el río se desmadre y suceda una pérdida fatal, sólo por no encontrar los mecanismos para lidiar el conflicto social que, por lo que se ve, no desaparecerá.

[email protected] | @_alan_santacruz | /alan.santacruz.9

 


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