Dicen que hasta que se muere el niño se tapa el pozo y es un hecho que los mexicanos tenemos esa mentalidad; mientras no hay consecuencias, no se abordan los problemas, no hay medidas preventivas, no hay sanciones. A pesar de los discursos que los expertos en distintas materias nos pueden proporcionar, simplemente mientras no nos afecte, no tomamos cartas en el asunto.
Hago énfasis en esto, porque en fechas recientes y gracias a la información que fluye a través de la estación de monitoreo de calidad del aire de la UAA, que pertenece a la Red Universitaria de Observatorios Atmosféricos de la UNAM (RUOA-UNAM), se ha podido conocer que los niveles de contaminación que ha alcanzado la ciudad en algunos puntos sobre todo en el poniente, han sobrepasado los niveles máximos que establecen las autoridades en materia de salud, y no se hace nada al respecto.
Hagamos una comparación, escuchamos todos los días las medidas que en la Ciudad de México se toman a efecto de la contingencia ambiental que prevalece. Programas como el “Hoy no circula” se han reforzado e incluso extendido a los visitantes de otros estados, a fin de disminuir la gran cantidad de vehículos que transitan todos los días por sus avenidas.
Otro de los esquemas al que se le han inyectado sumas millonarias es el que se refiere al mejoramiento del transporte público, especialmente al metro; hoy en día el servicio entero medianamente cubre las necesidades de los millones de personas que tienen que utilizarlo y que pese a todo -especialmente a las distancias- logran llegar a tiempo para cumplir con sus labores.
¿Cuál es la situación en Aguascalientes? Refiriéndonos solamente a la ciudad capital, los gobiernos que llegan y se van, no han querido entrarle de lleno al tema del mejoramiento ambiental. Los automotores que transitan por las calles ha superado por mucho las proyecciones que los analistas hacían años atrás.
Lo hemos comentado en otras ocasiones, el número de autos por familia en el mejor de los casos se reduce a dos, lo cual ha traído un aumento considerable en las emisiones de CO2, uno de los principales contaminantes de nuestra atmósfera.
El transporte público no representa una opción para aquellos que deseamos tomarlo en cuenta como una alternativa de movilidad en la ciudad; tampoco se han diseñado vialidades adecuadas para fomentar el uso de la bicicleta como otro medio de transporte.
¿Hacia dónde vamos? Muy seguramente a vivir las contingencias de las poblaciones de las grandes ciudades que como en México, han traído un aumento significativo en padecimientos de las vías respiratorias, pero al mismo tiempo, de males como el cáncer padecimiento que afecta a edades más tempranas.
A pesar del conocimiento que las autoridades tienen ya de la calidad del aire que respiramos, todavía no ven viable tomar en cuenta acciones preventivas. Por lo pronto no nos queda más que seguir las recomendaciones de las autoridades sanitarias que van desde el evitar realizar actividades físicas hasta acudir a recibir atención médica en casos en los que los problemas de salud lo ameriten.
Hagamos conciencia en el tema, organicémonos y sobre todo busquemos otras alternativas para enfrentar esta problemática. Por más mínimo que parezca el esfuerzo que hacemos, sin duda a la larga y sumando esfuerzos, contribuiremos a hacer de Aguascalientes un mejor lugar para vivir.