El banquete de los pordioseros / En memoria de Gregg Allman - LJA Aguascalientes
24/11/2024

Seguimos en el contexto de las celebraciones de los cincuenta años de muchas de las cosas que ocurrieron en 1967 en términos de rock, ya lo hemos comentado anteriormente, de hecho lo anticipamos desde el año pasado, la importancia que este año tiene para este lenguaje musical, 50 años del lanzamiento del Sargento Pimienta de The Beatles y del que nos ocupamos la semana pasada, 50 años de la producción homónima de The Doors y primera de esta mítica agrupación californiana, 50 años del verano del amor, 50 años del primer festival masivo en la historia del rock, el Monterrey Pop Festival, 50 años de A whiter shade of pale de Procol Harum, 50 años del disco Days of future passed de Moody Blues del que se desprende la obra maestra llamada Nights in White satin, 50 años de la aparición en la escena internacional de la Jimi Hendrix Experience y de Janis Joplin, 50 años de que se empezó a escribir la historia de Pink Floyd con el lanzamiento del disco Piper at the gates of dawn, todavía con la presencia de su líder y fundador Syd Barret, 50 años de la primera formación de lo que un poco más tarde conocimos con el legendario nombre de Allman Brothers Band, una de las referencias obligadas si queremos referirnos al buen rock durante los últimos meses de los años 60 y los primeros setentas.

El grupo llamado The Allman Joys se instaló de manera permanente en la ciudad de Los Angeles, California, integrado por los hermanos Duane y Gregg Allman en los teclados guitarras respectivamente. Después, en 1967 cambian de nombre por el de The  Hour Glass y así graban sus dos primeros discos en donde la influencia del blues es evidente, aun para el neófito. Con este nombre funcionan dos años sin conseguir el éxito, hasta que en 1969 deciden cambiar y desde ese momento se llaman The Allman brothers band, justo ahí se empezó a escribir esta fascinante leyenda y una de las páginas más brillantes en la siempre inconclusa historia del rock.

Los inicios de los años setentas están marcados por la música de esta agrupación considerada como la más importante del llamado rock sureño, por encima, incluso, de grupos como Lynyrd Skynyrd que han llevado el concepto de rock sureños hasta sus últimas y más radicales consecuencias, sin embargo, es Allman brothers band quienes mejor definen las características del sonido de esto que en poco tiempo se convirtió más en un estilo y lenguaje musical, que en una referencia geográfica.

Los hermanos Allman son de Nashville, Tennessee, aunque crecieron en Daytona Beach, Florida y toda su propuesta musical define perfectamente la esencia de los estados del sur, como Alabama, Georgia, Louisiana, Mississippi, en general, todo el sur de los Estados Unidos.

Su primer éxito importante es una grabación realizada en directo en el Fillmore  East en 1971, opacando, incluso, sus primeras producciones en estudio, este disco grabado en conceiro resulta fundamental para entender, no solo el sonido de los Allman Brothers Band, sino todo el pensamiento musical de aquellos años, con esas kilométricas improvisaciones que hicieron de los conciertos de grupos como, evidentemente la banda de los  hermanos Allman, Grateful dead de la costa oeste, los ya mencionados Lynyrd Skynyrd y muchas otras bandas que encontraron en este recurso de la improvisación, el principal atractivo para asistir a sus conciertos, y es que de hecho, dime tú, distinguido invitado a degustar de este banquete, dime, ¿qué caso tendría ir a un concierto si esperáramos escuchar lo mismo que nos ofrece el disco?, para eso mejor me quedo a escuchar el disco en mi casa, el objetivo de ver a una buena banda de rock en vivo es apreciar cosas diferentes, y esa diferencia la marcan, en gran medida, esas largas improvisaciones que también fueron, definitivamente, el gran atractivo del rock progresivo y que también han alimentado a los amantes del jazz durante toda la historia del género.

La primera desgracia sufrida por la Allman brothers band fue la muerte de su tecladista Duane Allman en un accidente de motocicleta, él murió en octubre de 1971, es decir, cuando apenas empezaban a degustar del éxito, como sea, se pudieron levantar de este tremendo golpe, y gracias, por supuesto al trabajo del resto de la agrupación y del otro  guitarrista Dicky Betts. Con este motivo la banda dedicó a él la producción del disco Eat a peach de 1972. En otro accidente de motocicleta falleció su bajista Berry Oakley un poco más tarde en ese mismo año, y con las obligadas sustituciones de Chuck Leavell y Lamar Williams en teclados y bajo respectivamente, graban su siguiente disco Brothers and sisters en 1973.

Han pasado por constantes reagrupaciones e intentos de revivir la magia de los primeros años setenta, pero no con el éxito que ellos hubieran deseado y todo intento de dar vida a la leyenda llamada Allman Brothers Band se desintegra con la muerte del guitarrista fundador Gregg Allman el pasado 27 de mayo del año en curso.

A pesar de tener una carrera solista generosa en discos, la carrera musical de Gregg Allman estará ligada siempre a la banda de los hermanos Allman, todavía nos seguimos deleitando con aquellos monumentos sonoros como Whipping Post, The mountain Jam o In memory of Elizabeth Reed, eso ha se queda ahí, para la posteridad. La muerte de Gregg Allman es lamentable, evidentemente, pero es una razón por demás justificada, para repasar la breve pero intensa discografía de los reyes del rock sureño.

 


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